El Caballero Perfecto

Esta nota se encuentra participando en El Desafío de Peliplat Abril 2025 y por tanto puedes apoyarme con un like ingresando a https://www.peliplat.com/es/article/10051540/el-caballero-perfecto

Es curioso ponerme a pensar sobre los personajes con los que me identifico. Psicológicamente hablando, más que identificarme, resultan ser aquellos que en cierto modo me han ayudado a forjar una personalidad, una personalidad que hasta la fecha me ha costado conseguir por asumir que soy insuficiente.

A decir verdad, siempre he optado por seguir a personajes honestos, aquellos que se rigen por los valores y tienen un fuerte sentido de la justicia. Precavidos a lo que sucede a su alrededor, idealistas de corazón y siempre dispuestos a convertirse en la mejor versión de ellos, aunque sea imposible de lograr.

Esto me encamina a tres personajes de tres películas que comparten 3 cosas en común. Los tres buscan convertirse en El Caballero Perfecto, las películas en las que participan cumplen 20 años de haberse estrenado en los cines e interesantemente, cada uno ha tenido al talentoso Liam Neeson como su maestro.

Difícil de creer ¿cierto? ¿Cuáles son las probabilidades de que esto sucediera?

A continuación, describiré a cada uno de ellos y enseguida mencionaré el por qué me identifico con ellos y de qué manera han contribuido a convertirme en la mejor versión de mí o al menos en una buena persona con sus defectos y virtudes.

Empecemos con:

Anakin Skywalker (Star Wars: Episodio III: La Venganza de los Sith)

Cuando se trata de Star Wars, para mí no hay nadie como Obi-Wan Kenobi. Vieran cuánto admiro su paciencia, estabilidad y presencia. A parte de ser un poderoso guerrero, envidio su sabiduría y lealtad a la Orden Jedi. Es un guardián nato de la orden, siguiendo las reglas al pie de la letra y manteniéndose fiel a los lineamientos trazados para resolver cualquier circunstancia que se le atraviese en su camino.

Lamentablemente, ese no soy yo y por mucho que he tratado de seguir sus pasos, terminó actuando como Anakin Skywalker debido a que me cuesta trabajo soltar el pasado. Me temo que la impulsividad saca lo mejor de mí, pero también me condena con pensamientos de inseguridad e impotencia. Y es gracias a Hayden Christensen con el que uno puede no sólo visualizarlo sino llegar a sentirlo de adentro hacía afuera. Se percibe en sus gestos, tanto en los momentos divertidos como en los de incomodidad.

La primera vez que presencié la caída de Anakin al lado oscuro, confieso que me asusté porque literalmente me estaba viendo a mi mismo. Tanto tanto odio, tanta represión, tanta reserva y esa presión de cumplir con las altas expectativas de las personas que me rodeaban, llegaba a sentirse como si tuviese una daga enterrada en mi corazón, y por tanto me costaba respirar.

Y es que verlo estresado, con constante pesadillas y afligido por el futuro, obsesionado con la muerte al negarse a despejar su mente del dolor, sí que coincidía con mi yo de dieciocho años. Presenciar su transformación de Anakin a Darth Vader, me sirvió para darme cuenta que si no paraba a escuchar los consejos que en su momento Qui-Gon Jinn y Yoda le dieron sobre lo de ser consciente del entorno, de las acciones de uno mismo, de concentrarse sólo en el presente y de entrenarse a soltar todo lo que le daba miedo a perder, entonces no sólo me condenaría a mí sino al resto de mis seres queridos.

Y tras pensarlo seriamente después de darse los créditos, me di cuenta de que no quería que nadie sufriera por mi incapacidad de aceptarme. Sería con el tiempo, pero por el debido momento, me pareció mejor vivir con la decepción, cosa que no pudo hacer Anakin y eso que en el fondo seguía siendo una persona bondadosa porque a pesar del dominio de la oscuridad, su conflicto interno fue lo que hizo que Anakin siguiese estando vivo dentro de Darth Vader.

Bruce Wayne (Batman Inicia)

La frase del: “Por qué nos caemos? Para que aprendamos a levantarnos” es más que palabras, es una verdad, un modo de vida del cual se ha quedado en mi cabeza y que suele aparecer siempre que las cosas andan inquietantes en mi vida. Recurrir a ella, me ha dado la tranquilidad y la seguridad de que al final todo va a estar bien como le pasó a Bruce Wayne desde que presenció la muerte de sus padres siendo tan sólo un niño.

“Si te conviertes en algo más que solo un hombre, si te dedicas a un ideal y si no pueden detenerte, entonces te conviertes en algo totalmente diferente, una leyenda.” Si tan sólo fuera fácil. Me temo que esta es la única de Henri Card alias Ra's al Ghul quien era un extremista, pero no puedo negar que en ese extremismo tenía un punto válido a analizar e incluso cuestionar.

El Bruce Wayne que interpreta Christian Bale y que presentó Christopher en Batman Inicia es para mí la mejor versión que se ha conseguido de El Caballero de la Noche. Por referirme a su humanismo, porque aquí la oscuridad en la que se encuentra rodeado es sólo el motor que lo impulsa a ser esa luz que Ciudad Gótica necesita. El miedo te paraliza y así como Bruce, debemos convertirnos en ese miedo para derrotarlo. Si no podemos ayudarnos a nosotros mismos, como se puede esperar que podamos hacerlo con otros.

No tendré los recursos para pelear el crimen, ni soy dueño de grandes empresas como para establecer fundaciones, pero al menos comparto su sentido de justicia y la necesidad de promover el bien. La urgencia de no formar parte de la corrupción y apostar por la humildad. Finalmente, un superhéroe fácilmente identificable por tener los pies en la tierra lo cual lo torna mucho más real y humano de entre todas las producciones que hemos tenido de Marvel.

Balian de Ibelín (El Reino de los Cielos o Cruzada)

El papel de Balián de Ibelín es lo mejor que nos ha brindado Orlando Bloom, casi casi a la altura del Rey Arturo con la excepción de que Balián sólo necesita del perdón de Dios hacia él y su esposa suicida para seguir adelante, un perdón del que todos podemos recibir sin cuestionamiento alguno. Para mí, la travesía por la que atraviesa este cruzado resulta una verdadera inspiración porque tras experimentar lo peor de su tierra, él siguió adelante hasta el grado de convertirse en un líder, un hombre de Dios, el Caballero Perfecto.

Y es que este humilde herrero me ha dado muchas lecciones en compañía de su padre, también de aquellos que lo rodean ya que dichas frases o conversaciones son las que me han moldeado y por consiguiente, me han concedido la libertad de ser yo mismo. Por esa razón se las comparto a ustedes esperando les sirva como a mi me han servido. Son una riqueza cultural y en mi mente han desafiado el paso del tiempo por seguir siendo un fuerte referente.

Frases como:

“Nadie puede elegir su destino. Un rey puede mover a un hombre, un padre reclamar a un hijo, pero no olvides que, aunque aquellos que te mueven sean reyes, o sean hombres con poder, tú eres el único responsable de tu alma. Cuando compadezca ante Dios, no puedes decir que otros fueran responsables de tus actos, o que la virtud no era oportuna en aquel momento. Eso no será suficiente”.

Cada que estoy por tomar una decisión importante, sea personal o laboral, siempre pienso en las consecuencias que podrían desencadenarse, y sobre todo, en el temor de Dios. Hoy en día, se ha perdido ese temor porque si se tuviese tan sólo un poquito, al menos la pensaríamos dos veces antes de cometer algo que sea malo y ciertamente produzca un daño. Además, ya porque alguien te lo ordené, no te libra del juicio final porque si de algo estoy seguro es que nadie puede obligarte a hacer algo que no quieras hacer. Y el ejemplo de Balian al rechazar la oferta del Rey es el claro ejemplo de conciencia, o es eso o nada.

“No muestres miedo frente a tus enemigos. Di siempre la verdad, aunque te lleve a la muerte. Protege a los desamparados y no hagas mal. Éste es tu juramento.”

Por culpa de este juramento, tiendo a exagerar con la honestidad y eso me ha provocado que puertas se me hayan cerrado porque nadie parece apreciar a los honestos. Y la verdad, es que ser honesto no quiere decir que debas de ser grosero, sino de dar a conocer tus razones con respeto y mesura.

“Yo no creo en la religión. En nombre de ella, he visto a miles de fanáticos de todas las confesiones cometer atrocidades. La santidad está en los buenos actos, en el valor de proteger a aquellos que no pueden defenderse. Es lo que decidáis hacer cada día lo que os hará un buen hombre o no”.

Quizás por ello no soy religioso, de por sí era un niño fanático que andaba nada más viendo los errores de los demás con respecto a los reglamentos de la Iglesia por lo que sí de algo me he dado cuenta es que las personas más devotas son las que más daño ocasionan, incluso tanto criminales como terroristas recurren a esta para justificarse. Lo importante aquí es que son los actos buenos los que al final marcan la diferencia sean o no miembros de una religión.

“Dios lo comprenderá, si no entonces no es Dios y no tenemos de qué preocuparnos.”

Esta frase lo dice todo, y gracias a ella, pude suavizar mi concepto de Dios ya que yo crecí con la imagen de un Dios castigador, serio que nada más está viendo en qué te equivocas, al que tienes que demostrarle en orden de ser salvado y ese no es Dios, porque si Dios es un Dios de Amor, entonces tal como lo menciona Balian, el sólo hecho de amarnos implica comprensión y con eso al menos, mi fe se reforzó a través de los ojos de Balian.

En conclusión:

Podría decirse que estos personajes fueron la base con la cual comencé a moldearme porque a pesar de haberlos descubierto a mis 18 años de edad. Lamentablemente, tuvieron que pasar décadas para sentirlos como parte de mi persona. Aspirar a ser El Caballero Perfecto es imposible si no se tiene conciencia, autocontrol y paciencia. Características que comparten estas buenas personas con las que me identifico.

No estamos exentos a cometer errores y causar grandes daños, estos tres personajes se perdieron en el camino, pero hallaron la manera de reencontrarse de nuevo gracias a los altos y bajos en los que se tuvieron que desenvolver para dejar su huella. Una huella que hasta la fecha conservo en mi mente y corazón y que no va a desaparecer porque forma parte de mí al igual que estos tres caballeros perfectos.