sábado, 24 de septiembre de 2016

Crítica de Atentados en Paris (Bastille Day)


Atentado en París

En víspera del Día de la Bastilla, Mason roba un bolso del cual contiene un explosivo que desencadena accidentalmente la muerte de cuatro inocentes. Siendo perseguido tanto por la policía de Francia como por un grupo criminal, no tiene opción más que cooperar con el renegado agente Briar de la CIA con el fin de prevenir el siguiente atentado terrorista.

Debido a la tragedia ocurrida hace un par de meses, las funciones alrededor del mundo fueron canceladas con la excepción en México cuyo retraso brindó frutos porque realmente se trata de una producción refrescasnte de acción sólida para su propio género  y ni se diga de su inesperado sentido del humor porque te saca un par de risas gracias al dinamismo de los protagonistas.

Más que la historia, la cual de por sí por más sencilla que sea, cumple con las expectativas de entretenerte de principio a fin gracias a su núcleo misterioso. En sí este concepto fue mucho mejor desarrollado en manos de James Watkins cuya veloz dirección supera mil veces a Focus por contagiarnos de escenas creativas de robos.

Vuelvo a repetir, el guión es básico y suficientemente equilibrado para introducirnos a este duo conflictivo de personajes. El detalle radica en el desarrollo de los personajes, inclusive después de haberse desatado el frenético clímax del cual algunos podrían identificarse o caer en la propia negación por verse demasiado sumergido en su explosivo trama.   

Todo gracias a la absoluta seriedad de Idris Elba, un actor de categoría por su alta presencia y profesionalismo cuando se trata de transmitir en pantalla. No que le haya sido difícil porque similar a su rol en la serie de Luther, se podría insinuar que reutilizó ciertos elementos, sin embargo fue su interacción con Richard Madden lo cual le inyectó de una chispa de comicidad.

Coincidirá en el mismo tono de frivolidad pero al momento de ejecutar sus trucos dentro del personaje, Madden se destaca pese a sus limitaciones físicas. Mucha seguridad sin duda, exquisito contraste. Lo mismo va para Charlotte Le Bon y Kelly Reilly por el apego sentimental por así decirse, en las cuestiones delicadas con respecto a los atentados.  

Mí única queja es que la edición tiende a desenfocarse en las secuencias de persecución o combates. Sea o no justificado, le resta calidad a la imagen de la cual de por sí luce por su amplia y artística cinematografía. Quizás por cuestiones de presupuesto, pero fuera de eso y haciendo excepción de la pobre melodía, lo que vemos es agradable para nuestros ojos.

Siempre y cuando no seas exigente, podría decirse que Atentados en Paris es el resultado entre la suma de Arma Mortal y Pareja Explosiva. Pudo haber sido mejor con un gran desarrollo de los personajes pero siendo lo que es, me es grato haberla disfrutado en sustituto  de Los Magníficos Siete.

Calificiación: 3½ de 5 estrellas

domingo, 18 de septiembre de 2016

Crítica de El Bebé de Bridget Jones (Bridget Jones’s Baby)


Bridget Jones's Baby' review with Renee Zellweger - CNN

Pese a ser un año de secuelas, debo confesar que aunque sus taquillas se han visto declinar, la calidad ha sido en su mínimo aspecto creativa y como tal efectiva en víspera de que esta tercera entrega supera a la segunda colocándose a la altura de la original por respaldarse en los elementos clásicos que pusieron en el mapa a la original.

Seguramente me vayan a llover toda clase de comentarios pero en mi defensa, soy un romántico. Así que ¿qué se le puede hacer? Cualquier seguidor sin duda acudirá a verla porque su contenido cumple con su propósito y más por Sharon McGuire por hacernos pasar un buen rato mediante ocurrencia tras ocurrencia.

Efectivamente McGuire fue quien la llevó a la gran pantalla en el 2001 convirtiéndola en un éxito mundial de $ 281 millones de dólares habiendo costado sólo $ 25 millones. Retomar la silla de directora resultó de mutuo beneficio por mantenerse fiel a la forma de pensar y reaccionar de la protagonista entorno a su estatus social y amor platónico.

Complicada es la vida de solterona de Bridget, que a estas alturas esperábamos verla felizmente casada con Mr. Darcy y con niños. Fue lógico la forma en que nos muestran las razones de este rompimiento y como Jones ha logrado mantenerse “estable” todo este tiempo. Es un buen giro verla delgada y tratando de conseguir su tercer aire.

Este desarrollo circunstancial y dinámico en su trama se debe a Emma Thompson quien además de hacernos reír con su inigualable participación, pulió el guión de Helen Fielding y Dan Mazer dándole ese encantador y crítico dilema. Incluso moderniza los ideales al incluir problemáticas actuales y entremezclarla con algunos valores, sobre todo la integridad.    

El sólo objetivo de contar con el retorno de Renée Zellweger, es suficiente para justificar esta secuela porque nunca falla en engancharnos con su esencial personalidad que transmite bajo esa madurez y grata espontaneidad. Cabe señalar que su química con Colin Firth sigue poderosa gracias a la formidable presencia de Firth.

Sí se extraña a Hugh Grant, en lo que cabe, aunque siendo honesto Patrick Dempsey nos lo compensa ya que nos entrega una actuación de revelación por haberse arriesgado a expresarse de humorística forma. Ni se diga la competitividad con Firth porque te roba de un par de risas, en especial con la cargada, la cena con los tres, las citas con la doctora y sobretodo la terapia.

La simpatía de Sally Phillips como Sharon es una tremenda adición y más al lado del cantante Ed Sheeran cuya breve aparición es de las mejores y no sólo por sus canciones. Jim Broadbent y Gemma Jones aparecen poco pero simplemente uno no puede extender esta historia sin los padres de Bridget Jones de por medio.   

En conclusión, no era necesaria de contarse y menos considerando el extenso transcurso de catorce años. Muchas cosas han pasado como la operación misma de Renée pero he aquí la chispa de encanto no ha perdido su resplandor porque la esencia de Bridget Jones nos demuestra estar en gran forma después de todo.

Calificación: 4 de 5 estrellas

domingo, 11 de septiembre de 2016

Crítica de Star Trek: Sin Límites (Beyond)


A Quasi-American “Star Trek Beyond” | The New Yorker

Tres años después de haber derrotado  al formidable Khan, el USS Enterprise se encuentra en su tercer año de exploración cuando un altercado en la estación Yorktown los coloca en una misión de rescate la cual se tornará en una intensa travesía por su sobrevivencia ante el ataque de una fuerza del pasado.

Hoy en día existe mucho más competencia por mencionar a Star Wars: El Despertar de la Fuerza, Guardianes de la Galaxia, Avatar y próximamente Rogue One. Extrañamente Star Trek es una franquicia que ha estado perdiendo público americano aunque ha estado compensándolo lentamente a nivel internacional.

Es extraño considerando lo geniales que fueron las producciones de J.J. Abrams. En horabuena se requirió de otra mano y que mejor que la del director Justin Lin quien no pierde el tiempo de inyectarle su vibra de imparable acción y sublime humor. La formula de Rápidos y Furiosos 5-6 funciona a la perfección en esta trama mucho más dinámica y diversa.

En un principio se opta por darle un giro a la estructura narrativa ya que la tripulación es separada en dúos cuyas interacciones nos enganchan por no haber sido exploradas en el pasado. La estrategia es sacar a cada individuo de su zona de conforte y he aquí la clave por la cual esta tercera entrega  se renovada con calidad.

A estas alturas del juego, se es necesario innovar y Simon Pegg supo hacerlo al asumir el rol de guionista al lado de Doug Jung. Todos los personajes sin excepción se crecen porque comparten el mismo tiempo en pantalla y en primera instancia cuentan con su propio momento. Hasta las nuevas adiciones hacen la diferencia.

Visualmente hablando la cinematografía y edición son de las mejores presentadas debido al espectacular diseño de la estación Yorktown, el planeta Altamid cuyo panorama enriquece los combates y ni se diga de la invasión en el Enterprise porque es fácilmente la razón por la cual se vuelve relevante esta secuela.

Sirviendo como un homenaje a Leonard Nimoy, se toman el tiempo necesario para mandarle una merecida despedida aunque por otro lado, Anton Yelchin asume un rol protagónico al lado de Chris Pine que es difícil no evitar sentirnos nostálgicos por tratarse de su última participación como Chekov y vaya que logra un gran alcance. Sin duda será extrañado.  

De por sí Pine es la base y al lado de Zachary Quinto, estamos consciente de su brillante química que para variar se optó por emparejar a Quinto con Karl Urban descubriéndose así una de las mejores interacciones. Hasta Simon Pegg se torna serio por equilibrarse con la intrépida Sofia Boutella.      

Tampoco podemos descartar a John Cho y Zoe Saldana quienes podrían haber sido llevados un poco al fondo quizás por Idris Elba, ya que éste tiende a robar la atención y muy en especial durante el clímax. Su experiencia en escena con Pine contagia la atmosfera de sentimentalismo, fuerza física y sobretodo autocrítica.

En conclusión Star Trek: Sin Límites cumple con su título de no frenarse en adrenalina y humor porque una vez que despega te enganchas al instante y todo gracias a esta familia de actores y técnicos que han hecho lo posible por mantener la esencia intacta pese a sus dos irremplazables perdidas.

Calificación: 4 de 5 estrellas

viernes, 9 de septiembre de 2016

Crítica de Morgan


Crítica de MORGAN con Kate Mara

Ante un inquietante accidente, La Gestora de Riesgos Lee Weathers es asignada para evaluar la situación de uno de los experimentos más comprometedores y en el proceso tomar un curso de acción viable para la Corporación. Independientemente de lo que decida, su vida como la del resto estará en manos de Morgan quien es mucho más de lo que aparenta a simple vista.

Tratándose del debut direccional de Luke Scott, debo confesar que heredó el talento de su padre en la forma de enaltecer la cinematografía, armar el suspenso, liberar el talento actoral y desatar la violencia no sin antes situarnos con un buen drama. Tal como parece, el hijo de Ridley Scott retoma la estructura de Alien aunque no consiga el mismo impacto.

De igual forma, Scott demuestra contar con esa habilidad para crear una atmosfera de acorde al contexto. El detalle radica en su escaso guión debido a la grave ausencia de un desarrollo de personajes. Desde el lado de la acción y la intriga, se compensa lo suficiente para volverse en una ligera recomendación de un domingo libre.  

La sorpresa al final te deja estupefacto en el modo de inyectarte con otra percepción. Eso sí el concepto es desarrollado con eficacia, el sonido cumple con lo requerido y la iluminación brinda lo mejor en el proceso de edición, la cual lo se conserva directo, espontaneo y limpio. Hasta eso sus 92 minutos se te pasan volando.

Importante saber que no es un relato de horror, sino un drama cuyo clímax resalta por su frenética media hora final. Sin duda los efectos especiales fueron especiales considerando su limitado presupuesto. Se pudo haber trabajado en el guión, ya que permanecen ciertas dudas pero no es nada de quebrarse la cabeza.

Como lo ha demostrado en el pasado, Kate Mara entrega un eficaz protagonismo. Seguramente estamos ante la siguiente heroína de Hollywood porque muchos ojos habrán notado su despiadada determinación y ni se diga de esas maniobras tácticas. Lee Weathers es un poderoso personaje que en ausencia de un respaldo histórico, Mara le hace justicia con su personalidad.

Obviamente la atracción recae en Anya Taylor-Joy ya que Morgan no es difícil de comprender. Esto gracias también a Taylor-Joy  porque hace lo necesario para sugestionarnos con su descontrol emocional. Lo curioso es notar que a duras penas interactúa con el elenco,  hubiese sido genial haber explorado esa área no mediante vistazos a su niñez.

Y como ta:l Toby Jones, Michelle Yeoh, Jennifer Jason Leigh y Paul Giamatti son desaprovechados y en cierto modo está justificado. Considerando la limitada interacción con Morgan en conjunto con la rapidez de las circunstancias,  Morgan resulta ser una obra que nos entretiene a pesar de su simple narrativa.

Calificación: 3 ½ de 5 estrellas

domingo, 4 de septiembre de 2016

Crítica de El Club de las Madres Rebeldes (Bad Moms)


Fox prepara un reality show inspirado en la película Bad Moms

Al tratar de cumplir con el rol de “buena madre”, Amy Mitchell se encuentra al borde de la frustración a consecuencia de su flojo esposo, hijos resentidos, un jefe inmaduro y una tremenda rivalidad con la Presidente de la PTA. Aceptando la triste realidad de ser una mala madre, decide sacarle provecho a este giro de eventos al lado de sus dos nuevas amigas.

Debo confesar que por semanas no me podía explicar la razón por la cual esta comedia clasificada R ha estado manteniéndose en la Taquilla Norteamericana hasta el grado de cruzar los $ 100 millones superando su inversión de $ 20 millones. Ni se diga de los adicionales $ 45 millones foráneos. Ahora tras verla, entiendo porque su gran triunfo.

Además de presentarnos una historia fresca que puede ser vista no sólo por las mujeres, nos pone a cuestionar sobre el papel de una madre americana en la actualidad aunque no sea tan distante de cualquier paradigma social; en especial con el núcleo familiar y el sistema escolar malamente influenciado por las organizaciones o asociaciones.

Y todo sea por el bien de los hijos, prepararlos a matarse desde temprano y en ocasiones malcriarlos al ignorarse la educación en casa. Nadie es perfecto cuando se trata de la criarlos porque nadie sabe realmente como hacerlo y es ahí donde radica el mensaje de esta sugestiva trama cuyo contenido es desenvuelto con eficacia.

Para tratarse de los guionistas detrás de ¿Qué Pasó Ayer? Me encuentro asombrado porque previamente había encontrado a Damas en Guerra como una de las mejores comedias realizadas. Ahora creo que esta le compite por ese título por no sólo hacernos reír sino por contagiarnos con un sentimentalismo enfocado a la relación entre madre e hijos.

Los directores Jon Lucas y Scott Moore, quienes también fungen como los guionistas, nunca le faltan al respeto a nadie ni tampoco caen en lo grotesco pese a sus diálogos directos y malas palabras. Hasta eso la edición es limpia dentro de lo que cabe y las localizaciones lucen al lado de la exquisita espontaneidad e interacción de las talentosas actrices.

Cuando se trata de engancharnos con dulzura y desmadre, Mila Kunis nunca falla en cumplir con ese equilibrio que demandaba este personaje de Amy. Esta es su película de inicio a fin y ella lo sabe por la seguridad que proyecta. Todavía más su incontrolable y diversa química con Kristen Bell y Kathryn Hahn. Este trío de verdad luce.

 Y vaya papelazo de Christina Applegate quien al lado de Jada Pinkett Smith, nos hacen odiarlas y con ganas. Se aplauden las breves apariciones de Martha Stewart y Wanda Sykes por proporcionados un par de extrovertidos diálogos. Tampoco descartemos a los hombres: David Walton como el clásico esposo holgazán y Jay Hernandez como el viudo deseable.  

En conclusión, estamos ante una simpática comedia que a su vez nos proporciona otra forma de percibir nuestros errores y como lo disfrazamos al juzgar a los demás y sobre todo a uno mismo. Ser madre no es fácil por la gran responsabilidad de ser el corazón de la familia como se visualiza en esta sobresaliente adaptación de la cual no te puedes perder.  

Calificación: 4 de 5 estrellas