jueves, 22 de noviembre de 2018

Crítica de Matar a Morir (Peppermint)


Peppermint movie review: Jennifer Garner film eschews nuance and ...

En este retorno a la acción, desde Elektra o El Reino si no me equivoco, Jennifer Garner es fenomenal cuando se tratar de liberar su camino a través de armas y golpes. Similar a John Wick o Atomic Blonde, se narra la venganza de Riley North ante el asesinato de su esposo e hijo en manos de un poderoso líder de cartel.

El director Pierre Morel no se quiebra la cabeza en darle giros a la trama, desde un principio es lo que es y no teme en ser lo bastante directo. Inclusive se ahorra el desarrollo de personajes para enfocarse en el objetivo de Riley la cual se desata en una sólida acción acompañada de un constante suspenso que es imposible no perderse de vista ni por un segundo.

Garner le recuerda a Hollywood que todavía tiene esa fuerza para liderar estas producciones violentas y mejor aún tratándose de sucesos no tan distantes de la realidad. La corrupción, las drogas, la impunidad y el constante peligro que uno se enfrenta como la ineficacia de la Ley, nos ponen a reconsiderar la postura de los Vigilantes.

Siempre he encontrado ilógico que un Criminal tenga más derechos que un Vigilante. Cuando se trata de impartir la justicia negada, todos corren para atrapar a la buena persona dejándole el pase libre a quien verdaderamente fue el causante de todo, por ende las consecuencias y el dilema. Sí que disfruté este guión, por la forma en que presentó esta controversia.

Era de esperarse que el elenco secundario no tuviese tanto impacto, nunca fue la intención que lo tuviesen quizás uno en especifico en el final. A pesar de ello, John Gallgher Jr., John Ortiz y Juan Pablo Raba nos sorprenden con unos ligeros giros en sus distintos personajes. Lo único es que sentí desaprovechada a Annie Llonzeh como la Agente Inman.

No hay mucho qué decir, estamos ante una básica y sólida película de acción que a la mayoría le va a fascinar por el sentimentalismo invertido de su protagonista. Considerando el lapso misterioso de cinco años, una precuela podría funcionar al igual que una secuela. Garner tiene buenas razones para regresar y creo me gustaría fuese el caso.  

Calificación: 4 de 5 estrellas

sábado, 10 de noviembre de 2018

Crítica de Primer Hombre en la Luna (First Man)


First Man - El primer hombre (2018) crítica: una decepción

Basado en el libro de James R. Hansen, se nos narra la vida de Neil A. Armstrong a través de los años que lo guiaron hacía la histórica misión del Apolo 11. Verlo como piloto de prueba para la NASA en 1961 y pasar por varias proyectos donde estuvo tan cerca de la muerte, me puso a pensar en lo cual complicado fue su travesía y más acompañado de su distanciamiento con la familia.

Tratar de equilibrar tanto lo familiar como lo aspecto laboral fue lo que frenó el ritmo de esta adaptación que en manos del guionista Josh Singer se sintió poco especial considerando las intensas emociones que destacó en Spotlight, The Post y El Quinto Estado. Tampoco ayudó que el director se haya conformado en simplificar algo que debía ser grande desde el principio.

Como que quisieron hacerlo lo más sencillo posible, sin tomar riesgos ni mucho menos meterse en controversia. Tras grandes éxitos como Whilplash y La La Land, esperaba que el director fuese ambicioso con esta adaptación que pudo haber sido más que una travesia pausada considerando el valioso material que tenía en sus manos. En pocas palabras, algo tan épico no puede simplificarse ni mucho menos en el cine.

Siendo más específico: un respaldo histórico hubiese sido de gran ayuda como explorar las circunstancias de ese periodo, Neil es sin duda la figura principal y vaya que se descuidan sus acompañantes porque a excepción de su esposa, nadie logra dejar su huella. Demasiada frialdad ocasiona que uno no pueda conmoverse, asimismo la falta de interacción para crear esos vínculos emocionales.

La prueba al inicio de la película con la trama de la niña crea un enganche emocional que l se desvanece conforme pasan los minutos. Se mantiene en la oscuridad que cuando hacen la conexión en los últimos minutos, se siente lógico y poco sorpresivo. Hasta eso Ryan Gosling entrega una poderosa actuación que nos conmueve pero el fallo es haber sido limitado a la interacción con los demás actores.

La clave aquí era Claire Foy que como la esposa de Armstrong comparte fácilmente la mejor escena de la película pero al igual que Jason Clarke, Kyle Chandler, Corey Stoll y Luke Haas, carecemos de información y desarrollo como para verdaderamente sentir ese dolor. Los riesgos son claros pero el factor humano aquí simplemente se tornó frívolo como su protagonista.

Tampoco ayudó haber recurrido al silencio, la música es lo que nos mueve y ante su ausencia simplemente uno podría llegar a sentirse un poco cansado y más viendo lo fríamente aislado que era el protagonista. Con mega-éxitos como La La Land y Whilplash, esperaba que Damien Chazelle fuese más ambicioso y arriesgado al hacerse cargo de esta historia.

Como que en sí, no sólo quiso abarcarlo todo sino hasta justificarlo todo, y en conclusión, Neill no queda del todo bien como Padre de familia y por ello, a pesar de la ingeniosa actuación de Ryan Gosling, no logra hacerle justicia al hecho de que Neill fue el primer hombre en pisar la Luna. Cinematográficamente hablando, las secuencias previas a la Luna fueron mejor diseñadas y ejecutados que el sólo viaje a la Luna.

Creo que el enfoque más que trazar una ruta, era irse directo a la luna y explorar las consecuencias posterior al retorno. Resumir el pasado de su familia y carrera espacial, posicionarse en el presente que era la Luna y lograr la catarsis de este gran astronauta al tratar de conectar con su familia porque la verdad, es una buena película pero no la gran película que merecía ser.

Calificación: 4 de 5 estrellas.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Crítica de Bohemian Rhapsody


Globos de oro | Bohemian Rhapsody, datos curiosos

Este ha sido un fantástico año para el género musical, tras Ha Nacido Una Estrella creo no se esperaba que Bohemian Rhapsody tendría una aun mejor apertura en la taquilla tras la recepción mixta que ha recibido, la cual en mi humilde opinión, no tiene nada que ver con el producto final porque la importancia aquí es la historia musical y no tanto el morbo.

Situada en la carrera discográfica de Queen, muy en especial en la vida de Freddie Mercury, vemos el recorrido desde los humildes orígenes de la banda en 1970 hasta concluir en el épico concierto de 1985. En definitiva una vida no tan fácil pero un gran regalo para la industria de la música al descubrirse el detrás de las canciones que han perdurado por décadas.

Entiendo el sentimiento que no se haya explorado tan a fondo la vida personal de Freddie, que en sí se narra desde una perspectiva resumida y con mucho cuidado de no faltarle al respeto. Su nombre como integridad permanece en alto y se agradece tanto al director Bryan Singer como su reemplazo Dexter Fletcher por no irse de lleno al contexto controversial.

Existen escenas fuertes pero bajo ninguna circunstancia se tornan explicitas, esto la hace ingeniosa inclusive para el equipo de editores considerando la perfecta ejecución de los encuadres. Además de que algunos conciertos mantuvieron su esencia y hasta coreografía como ya se estarán dando cuenta algunos tras visitar las grabaciones en las redes sociales.  

La imagen y la letra se mantienen fiel al igual que las canciones y vaya que las escenas en el estudio, principalmente en la composición es enganchadora por la interacción de los actores porque cada uno sabe desenvolverse gracias a lo bien informados que se encontraban. En el aspecto técnico es de esperarse varias nominaciones como una necesaria en la actuación.

He visto a Rami Malek iniciar en el fondo con Noche en el Museo 1-2 y apenas adquirir interés en Amanecer Parte 2 como espontaneidad en Larry Crowne. Esta fue una actuación de una vida y como su personaje lo dice, nació para interpretar este papel porque además de brindarle justicia, proyecta esa personalidad que lo hará competir por un Oscar.

Esta seriedad se impulsa en compañía de Lucy Boynton, Gwilym Lee, Ben Hardy, Joseph Mazzello, Aidan Gillen y Tom Hollander, todos sin excepción conforman un equipo de primera categoría que te hace sentir toda clase de emociones conforme la trama se va desenvolviendo porque muchos sabemos de la oscuridad que les aguardó durante la travesía.

Los números musicales son otro factor fundamental que la pone en el mapa, principalmente el concierto de Live Aid en 1985.  Un guión no tan fácil para Anthony McCarten cuya experiencia en La Teoria del Todo lo colocó como el único capacitado para ayudarle a Singer a llevar a cabo esta necesaria historia a la pantalla porque merecía contarse de tan ingeniosa manera. 

Calificación: 4½ de 5 estrellas