Hace 13 años llegó en los cines Star Wars: Episodio I: La Amenaza Fantasma, el episodio que narra el origen de toda una mitología. Como era de esperarse, la reacción fue mixta debido a la apreciación de los nuevos reclutas y el rechazo de los veteranos. En cuestiones de cronología nos encontramos frente a la cuarta producción la cual recaudó unos impactantes $ 924.3 millones de dólares globalmente. Con su retorno en salas 3D y 4DX en algunas partes, podría finalmente cruzar el billón de dólares y a la vez recuperar su título de la franquicia más taquillera ya que Harry Potter lo posee desde hace un par de meses.
Toda saga tiene un inicio y por esa razón, comenzaremos con una breve retrospección de su proceso de producción. En 1974, George Lucas se dio cuenta que la historia era demasiado grande para caber en una sola película, por lo que se concentró en dividir e guion dando como resultado el episodio IV, en otras palabras, la primera parte de la segunda trilogía. Fue en El Imperio Contrataca donde Lucas decidió escribir una retrospección sobre la identidad de Anakin Skywalker y lo mantuvo resguardado debido a que se sentía exhausto tras concluir con El Retorno del Jedi.
Posteriormente perdió mucha de su fortuna en su divorcio de 1987 y por ende canceló su planeadas precuelas. Al descubrir que la saga todavía conservaba interés con el estreno de un comic de la serie Dark Horse, decidió concentrarse en la travesía de Anakin Skywalker que abarcaba desde su niñez hasta su caída en el lado oscuro de la fuerza. Oficialmente inició a elaborar el guion por noviembre de 1994. Para ello se apoyó con las 15 páginas que había escrito en 1976 que describían los eventos de aquél terrible pasado.
El Comienzo era el título con el que se le describía a esta mega-producción, eventualmente cambió a La Amenaza Fantasma haciendo referencia a Palpatine, el Sith Lord más poderoso de la Galaxia. Cuatro meses después, el equipo de Doug Chiang comenzó a revisar los miles de diseños disponibles mientras que Nick Gillard fue contratado para idear nuevas batallas con las sables de luz. Debido a la gran variedad de armas, Ewan McGregor y Liam Nelson fueron instruidos en diversas técnicas y estilos de combate. Lucas decidió mostrar a los jedi como negociadores de paz en lugar de soldados de guerra. Asimismo decidió darle más color a los vestuarios debido a que era una sociedad más sofisticada a la decadente en la trilogía clásica.
Para lo anterior, la diseñadora Trisha Biggar y su personal crearon más de mil atuendos inspirándose en diversas culturas alrededor del mundo. Estando el material en orden, la filmación tuvo lugar el 26 de junio de 1997. Las localizaciones fueron en Leavesden Film Studios en Inglaterra, el desierto de Tunisian y el Palacio Caserta. La grabación en el desierto de Tozeur fue interrumpida debido a una inesperada tormenta de arena. Aun así, lograron concluir en el exacto día planeado gracias a que todos los involucrados ayudaron a reparar el daño.
Los efectos especiales de nueva cuenta aumentaron de innovación debido a que nos es difícil identificar cuáles fueron los métodos aplicados o si se trató de animación por computadora o por cámara. El supervisor John Knoll lo tomó como una tarea imposible pero al final de cuenta, Lucasfilm logró posicionar el CGI. Esa misma tecnología que James Cameron presume haber inventado con Avatar. El Episodio I cuenta con 1,950 tomas que utilizaron efectos especiales, sólo la escena con la cámara de gas es la única que no recibió alteración digital. Esta vez las compañías de Industrial Light & Magic y el Departamento Británico de Efectos Especiales, contribuyeron en la creación de la unidades R2D2. Nueve fueron los modelos proporcionados: una para el actor Kenny Baker, siete con un motor capaz de cargar 440 libras de peso y uno con la capacidad de trasladarse en el desierto. La búsqueda de los Pods se dio en un basurero en las afuera de Phoenix. Adicionalmente se armaron varias turbinas para servir de apoyo en la creación de la carrera.
John Williams no pudo resistirse y se involucró con la música dándole un modo más clásico, religioso y menos militar comparado con las clásicas. Su canción Duel of Fates se convirtió en un éxito instantáneo que consiguió su propio video musical. El empleo de coro le dio más emoción, misterio y magia. La melodía de Anakin es básicamente inocente pero en el fondo hay notas de la marcha imperial como un sello de su trágico destino.
Se dice que en su fecha de estreno, alrededor de 2.2 millones de empleados faltaron a su trabajo y eso sin mencionar la gran multitud que acampó. La pérdida en producción se calculó de $ 293 millones de dólares. En la estrategia de promoción, Lucasfilm gastó $ 20 millones en propaganda y publicidad. Además hizo un convenio con Hasbro, Lego y PepsiCo. En el mercado del video, vendió 4.5 millones de VHS y durante su primer semana en DVD consiguió vender 2.2 millones convirtiéndose en el más taquillero de su formato. Hoy en día se encuentra disponible en Blu-ray a través de dos paquetes especiales.
Como es bien de saberse, es la película más débil de la saga en cuestiones de recepción, sin embargo contar con un 60% de aprobación y 58% con la versión 3D es más que suficiente para llamarse un éxito. En su estreno de mayo de 1999 rompió diversos records entre los cuales destacaron: día más taquillero, fin de semana más alto y cinco días en cruzar los $ 100 millones. Honestamente no cualquiera llega a $ 431 millones en los Estados Unidos si de verdad se trata de una pésima producción como algunos la hacen llamar.
En cuanto a su participación en la Academia, estuvo nominada a Edición de Sonido, Efectos Especiales y Mezcla de Sonido. En el 2008, la revista Empire la posicionó en el número 449 de las mejores 500 películas de todos los tiempos. Así que amémosla u odiémosla, La Amenaza Fantasma ha regresado a darle un segundo aire a esta magnifica e inigualable franquicia.
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