No cabe duda que el número 33 es un número de fe, pero acompañado de la esperanza de los familiares, la perseverancia del pueblo, la fortaleza de los mineros y la responsabilidad de los rescatistas (socorristas) y personas desde ingenieros, ayudantes, autoridades, presidente... en busca de la manera por encontrarlos en ese infierno bajo 600mts (aprox.) y sacarlos hacia la luz de la superficie. No cualquiera renace y para ello se requiere de tantos elementos, que después de todo, fueron posibles.
Este suceso histórico me ha enseñado mucho en estas 24 horas y a la vez me ha confirmado que todavía existe la fe a pesar de ser un mundo en tiempos díficiles. Honestamente este hecho es impactante y me encuentro admirado de Chile en general. Este rescate es simplemente un milagro de Dios llevado en armonía con los chilenos. Tiendo a ser una persona que cuestiona, pero a partir de hoy me encuentro cien porciento seguro que Dios estuvo presente desde el primer día hasta Hoy.
Ojala y el caso de los mineros de Chile sirva de ejemplo para el resto del mundo y también para todas las personas que habitamos dentro de el, porque esta acción majestuosa jamás se olvidará. Espero y con los días estudiar las historias de estos 33 como de los socorristas y la forma en que fueron planeando esta operación con la nave Fenix.
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