sábado, 7 de diciembre de 2024

Legado en los Huesos: La Verdadera Esencia del Mal

  El siguiente extracto de El Legado en los Huesos, la segunda novela en la Trilogía del Baztán, consiste en una conversación privada entre la inspectora Amaia Salazar y El Padre Salazar, a horas antes de haber internado a Rosario en la Clínica Universitaria con el fin de proveerle un digno tratamiento para su trastorno mental y curar su alma, y empieza así:

   El caso de su madre nos interesa desde hace tiempo debido a un matiz que lo diferencia de otros casos de trastorno mental. El Mal. La Iglesia lleva siglos estudiando el origen del mal, centrándose en los casos de personas despiadadas, crueles, que disfrutan causando dolor. Y no me refiero a la influencia de la educación o las enfermedades mentales, las drogas, las malas compañías. Eso, en definitiva, solo crea el caldo de cultivo, le hablo de la verdadera esencia del mal.

   El hombre es libre para decidir, pero hay un límite, una frontera, un momento en el que solo algunos son capaces de dar un paso más. Le hablo de comportamientos aberrantes. Del hombre que llega a casa y estrangula a su mujer mientras duerme. Luego llena la bañera y ahoga a sus gemelos de dos años mientras patalean, coge a su bebe y lo sumerge junto a los cadáveres de sus hermanos. Se hace la cena, prende la televisión y se queda dormido plácidamente. Ese momento de abandono. Ese es el objeto de nuestra investigación y el germen de mi interés por su madre.

   Hace un siglo, todo el mundo conocía los siete pecados capitales, hoy en día le sería difícil de encontrar más de dos personas que los recuerden. Hemos abandonado a Dios y a la Iglesia. La psiquiatría moderna, Freud y todas esas tonterías han convencido a la gente de que el origen de los males radica en la falta de amor materno en la infancia. Y como resultado tenemos a una sociedad confusa que llama locura a cualquier aberración porque es incapaz de distinguir de qué se trata.

   Su madre se mezcló con lo que no debía y eso siempre se cobra su precio. Aún así, puede que tenga la sensación de que no ha terminado su trabajo. Por eso no se quitó la vida cuando tuvo la oportunidad de hacerlo, porque aún le queda algo pendiente. 

   A continuación, ingresaremos a la mente de Rosario Iturzaeta Bellarain, a semanas después de haber escapado de la clínica con la ayuda del Doctor Berasategui y alguien más.

   Así que la pequeña zorra creyó que podía detenerme al dejar que el Padre Sarasola me confinará en esa apestosa clínica para según tratar de curar mi alma. Oh, como si me importará su Dios, ese dios que se le escapa todo y que la Iglesia defiende sin evidencia alguna. Yo me rio de las estupideces que propagan y en plena luz con las profanaciones que hemos logrado hacer nosotros, los seguidores. No sólo le he dado un buen uso al mairu-beso sino que haberse retomado el asesinato de aquellas zorras me trajo a Amaia de vuelta porque aún no había terminado con ella, y después de aquella noche en la cueva, aún sigo esperando el momento para despedazarla y asegurar mi legado, mi poder.

    Así que, no Padrecito Sarasola, no hay nada que se tenga que curar en mi alma porque mi alma no es de este mundo, y me cercioré de ello mucho antes de que la perra naciera. Y no soy la única, somos muchos los seguidores de esta antigua religión, la religión de todas las religiones. Con la magia de nuestro lado, estamos dispuestos a hacer lo necesario para llevar a cabo los sacrificios y asegurar la recompensa que nos ha guardado Tarttalo para la eternidad.  

   Nosotros creemos en esas prácticas rituales de bebés en su nombre, es necesario para que la magia y la brujería sigan esparciéndose en el Valle del Baztán e incluso más allá, pero la hija de la gran put* no lo entiende y cómo podría cuando debería haber muerto al igual que su hermana gemela.

   Si no fuera por el inservible de mi esposo, hubiera apretado con fuerza la almohada y no la hubiese soltado hasta no sentir su último suspiro. Maldita sea, si la enfermera hubiese hecho su maldito trabajo de mantenerlo alejado diez segundos más, sólo diez malditos segundos, nada de lo que pasó en la cueva hubiese ocurrido.

   Quizás e hice el ridículo por confiar en el Doctor Berasategui: en mi defensa salí bien librada a comparación de ellos porque haciendo memoria de la primera clínica a la que fui sometida, logré que me transfirieran a esta tras comerme a uno de los cuidadores. Y es que he probado la sangre y no me cansó de ello, me motiva a desear la sangre de Amaia, porque obvio, no he terminado con esa pequeña zorra, no hasta comérmela como se lo prometí una y otra vez cuando era una insolente niña, lo que tiene que hacer una madre por su hija, ¿acaso no es esto amor?

   Es una lástima que se hayan cargado a mi yerno Víctor, lo echo de menos, muy en especial su trabajo. Irónicamente ha sido el único que me ha visitado mucho más que mis supuestas hijas. También ha sido el único en escucharme y en ponerme a Amaia en mi camino. Hasta hizo lo que Flora no pudo hacer y fue entregarme a su bebé para sacrificarla, décadas después pero lo hizo.  

   Por siempre recordaré estas ofrendas de Víctor, más que ofrendas, eran purificaciones como seguramente Flora habrá estado de acuerdo. Lo sé porque al final de cuentas siguió culpando a Amaia, nunca le perdonó que se hubiese ido del pueblo dejándome a mí bajo su cargo.  

   Eso sí, nunca esperé fuese capaz de tirarle un plomazo a Victor, su ex marido, sin remordimiento alguno, sí, Flora seguía siéndome útil y más al poner a Amaia en la búsqueda de la verdad, mi verdad. Lo digo porque por ahí supe que la pequeña zorra se había reunido con la traidora de Elena, aquella despreciable que no supo ver el potencial que nos depararía al llevar a cabo un sacrificio como lo hacían las brujas del valle.

   Me cuesta creer que no haya visto lo que vi en Xabier Tabese, aquél a quien llamábamos El Maestro, Mi Maestro, y lo sigo llamando así porque siempre está cerca de mí, incluso después de la muerte lo sigue estando gracias a la sangre que se extraía de los sacrificios por la importancia demencial que emanaba de esos interiores sangrientos.

   Gracias a él y su hijo me enviaron al Doctor Berasategui para librarme de la clínica y así cumplir con mi destino de sacrificar a la hija de Amaia. Juntos organizamos la distracción al ordenar los suicidios de los condenados y mediante el vínculo que despertaba ver tarttalo tallados en sus cuerpos desnudos, logramos distanciar a Amaia de su familia y así escapar en plena tormenta e inundación, para arrebatarle de su bebita.

   La pequeña zorra siempre hallaba la manera de librarse, pero esta vez, no, esta vez su bebé iba a pagar el precio y siendo lo mejor de todo, tenerla ahí presente justo en el lugar en donde todo comenzó. Por un instante pude saborear la sangre de tanto madre como hija, con cuchillo en mano no me importó que Amaia me amenazará con la pistola, bien sabía que no podía matar a su madre, pero entre tanto balbuceó, la pequeña zorra terminó por arruinar la ofrenda al escucharla referirse a su hija como hijo.

   No podía ser, escuché claramente a Flora decirme que era un varón, tenía que ser una niña para que el ritual cumpliera su propósito. Y es que Tenía que ser una ofrenda como su hermana lo fue a minutos de haber nacido ¡qué carajos sucedió! No tuve alternativa que dar por perdida esta batalla, así que hui con la ayuda del tonto Berasategui tras haberse tropezado y por ahí me enteré que el muy idiota se condenó solo al dejar la marca de su dentadura en las victimas asesinadas. Nada de que preocuparse, muy pronto moriría por su propia mano, era inevitable por más cobarde que se mostrase.

   Otra vez tan cerca matar a esa zorra, pero no era el fin, volvería a acecharla como debí haberlo hecho incluso después de haberla perdonado. Pero su padre siempre consintiéndola y malcriándola hasta volver de Amaia en una irreparable pérdida.  Sólo yo podía salvarla, y lo hacía por su bien, porque la quiero y la sigo queriendo a esa hija de la gran pu**.

   Siempre tan insolente, tan ingenua, levantándome la voz y diciéndome que me odiaba en aquel día en que la atrapé robando en la panadería. Aprovechándose de su padre, haciéndose la víctima y éste siempre protegiendo a la muy malagradecida.

   Ese día sí que la agarré a cachetadas para darle una buena lección, que fue tanto mi deseo por purificarla que por un momento creí haberlo logrado al pegarle en la cabeza con un rodillo para luego ocultar entre la harina consiguiendo así salvarla.

   Oh cuando regresé a casa, nada más no podía ocultar mi alegría al ver al idiota de mi esposo, desesperado, corriendo a su búsqueda. Si tan solo no me hubiese confiado, de haber sabido que no sólo viviría, sino que por su culpa me quitaron mi libertad. Me arrepiento de haber fallado dos veces, sobre todo de de no haberla matado cuando murió la gemela.

   Me detuve porque para el maestro con una bebé había sido suficiente por ese momento, pero ahora las cosas han cambiado, ahora iré tras ella cuando menos se lo esperé y me comeré a esa pequeña zorra sin importar que el nuevo maestro me haya pedido que fuese yo la del sacrificio por haber fallado en dos ocasiones.

   Estoy tan cerca de ella que se dio cuenta al ambas tocarnos el pecho a la vez para experimentar esa conexión, me lanzó a la fuga y ella me sigue al puente en donde me detengo y me volteó para enfrentarla por una última vez. Tengo que matarla, debo matarlo, pero no estamos solas, Tarttalo está aquí tal como el nuevo maestro me lo impuso, obligándome a ser yo ahora la del sacrificio para asegurar el futuro de la antigua religión, la religión a la que pertenecemos.

   Puede verme, es el momento, coloco mi cuchillo en mi garganta y por más resentida y enojada que me encuentre con Amaia, me siento obligada a deslizarlo alrededor de mi cuello. Maldita sea, que carajos estoy haciendo ¿habré sido engañada?

   No puedo dudar, no debo de dudar, debo aguantar un poco más hasta tenerla cerca de mí, hacerle creer que me quitaré la vida como los otros y entonces me le lanzaré como lo hice cuando era tan sólo una niña y esparciré sus huesos por toda la cueva, pero no puedo hacerlo por más que quiera hacerlo. No está en mí en desafiar los deseos de Tarttalo, ambos maestros me lo dejaron bien claro. Amaia tiene una pistola en su mano, pero no disparará, es mi oportunidad, mi única oportunidad, pero sólo puedo pensar en morir, a esto he llegado es este mi fin.

   Sin despegar mis ojos de sus ojos y con el cuchillo en mi mano, respiré tan profundamente sin darme cuenta de que sería la última vez que respiraría el aire del Valle de Baztán.  



Retrospección adicional:

Me veo en la necesidad de analizar El Legado en los Huesos por considerarla la mejor de la trilogía. Después de haber descubierto El Guardian Invisible en el año 2017, de inmediato me puse a averiguar sobre la popular y reconocida Trilogía del Baztán, colocándoseme una gran sonrisa al descubrir que Netflix produciría y estrenaría las siguientes dos entregas durante los años 2019 y 2020.   

   Lo que me encanta de Legado en los Huesos es que se torna más oscura en su trama e incómodamente personal por lo que tiene que atravesar la detective Amaia Salazar, porque para poder resolver el caso terminará enfrentándose a su madre cuyo temor no ha superado desde que era niña. 

   Este trauma no sólo se mantiene sino se intensifica al descubrirse que tenía una gemela, la primera víctima de su propia madre que terminó sacrificándola como parte de los propósitos de la secta en la que se encontraba. Sin duda una precuela sobre la caída de Rosario sería interesante porque la percibo a la altura de villanos como El Guasón, Hannibal Lecter y hasta Voldermort.

   Y es que Susi Sánchez y Miren Gaztañaga la caracterizan con tanta locura y esquizofrenia en sus respectivas versiones, que tanto en su versión joven como mayor es imposible no quitarle la vista de encima y más cuando comparte escenas con Marta Etura, aunque sean así de breves e indirectas, lo valen tanto que resulta una tremenda lástima que este su enfrentamiento esperado haya sido anticlimático en la tercera y “conclusiva” entrega. 

   Me dio gusto que le hayan seguido dejando las riendas al director Fernando González Molina, porque al igual que en El Guardián Invisible, logró mantener la esencia y a su vez elevar la tensión mediante encuadres dinámicos, amplias locaciones e insertando de misterio a cada uno del elenco. No que la novela necesitara mejorarse, está vez la narrativa de Dolores brillaba por su tono personal que Fernando aprovechó para posicionarla en un terreno tenebroso y de incertidumbre porque al igual que el libro, nos golpean con un giro inesperado.

   Nunca hubiese imaginado que la antagonista sería la madre de Amaia, y obvio que volverla a ver en presencia del Juez Markina nos hace apreciarla con otro enfoque. Se tiene bastante en común con la primera, especialmente en el libro donde esos mismos eventos y conflictos se prolongan hasta el grado de presenciar un confrontamiento físico entre Amaia y Fermín, suceso que se optó por omitirse por completo en la película y quizás haya sido lo mejor.

   Teniendo sólo 2 horas, lo importante era avanzar la historia y no hacer eco de lo ocurrido como lo puntualiza Dolores, que igual resulta una lectura atractiva conocer más a fondo con lo que se encuentra lidiando Amaia ahora que es madre. Marta luce bastante al compartir diálogos con Imanol Arias como el Padre Sarasola y Álvaro Cervantes como el Doctor. Quizás siendo mi ligera queja de que sus interacciones sean fugaces al igual que las de Elvira Minguez como Flora e Itziar Aizpuru como la Tia Engrasi. Al menos Patricia López participa en una de las mejores escenas, aquella en donde vemos a Rosaura adentrarse en el pueblo inundado con tal de rescatar a Ibai.

 Nada mal para un director que estuvo a cargo de Tres Metros Sobre El Cielo, Tengo Ganas de Ti y Palmeras en la Nieve. La confianza estuvo bien depositada por segunda vez y en mi humilde opinión, le hizo justicia a esta adaptación que transcurre un año después de haberse resuelto los crímenes en el valle del Baztán.

   Resulta nostálgico el regreso de Amaia a su pueblo natal, pero intriga más verla en compañía de su esposo y su recién nacido, lo menos que necesitaba para liderar la misteriosa oleada de suicidios de presos. Tanto libro como película llevan en sus frentes la palabra Tarttalo, la cual se entrelaza con la cueva de los huesos. 

   Con respecto a la novela, la autora Dolores Redondo mejoró bastante en su forma de describir los sucesos y se aprecia que le haya dado el protagonismo a Amaia porque en contraste con la primera obra, Amaia aquí si se hace cargo del caso y lo resuelve, aunque tenga que arriesgar a su hijo.

    Su antagonismo con Flora sigue incrementando a la par con la de Fermín, hasta el grado de caer en golpes. Más nada se compara con el pasado de Rosario, aquella mujer capaz de matar a una de sus hijas recién nacidas, y mantenerse el odio sobre la que vivió, siempre al acecho, siempre en la oscuridad, manipuladora de mentes y aguardando hasta cumplir con su cometido. Sin tomar en cuenta la siguiente, aquí se percibe a Rosario como la verdadera esencia del mal y así debería de quedar porque no hay nada más diabólico que el ser que te vio nacer, quiera matarte.  

   En cuanto al libro, ya no se desvía tanto en las conversaciones ajenas o chismes, inclusive los chismes pierden peso al enfocarnos en el pasado de Amaia, muy en especial con la de su hermana gemela. Desde entonces el padre de Amaia, sí que estaba igual de enfermo para haberle permitida a su esposa tales atrocidades sin condenarla. Insisto en que una novela precuela sobre la caída de Rosario sería más emocionante que rehacer la trilogía en una serie televisiva como se planea hacerse.

    ¿Por qué tratar la travesía oscura de una madre hasta el grado de sacrificar a sus propias hijas por el bien de una secta? De sólo pensarlo da hasta miedo y eso es lo que me fascina de Legado en los Huesos, que es justo como viene directamente en el título, se trata del legado oscuro de la familia de Amaia, por ende, los huesos.

   Tal vez el aspecto mágico o mitológico no esté tan marcado, y aunque hubiese deseado haber tenido más de la secuencia en el pasado (con la que se abre la película) sirvió su objetivo de vendernos una amenaza que venía desde los tiempos medievales.

   Dadas las descripciones, casi casi sentía que me encontraba recorriendo el Valle del Baztán. Espero y poder hacerlo algún día, se vale soñar. Así mucho mérito tiene el guionista Luis Berdejo al notarse lo bien que conoce a Amaia Salazar porque esta vez se nota la evolución en Marta porque vaya que tuvo momentos difíciles de interpretar, y en la secuencia del robo del bebé, Marta nos entrega su alma y corazón porque nos conmueve en sus gritos de dolor al perderse entre el bosque.

   Tanto la versión escrita como fílmica, las tengo en alta estimación por la calidad proyectada y su representación visual. Honestamente, me la podría pasar hablando y hablando, pero creo que ya he dicho lo que tenía que decir sobre la villana, el libro y la película.

   No me queda más que invitarlos a leer o ver esta obra, en caso de no haber recurrido a esta por equis razón. Nunca se es tarde para sumergirnos en la literatura española.

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https://www.peliplat.com/es/article/10033378/La-Verdadera-Esencia-del-Mal-

jueves, 5 de diciembre de 2024

El Justiciero: La dura realidad de un Antihéroe

 ¡Oh cómo pasa el tiempo! Más no para Denzel Washington por la forma en que los minutos literalmente se detienen en cada una de las secuencias de acción que conforman la trilogía de El Justiciero (The Equalizer) y lo que falta por venir en víspera de su reciente anuncio sobre no sólo una cuarta sino también una quinta entrega.

   Concuerdo con Denzel en que estas producciones son amadas como lo fueron Duro de Matar y Arma Mortal en sus respectivas navidades. Es cierto que ninguna de las tres entregas de El Justiciero cumple con el propósito navideño, pero sí con el espíritu al ser lo más cercano que se asemeja a nuestra realidad, una realidad que no perdona noches de paz y que nos incita a pensar seriamente en la necesidad de tener a un antihéroe como Robert McCall. 

   Es que hoy parecer ser que nos beneficiaríamos de tener a un Justiciero entre nosotros, que acompañe a las mujeres, proteja a los indefensos y combata el mal en las calles porque quedarse con los brazos cruzados no parece ayudar a nadie. Aunque por otro lado, sería prudente cruzar esta difusa línea del bien al combatir mal con mal

   Tal vez y por esa misma razón, nos sentimos atraídos hacía este mundo caótico creado por el director Antoine Fuqua, en especial por situarse en una realidad tan cercana a la nuestra por los constantes peligros en los que se ven envueltos los personajes cuyas historias pudiéramos ya haberlas escuchado o desafortunadamente vivirlas. 

   Por referirme a la chica drogada que es abusada por sus compañeros, el joven que sueña con ser policía pero debe renunciar para ayudar a su madre que ha sido extorsionada por la policía,  un vendedor que no tiene el dinero para pagar el piso y no sólo lo lastiman sino le queman su local, un policía cuya investigación es detenida y obligado a serviles a los criminales para proteger a su familia, unos jubilados que perdieron todos sus ahorros al ser hackeados y ni hablar de las jovencitas que son obligadas a prostituirse. 

   Es por esa familiaridad en las circunstancias en que se ven envueltos lo que nos hace identificarnos con algunos de los aspectos de la trama. Hasta el grado de hacernos sentir toda clase de emociones ante la injusticia que no sólo presenciamos en pantalla sino de la misma que nos rodea, sin hablar de la impunidad con la que fácilmente se libran los agresores, culpables o monstruos. 

   La ley hoy en día parece proteger más al agresor que a la víctima, que hasta se aconseja no recurrir a la policía sino tomar la justicia por la mano y deshacernos de la evidencia porque los criminales cuentan con más derechos. Incluso se dice que la misma policía suele aprovecharse del panorama criminal al recurrir a la corrupción mientras otros que de verdad buscan hacer el bien, no cuentan con los recursos suficientes ni el respaldo de la Autoridad para hacer su trabajo. 

   Por esa razón nos emociona la caracterización de Denzel Washington en el papel del ex agente militar retirado. Desde su lanzamiento en septiembre 2014, no me he perdido ninguna de las entregas porque cada producción, aparte de llevar una edición sangrienta, contiene un corazón en su centro que va desde lo personal hasta lo comunitario porque no sólo es ver a alguien tomar la justicia entre sus manos de una forma letal sino hasta el propio protagonista le ofrece la oportunidad al malhechor de detenerse y reconsiderar sus acciones. 

   ¿Quién en su sano juicio haría eso? Darle la oportunidad a un monstruo de redimirse. Tal vez una buena persona, pero Robert no es una buena persona por el solo hecho de matar porque eso mancha el alma y ese es su estrago, lo carga en su conciencia y no pretendía hacerlo ante la promesa que le había hecho a su esposa. Aquella de dejar esa oscuridad atrás para vivir el resto de los días en paz con ella. Lo cual tampoco pudo ser y vaya que me suena similar a John Wick. Un cruce no estaría mal ahora que lo pienso.   

   Sorprende tanto el primer encuentro con el proxeneta Slavi, cuando Robert va con la intención de comprar la libertad de la prostituta Teri tras haberla conocida en sus breves reuniones en una cafetería. Como era de esperarse, Slavi se burla de éste y al subestimarlo, termina hecho pedazos en un charco de sangre, literalmente hablando. 

   Sabemos que esta mal quitar una vida por más monstruoso que una persona sea, arrebatarles la oportunidad de redimirse porque se supone que no está en nosotros emitir juicio sino incluso perdonar a quienes nos agreden. Una noble mentalidad que es casi imposible cumplirse porque las victimas las tienen todo de perder. Pareciera que la libertad de decidir no es del todo libre, pero asegurar esa oportunidad parece ser un riesgo necesario de correr para Robert McCall, y es por eso que esta trilogía al lado de las de Búsqueda Implacable, John Wick, Hombre en Llamas y otras suelen volverse en referentes culturales.   

   El mundo no es un lugar seguro, la justicia como tal a duras penas llega a aplicarse porque hasta los actos más atroces ya se llevan a cabo en plena luz del día, y no necesariamente en las calles sino en supuestos centros de atención a la ciudadanía en donde la corrupción florece y la autoridad se vuelve incapaz de resolver un crimen. Todo es política y depende de una sesión en el senado para ejecutar una orden que sólo beneficia a los del alto mando dejando en el olvido a los ciudadanos que sólo quieren vivir en paz y libertad. 

   Dicho eso ¿Sería bueno contar con alguien que no tenga problema en recurrir a la fuerza bruta y jalar el gatillo por el bien de la comunidad? 

   Similar a la trilogía de El Caballero de la Noche en conjunto con las de James Bond de Daniel Craig, las de Misión Imposible de Tom Cruise y las de Jason Bourne de Matt Damon; resulta imposible no ponerse a pensar en donde estábamos hace diez años y hacía donde vamos. 

   ¿Será que una persona pueda hacer la gran diferencia por el bien común? 

   Tal parece ser la situación de Robert, y es que, a pesar de su tremenda oscuridad y violencia, El Justiciero tiene un mensaje y se percibe no sólo en su título sino en su contexto social y criminal. De hecho, cada una de las entregas lo tiene y el eco se llega a sentir de forma alucinante porque de lo contrario, la franquicia nunca hubiese alcanzado la taquilla global de los $ 600 millones a nivel mundial. Redondeándose a $ 200 millones por cada una y con un presupuesto por debajo de los $ 70 millones. Nada mal, en lo absoluto. 

   Aún recuerdo la primera vez que fui al cine a verla, justo era mi cumpleaños y opté por ver la primera película porque sus avances me atraparon. Ver en acción a Washington como el ex agente McCall fue emocionante y más por su motivación de ayudar a las personas con las que se frecuentaba. Aunque se le pasara un poco la mano, es que tanto sangrerío y cuchillazo me dificultaban el disfrutar mis nachos. 

   A su vez, encontrarme con temas de extorsión, trata de mujeres, maltrato y narcotráfico, nada más era inevitable no engancharse con estos ideales impulsados por la asombrosa interpretación de Denzel en compañía de Chloe Moretz, Haley Bennet Melissa Leo, Bill Pullman y los antagonismos inesperados de David Harbour y Marton Csokas.  Nombres que ahora suenan con fuerza, y si no me creen búsquenlos y se darán cuenta que estas producciones se volvieron en semilleros inesperados de talentos. 

   ¿Habrá válido la pena provocar la furia del diablo por una chica prostituta llamada Alina? Lo pregunto porque al final sus compañeros de trabajo se vieron expuestos al mismo peligro y presenciaron atrocidades que decidieron callar porque se lo debían a Robert aunque éste tuvo que mudarse y seguir su camino solitario, como siempre, porque quiero creer que sus intenciones por mas buenas que fuesen, seguían siendo las de un antihéroe porque eso era lo que era y lo que provocaba que se mantuviese como un lobo solitario. Sin perder la esperanza de redimirse al seguir ofreciendo sus servicios. 

    Cuatro años después y ante el éxito que resultó nos llegó la segunda parte que terminó por explorar un poco el pasado de este ex agente de la Marina y de la Agencia Inteligencia de la Defensa. Habiéndose cambiado de ciudad como era de esperarse, las circunstancias se tornan personales y más por el involucramiento directo que tiene con sus clientes en Lyft.

   La escena que tiene con Ashton Sanders, a quien interpreta al jovencito Miles es épica por el trancazo mental que le tira al ponerle una pistola en sus manos y apuntarle hacía el propio Robert para hacerle entrar en razón sobre lo brutal y desastroso que puede ser aspirar por una vida de pandillero. Esta y el asesinato de su mejor amiga en manos de su ex compañero Dave, nos destrozan el corazón y nos brindan una gran lección, en especial para aquellos jóvenes que creen que la vida de mafioso es el futuro. 

    Sólo un antihéroe puede dejárnoslo tan claro, un verdadero héroe jamás podría porque no ha a travesado la oscuridad como para entender que a veces se tienen que hacer cosas tan duras para asegurar la paz o la libertad. 

   Pedro Pascal en ese entonces se daba a conocer y me convenció el desgraciado, porque yo juraba que como Dave York era uno de los policías buenos y aquí la trama cambia de nivel porque no se trata de una mafia rusa sino de una élite de soldados convertida en mercenarios que cruzan la línea sólo para hacerse de dinero y ante el riesgo de ser descubiertos, terminan matando a su propia compañera y Robert debe imponer su justicia al ir contra aquellos que juro proteger cuando se encontraban de servicio. 

   No lo dirá con frases, pero en su mirada se puede distinguir el sufrimiento de haber llegado a tales medidas, en especial cuando regresa a su casa para recordar a su esposa. Aquella vida de paz que jamás volvería a tener porque no puede detenerse, no mientras tenga la fuerza y el impulso, aunque le cueste su salvación, se puede ver que no hay marcha atrás conforme observa el mar en calma. 

    No se diga de la tercera, la cual considero la mejor y vaya que disfruté ver a Robert fuera de su zona de conforte, y sumándole la anticipada reunión entre Denzel y Dakota Fanning posteriormente de 20 años de haber trabajado en Hombres en Llamas. Cómo olvidarla, desde entonces jamás la he podido volver a ver, es que una sola vez fue suficiente. 

   Y por lo visto los tiempos parecen no haber cambiado como uno quisiera, eso sí, la tecnología, el Internet y el celular se volvieron parte fundamental de nuestras vidas. Ahora que lo pienso, John Wayne no difiere tanto de Robert McCall, ambos son antihéroes y están dispuestos a condenar su alma por el bien de su prójimo, sin embargo, John se aferraba a la muerte mientras que Robert apostaba por la vida, aunque sintiese no merecerla por considerarse como alguien malo. 

   Espero y el personaje de Dakota, Emma Collins, dichoso de haber adivinado que se trataba de la hija de los Plummer, continúe en las rumoradas secuelas o al menos se pretenda producir una serie que incluya sus orígenes. A esta joven edad, Dakota tiene un brillo tan especial que la vuelve irresistible en este papel de agente especial. Como que me recuerda a una joven Jodie Foster en el Silencio de los Inocentes, tanto potencial se puede detectar y la química es asombrosa con Denzel porque logra extraerle un poco de luz a Robert.

   Haberse filmado en la costa de Amalfi en Italia le dio otro absoluto sentido a la forma de percibir este relato familiar. Lo digo porque no sólo profundizamos en la psicología del personaje, sino que en el proceso nos enamoramos de este pueblo que se encuentra bajo el dominio de los jefes del crimen local. Hasta el grado de desatarse el terrorismo del cual Robert se hace cargo con ayuda de su nueva aliada porque al final no sólo logra reencontrarse consigo mismo, sino se convierte en alguien más del pueblo.

   Es tanto el amor de los habitantes que tienen por éste, que Robert logra formar parte de la comunidad y no tiene miedo a morir salvándola siendo algo de lo que se alejaba para darse cuenta de lo mucho que los necesitaba porque sin esperarlo, se había vuelto parte de ellos. Robert no había conocido esa reciprocidad y por fin había encontrado un lugar para quedarse y rehacer su vida en paz de ser posible.

   La primera entrega es quizás la más local en su contorno, prostitución y cobro de pisos, la segunda aumenta de nivel al volverse personal y conspiratoria mientras la tercera sobresale el concepto de familia, amistad y la necesidad de hacer el bien. 

   Más que hacer justicia, la dirección de Antoine se basa en mostrarnos el formidable papel que puede jugar un antihéroe en la sociedad y comunidad. Malo o bueno, esta es una trilogía que nos pone a pensar seriamente en sí el mundo sería mejor con un antihéroe o justiciero como Robert McCall. 

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miércoles, 4 de diciembre de 2024

Hablemos de Skeleton Crew: Episodios 1 y 2


La aventura que nuestro niño interior ha aguardado por años finalmente ha llegado para conectar.

Final de MasterChef Celebrity 9 (España, 2024)


Después de 12 semanas la novena edición de #MasterChef #Celebrity ha llegado a su fin y esta es mi humilde opinión.

domingo, 1 de diciembre de 2024

Lo Que Me Han Enseñado Las Adaptaciones Navideñas

Cada uno de nosotros tenemos nuestra selección de películas a maratonear en cada temporada navideña, películas de las cuales nunca nos cansamos de ver. Incluso han estado presentes desde que éramos niños y lo siguen estando ahora en nuestra adultez y posiblemente en la vejez, por más nervios que nos produzca el solo hecho de pensarlo. 

   La vida es dura con uno mismo y más cuando el año está por acabarse, porque nos pone a cuestionarnos sobre quienes somos, qué hemos hecho y como afecta o beneficia lo que sucede a nuestro alrededor. Es inevitable, lo digo por experiencia propia y seguramente algunos coincidirán en mis palabras y si no es así, será después porque sólo así es como maduramos. 

   Lo que trato de decir es que las películas navideñas nos ayudan a calmar nuestra agonía, a través de estas podemos regresarnos en el tiempo y valorar todo lo que hemos aprendido y avanzado. Por más mínimo que sea el conocimiento o la sabiduría alcanzada, es más que suficiente para darnos cuenta de que no somos el mismo de ayer, y aunque estemos aún lejos de convertirnos en la mejor versión posible, la esperanza se mantiene firme gracias a esos relatos que nos han marcado para bien.  

   Algunos podrán coincidir conmigo y otros, no en lo absoluto. Es cuestión de gustos y de vivencias, y por tanto quisiera compartirles aquellos títulos que han dejado huella en mi vida desde que tenía nueve años aproximadamente. Espero y sean de su agrado conforme las comento y les comparto la enseñanza que me han dejado para mi desarrollo personal. 

   Todavía era muy pequeño para haber disfrutado Mi Pobre Angelito (Home Alone), un clásico que cada niño experimenta porque no puede pasar desapercibida. Recuerdo bien aquellas duras palabras que le dice Kevin a su madre de que quisiera vivir solo y no tener a su fastidiosa familia. Espero y no haber sido el único niño en haberlo deseado y es que me identificaba con ese conflicto del hermano abusivo. Ahora me rio y hasta nostalgia me trae de sólo recordarlo, pero como detestaba que se burlaran de mí y que nada más no encajaba con mis primos, hasta el grado de mejor pasarla con los adultos porque solía disfrutar las charlas de mis tías. En cuanto los ladrones entran al ruedo y Kevin se las ve durar al darse cuenta de que no sólo extraña a su familia sino la necesita para sobrevivir y relacionarse. 

   De lo contrario, la vida de un niño es totalmente aburrida y sólo es cuestión de hablar con firmeza, darse a valorar y aprender a tolerar. Así que no sólo se trata de un relato de un niño encerrado en casa haciendo travesuras, sino es la encrucijada de un niño que demuestra valentía, adquiere conciencia y se torna honesto al expresar sus emociones. Sin olvidarnos del amor de una madre por hacer todo lo necesario para regresar con su hijo a causa de un error que cualquier padre pudiera cometer incluso ahora con tanta tecnología. En cuanto a la segunda, es prácticamente lo mismo sólo por el cambio de escenario, aún así se agradece que hayan mantenido la formula y el mensaje. 

   Ah y cómo olvidarme de El Grinch, la adaptación del aclamado cuento de Dr. Seuss en manos de la inesperada mancuerna de Ron Howard y Jim Carey. Llevado de una forma en que no sólo enganchara a los niños sino también a los padres por adentrarse en temáticas maduras y oscuras sin dejar a lado el toque familiar y la importancia de lo que representa la navidad. 

   A parte de identificarme con ese odio que tenía nuestro peludo verde, se cumple el propósito de calentarnos el corazón y de verle el lado bonito a las cosas por más incomprensibles que estas parezcan. En efecto no deberíamos de juzgar a las personas ni mucho menos encasillarlas. 

   Aprendí a mejor seguir el ejemplo de Cindy Lou al investigar las razones que condujeron a esta criatura en volverse en un misántropo, malhumorado y ladrón. Es importante no generalizar sino comprender, cuestionar y ver en nosotros qué es lo que podemos hacer para ayudar a nuestro prójimo por más odioso que nos parezca. Sí, el humorista Jim Carey estuvo perfecto como era de esperarse pero debo colocar por encima a Taylor Momsen al lograr posicionarse como el corazón de esta conmovedora fantasía que termina por sentirse real. 

   Corríjanme si me equivoco, pero creo que la única película navideña que ha hecho Arnold Schwarzenegger ha sido El Regalo Prometido, y apenas descubriendo la involucración de Chris Columbus, ahora reconozco su mano de obra. Como quisiera regresar en el tiempo y advertirle al pequeño Jake Lloyd, que su vida sería tan dura después de La Amenaza Fantasma. 

   Y es que en algún momento estuvimos bajo esa manía de pedirles a nuestros padres lo inalcanzable sin tener la menor idea de las locuras en que se tenían que meter o siguen metiéndose con tal de conseguir ese regalo prometido. Además de haberme divertido y hacer una sátira de lo que hoy se refiere como las compras de viernes negro, comprendí que vale más el esfuerzo de un padre que el objeto de nuestro deseo, y pese a tratarse de un juguete, la mente adulta sabe que puede adquirir diferentes significados y el que Jamie haya decidido en obsequiarle ese cotizado Turbo Man al contrincante de su padre, me ayudó a reconocer lo duro que era el trabajo de los padres, y que su resultado no se puede medir en regalos o juguetes, sino en sus acciones y fortaleza. 

   Sin duda, esto me recordó al batimóvil que pidió mi hermano cuando Batman Regresa se encontraba en cines. Otra película de contexto navideño, sin querer queriendo, lo recuerdo como si fuera ayer porque en esa navidad nos contó que tuvo que ir a todas las tiendas de San Diego hasta finalmente conseguirlo. Gracias a ello, le bajé unas rayitas a mi superficialidad.   

   Seré honesto y confesaré que no he sido amante de La Santa Clausula, han pasado treinta años y sigue siendo un referente cultural que no puede faltar en cada navidad y más al producirse temporadas en Disney Plus, lo cual hubiese deseado que no pasará de la tercera. De que entretiene, entretiene, pero como el niño adventista que algún día fui, digamos que yo veía mal esa creencia americana, lo cual cambió en definitiva con La Santa Clausula 2 al considerarla la mejor de la trilogía por haberme hecho conectar con mi niño interior y entender que a veces uno tiene que escuchar de verdad. 

   Lo menciono porque Scott estaba tan preocupado por permanecer como Santa que ignoró por completo que su hijo se encontraba lidiando contra su sombra y que lo importante aquí era escucharle y ayudarle a conectar con él. La navidad (disfrazada de trabajo) pasó a segundo plano, como siempre debería ser al tratarse de la familia.  

   ¿Qué puedo decir de El Expreso Polar? Resulta imposible no amar el regalo visual de Robert Zemeckies y Tom Hanks. Hasta la fecha siempre se me quedó grabado la frase de que las personas que no creen en fantasmas han estado en presencia de estos mientras que los que creen nunca han podido verlos. Tal vez sea algo abstracto. 

   La clave radica en el cascabel que el niño recibió como primer regalo de Santa Claus, ya que le llega a uno cuando narra que con el tiempo la familia y sus amistades dejaron de escuchar, a lo que yo entiendo como el paso de la niñez, el sonido es la imaginación con la que nos desenvolvemos de pequeños antes de perderla con la adultez. 

   Siendo la realidad de que por más grandes que seamos, siempre podremos recurrir a nuestro niño interior y simplemente creer, no sólo en la navidad, Dios sino en lo que uno quiera. Actualmente me encuentro lidiando con la terrible verdad de que jamás volveré a ser un niño, pero lo irónico de esto es que lo sigo siendo, el detalle es dejar de pensar y sólo abordar el tren hacía el polo norte con la mente en blanco. 

   Klaus, la animación sorpresa de Netflix y nominada al Oscar, retomó la leyenda de Santa Claus y le dio un giro inolvidable al mostrarnos como uno puede hacer la gran diferencia en un pueblo abandonado en espíritu y convivencia. Lo importante aquí es centrarnos en los niños, ya que por naturaleza son los únicos capaces de hacernos sonreír y no son tan difíciles de convencer porque con un objeto de madera, es más que suficiente para tocarles el corazón y que ellos nos los toquen a nosotros también. 

   Mis respetos para el español Sergio Pablos, y aunque al principio me rehusaba a verla, terminé viéndola al descubrir su nominación como Mejor Película Animada y vaya que debió haber ganado esa categoría. Fue irónico haberla visto a finales de Enero, pero todo sucede a su tiempo por más ilógico que suene. 

   Confieso que en ocasiones desearía pasar la Navidad a solas, sin nadie ni obligaciones, y sí es posible lejos de casa, en plenas vacaciones. Me declaro culpable y es por ello que me proyecto en Una Navidad de Locos. Además de hacerme carcajear, Tim Allen y Jamie Lee Curtis comparten una grandiosa química conforme intentan llevar a cabo un viaje en plena festividades evitando así ser anfitriones de la gran cena, no obstante, en un giro de eventos su hija siempre si decide pasar la navidad obligando a los Kranks de reconciliarse con el pueblo para sacarlo adelante. 

   Me gustó que al final la Sra. Krank le diga al Sr. Krank que quizás el próximo año podrán llevarlo a cabo tras enterarse de que su egoísta esposo optó por regalarles sus pasajes a su vecino Walt y a la esposa de este, Bev, cuya navidad podría ser la última por estar gravemente enferma. Es en esta escena donde pude comprender lo importante que es estar atento de aquellos cercanos a nosotros, tanto en distancia como en parentesco y amistad. Sí está en nuestro poder, hacer algo por ellos, por más mínimo que se pueda, adelante, es bueno de vez en cuando no sólo pensar en uno mismo. Mensaje que puedo ver reflejado en las comedias de Christmas Vacation y Cuatro Navidades. 

   Ver a los Griswolds celebrar la navidad de una forma caóticamente divertida que hasta el S.W.A.T. les cae por haber secuestrado al jefe de Clark dado que se rehusó a darles el bono navideño a él y a todos sus empleados. Es más que evidente que a veces no nos queda más que aguantar a nuestros primos, tíos, sobrinos… y es que a veces los quieres ahorcar pero algo que debo destacar es que sin importar lo que sintamos, siempre tenemos en nosotros la tolerancia de recibirlos con los brazos abiertos y ellos por igual responderán al llamado como  se visualiza en esta comedia que por un segundos se torna drama. 

 Por otro lado, doy gracias de que mis festividades no tengan que partirse en cuatro como sucede en Cuatro Navidades. A pesar del humor negro, lo sobresaliente es la capa de emociones que se desenvuelven al mirar en el interior de esta pareja cuyos traumas y sentimientos reprimidos van saliendo a flote hasta el grado de romper la barrera al convivir con las distintas familias de sus padres y madres. 

   Tanto Vacaciones como Cuatro, ambas dan por hecho que la familia lo es todo, en las buenas y en las malas tanto con ellos como con nosotros mismos, es necesario ser transparentes con aquellos que siempre han estado desde que llegamos a este mundo, lo cual me lleva directo a La Joya de la Familia.  

   En donde una madre oculta su más grande temor y es el bienestar de sus hijos al estar consciente de que no pasaría otra navidad con sus ellos, por lo que esta historia se caracteriza por resentimientos, discriminaciones, rechazos, redescubrimientos  y crisis existenciales que cualquiera podría identificarse con cualquier integrante de este estelar elenco. El amor de una madre está bien representado en el protagonismo de Diane Keaton como Sybil, consolidándose como la Joya de esa Familia porque es así como cada madre debería percibirse y no sólo en esta temporada.  

   Ah y quizás Nicolas Cage si tenga lugar en esta fechas todavía porque me es inolvidable no acordarme de Hombre de Familia ¿Será que perseguir los sueños impliqué sacrificar el hacer una familia con la persona que amas en el mundo? 

   No lo vería de ese modo, pero lo que amó de este drama familiar es que ponga en alto a los hombres y mujeres de familia, padre o madre, no hay absolutamente nada malo en compartir un matrimonio humilde. No se necesita de trajes, mansiones o carros para ser feliz, podrás carecer de bienes, pero mientras goces de salud y de la compañía de las personas a quienes amas, eres mucho más millonario y afortunado de lo pienses porque hasta las personas más ricas del mundo, pueden llegar a sentir envidia del más “pobre” y lo digo entre comillas.

   A todo eso, hay dos dramas que son de ley reproducir cada año o eso intento porque lo que falta hoy en día, es tiempo. Curiosamente, una supera a la otra o viceversa, dependiendo del humor en que me encuentre. Nunca me canso de ver El Descanso, y quien diría que Jude Law, Kate  Winslet, Cameron Diaz y Jack Black podrían formar parejas de una forma extraordinaria y eterna.

    Siempre lloró cuando Amanda Woods corre para reencontrarse con Graham Simkins tras haber derramado una lágrima. Cuando ambos están con las niñas, me rio sin parar al igual que la escena de la Blockbuster en donde Miles le canta a Iris. Ah esos tiempos cuando trabajaba en esa tienda de videos…,  ni se diga del cameo de Dustin Hoffman, no tiene precio. 

   El respeto hacía las personas mayores, y la importancia de darse uno a valer a través de los ojos de Amanda y Kate no pasa desapercibido y se convierte en medicina para el alma. El empoderamiento, la locura y la honestidad, factores que sin duda deseo y trato de contagiarme cada que reproduzco esta comedia romántica de Nancy Meyers. Es como si fuera ayer cuando la vi en los cines, justo iniciando el 2007. Tan Inolvidable e insuperable como la obra inmortalizada de Realmente Amor

   21 años no han pasado en vano ya que estoy seguro que cualquiera la sigue teniendo muy presente y si no, tarde o temprano se van a topar. Es ingenioso ver a famosos que aún eran desconocidos en ese entonces, y es que lo mejor es que todos sin excepción llegan a ser de tu agrado. Bueno, a excepción de uno que otro que podríamos llegar a detestar. Que en paz descanse Alan Rickman, una pena no tenerlo más con nosotros. 

   A quién no le ha vuelto loco el bailecito de Hugh Grant, cuando era el galán a diferencia de lo odioso que se ha vuelto al cambiar de roles. Liam Neeson con el pequeño Thomas, a cualquiera nos derrite el corazón durante el acto final. Un niño también puede enamorarse, claro que sí, hasta los dobles de sexo y ni se diga del escritor y la limpiadora de casa que solamente a través de sus miradas pueden lucir lo que realmente sienten el uno del otro. 

    Y por supuesto que la sonrisa de Keira Knightley puede enganchar al protagonista de The Walking Dead. Aquella boda con la canción de Los Beatles, me parte el corazón y vaya que anhelo tener algo así en el futuro. Y decirle al amor de tu vida lo que significa para ti mediante carteles, correspondido o no, tiene mucho valor y mérito el tan sólo exponerte. Porque cuando se trata de Amor, realmente amor, lo mejor es no quedarse callado sino decirlo a los cuatro vientos y expresarlo con toda el alma. Es lo más bonito que hay, lo que sana heridas y pone fin a las guerras incluso antes de desatarse. 

   En conclusión, esto es todo lo que me han enseñado las películas navideñas conforme las empecé a ver desde los nueve años. Llámenme cursi, no me avergüenzo porque es bueno serlo. También sensible, si eres de los hombres como yo que lloran con una buena carta o una buena película, adelante, no hay nada más bello y transparente en esta vida que dejar fluir nuestros sentimientos. Es mil veces mejor enamorar a alguien que ignorar o peor aún lastimar. 

   Seré Grinch la mayor de las veces, pero mi corazón siempre se me derrite conforme recuerdo el pasado de aquellos escenarios nostálgicos que me regalaron estas adaptaciones navideñas que por siempre cargaré en mi mente y corazón, por estar vinculadas a mis demás vivencias y sobre todo a mi familia.

Estoy participando en el Desafío cinéfilo de Peliplat. ¡Comparte mi artículo y ayúdame a ganar el premio! 

https://www.peliplat.com/es/article/10032485/Lo-Que-Me-Han-Ense%C3%B1ado-Las-Adaptaciones-Navide%C3%B1as-?uid=11450144

sábado, 30 de noviembre de 2024

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