Finalmente, después de dos meses, logré terminar de leer el libro
sencillamente titulado Jesús del
autor James Martin SJ. Para quienes no lo conozcan, es un sacerdote jesuita,
escritor y editor de varios libros y revistas cristianas. He estado hablando
mucho de él mediante el análisis de unos de sus escritos en mi nuevo blog El Dilema de los 30, del cual como su
título lo indica, trata de mi travesía personal hacía esta edad importante.
Mi intención con este análisis no es convencerte de lo cuan cristiano
soy ni restregarte en la cara mi poderosa e irrefutable fe. Confieso que he
perdido mi toque en el plano espiritual ya que conforme uno abandona la niñez,
deja de creer en la magia y la mente se dispara hacia innumerables e
interminables crisis existenciales de las cuales uno las vence no del todo solo,
por ende la llegada de este fantástico libro justo a un año de ingresar a los
intimidantes 30.
Agradezco a mi Tía Favorita quien me obsequió este regalo en mi
cumpleaños el pasado 25 de Septiembre, de verdad que supo dármelo justo en el tiempo
requerido. Ahora entiendo este dicho. Entonces, seré concreto y diré que recién
terminando de leer Mateo, profundicé no sólo mi lectura sino mi propio
conocimiento con este humilde punto de vista que a su vez me ayudó a comprender
mi propia novela de Los Cazadores de la
Pasión, la cual pueden adquirir a través de Amazon Kindle tanto en el
portal americano como en el mexicano y hasta español.
Leer sobre las visitas de Martin a los lugares santos en Jerusalén y
analizarlos con los clásicos evangelios, te transporta a otra perspectiva de la
cual nos urge adoptar. Nunca podremos ser como Jesús, por el pecado que
llevamos dentro de la mente y en el fondo de nuestro corazón. Podemos
controlarlo, ignorarlo o vencerlo pero siempre regresará a oscurecernos la
visión provocándonos que nos equivoquemos a través de las malinterpretaciones o
resentimientos.
Presentar no sólo a un Jesús divino sino enteramente humano, como
hombre con deseos, enfermedades y sociable, nos abre otra puerta que pocos
queremos abrir y debemos hacerlo porque concuerdo con James en la temática
donde no existe nadie más en este universo que no nos comprenda como Jesús. El
sufrió, lloró y tuvo miedo especialmente en el acto final. Probablemente
también se habrá cansado, enojado y rezongado con su madre, por qué sería malo
reconsiderar esto último, yo lo hago todo el tiempo.
Tuvo una familia, eso no se discute, una madre santa y pareciese que
no tuvo padre porque sumándole los escritos, la Iglesia tampoco tiende a
mencionar a José. Fue un niño, un joven y de misterio. Tampoco fue la
excepción, tuvo que enfrentar a sus demonios de la misma manera que nosotros
con la excepción que él los venció por su fe en Dios, fe de la cual cada vez
nos cuesta trabajo sentirla y mucho menos cuando nos referimos a vuestro Dios
en los cielos como un ente formal en su máxima capacidad de regidor en lugar de
un Padre amoroso y misericordioso como Jesús nos lo recalcó una y otra vez durante
su ministerio.
Vuelvo a confesar que estuve alejado de él y me vi reflejado en uno de
los ejemplos del propio autor. Interesantemente, decidí desahogarme mediante la
novela que les mencioné al principio. Una de mis grandes pasiones, además de
convivir en familia, comer, jugar, leer y hablar con Dios, es el cine. Siempre
me ha gustado por una simple razón: Star Wars. Ahora a un mes del Episodio VII,
ni se diga, como loco ando, no hay nadie quien me detenga.
Mi niñez no fue fácil, una cruz que debía cargar y que sigo cargando
porque todavía no lo he superado del todo en víspera de ver algunos traumas y
desequilibrios impregnados tanto en mi persona. Parte del proceso de vivir, una
transición. Entonces si no fuese por el enamoramiento de las ediciones
especiales de Star Wars en 1997, no estuviese aquí y escribiendo a mil. Por años
siempre he dicho que esta saga me salvó pero ahora que me doy cuenta, Dios
estuvo justo detrás.
Para todo hay un tiempo y en mi niñez necesitaba de una dosis de
sólido entretenimiento como Star Wars porque en cierta manera, si uno se pone a
pensar, aquí podemos ver las parábolas de Jesús reflejadas en ciertas acciones
de los personajes, especialmente en la redención de Anakin. Quiero creer que
más o menos comprenden y si no, descuiden, no es necesario que lo hagan ya que
como James Martin nos lo dice, enfócate a conocer a tu propio Jesús y no al de
otros.
Y vaya que mi conocimiento se complementó con este punto de vista del
cual los invitó a que también adquieran esta novela y hagan este recorrido
desde el lado humano. Si no eres espiritual, descuida, te será más fácil
digerirlo y podrías inclusive ser un poco abierto como lo estuve y si no,
recuerda, no es necesario saberlo. El océano es demasiado grande para tratar de
meter toda el agua en una cubeta y mucho menos a la primera.
En el mundo del cine han existido épicas adaptaciones como Cruzada,
Ben Hur, La Pasión de Cristo, Éxodo:
Dioses y Reyes, Los Diez Mandamientos y El Manto Sagrado. También situadas a
nuestra modernidad como El Cielo Sí Existe, Cuarto de Guerra y Dios No Está
Muerto, debo recalcar que esta última se ha convertido en la crítica más leída
de mi blog Entrenamiento Casual.
Asimismo fue la que me puso otra vez en la recta divina. Como Martin SJ lo
subrayó, Dios siempre haya el modo de encontrarnos.
Da miedo verdad, pero por mucha razón esta novela debería ser
considerada en un futuro para una película; en víspera de que el próximo año
tendremos El Joven Mesías, 90 Minutos en el Cielo, Risen, Woodlawn, Milagros
del Cielo, y la inesperada Dios No Está Muerto 2, la cual me vengo enterando
recientemente y se ve en cierto titubeante por haberse sometido al contexto
socio-político.
Entonces, concluyó en que esta es una excelente novela y la recomiendo
para su lectura dado su valioso contenido escrito por una mente no sólo de
grata inteligencia sino de inmensa sabiduría por todo lo que Martin encontró en
su recorrido tanto personal como espiritual en la Tierra Santa.
Dicho esto, creo que ha llegado el momento de regresar a la ciencia
ficción… veamos cuál será la siguiente novela para analizar en este frío diciembre.
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