Curiosamente el remake de la versión de George A. Romero de 1973 funciona adecuadamente y cumple con entregarnos un buen suspenso y horror. Exitosamente recibió una aprobación de 71% en Rotten Tomatoes, lo cual es inusual para este género predecible y sus $ 53 millones recaudados mundialmente cubrieron el presupuesto de $ 20m invertidos. Y ni hablar de las rentas y posibles ventas.
La historia es básica, nada nuevo diferente, algunas notas incompletas sobre la situación y la epidemia sorpresa. Como me enteré recientemente existe una ley en las películas de horror donde la justificación de los hechos es irrelevante. El horror sucede porque sucede y le pasa a todos. Nadie está a salvo y por lo regular terminan en repetición, paradoja y aniquilación. Tomando en cuenta lo anterior, por ello no seré severo con la historia sencilla genérica.
Las secuencias de suspenso son presentadas en una excelente edición, mezclada con una estable edición de sonido e iluminación, constantemente te ponen de nervios. La música es correcta y los contornos son adecuados para crear el ambiente de miedo. Me sorprendieron algunos elementos nuevos empleados en el género.
El maquillaje fue espectacular, finalmente observando la conversión de un hombre infectado y sus características, el departamento hizo una excelente labor. También la forma de manejar a los zombis desde un enfoque psicológico y evolutivo fue interesante, pero lamentablemente no está a la altura de las innovaciones de la franquicia Resident Evil, cuya serie ha estado evolucionando a los muertos a grandes alturas.
Las actuaciones fueron de las mejores, los actores no serán de alto nombre pero si de trabajo estable. Timothy Olyphant (lo recordaremos por el antagonista de Die Hard 4.0) entrega una actuación madura, fuerte y de suspenso. Mientras su protagonista Radha Mitchell (Surrogates) es emotiva y un poco floja en cuestiones de cómo fue escrito el personaje.
Finalmente es una aventura entretenida cuyo suspenso es efectivo y cuyo presupuesto cumple con entregarnos más de lo esperado. Pero sigue quedándose atrás de la comedia Tierra de Zombies y más de las secuelas de Resident Evil. Pero si eres fanático de este género, vale la pena verla.
La historia es básica, nada nuevo diferente, algunas notas incompletas sobre la situación y la epidemia sorpresa. Como me enteré recientemente existe una ley en las películas de horror donde la justificación de los hechos es irrelevante. El horror sucede porque sucede y le pasa a todos. Nadie está a salvo y por lo regular terminan en repetición, paradoja y aniquilación. Tomando en cuenta lo anterior, por ello no seré severo con la historia sencilla genérica.
Las secuencias de suspenso son presentadas en una excelente edición, mezclada con una estable edición de sonido e iluminación, constantemente te ponen de nervios. La música es correcta y los contornos son adecuados para crear el ambiente de miedo. Me sorprendieron algunos elementos nuevos empleados en el género.
El maquillaje fue espectacular, finalmente observando la conversión de un hombre infectado y sus características, el departamento hizo una excelente labor. También la forma de manejar a los zombis desde un enfoque psicológico y evolutivo fue interesante, pero lamentablemente no está a la altura de las innovaciones de la franquicia Resident Evil, cuya serie ha estado evolucionando a los muertos a grandes alturas.
Las actuaciones fueron de las mejores, los actores no serán de alto nombre pero si de trabajo estable. Timothy Olyphant (lo recordaremos por el antagonista de Die Hard 4.0) entrega una actuación madura, fuerte y de suspenso. Mientras su protagonista Radha Mitchell (Surrogates) es emotiva y un poco floja en cuestiones de cómo fue escrito el personaje.
Finalmente es una aventura entretenida cuyo suspenso es efectivo y cuyo presupuesto cumple con entregarnos más de lo esperado. Pero sigue quedándose atrás de la comedia Tierra de Zombies y más de las secuelas de Resident Evil. Pero si eres fanático de este género, vale la pena verla.
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