Un hermoso homenaje no sólo a Las Torres Gemelas sino al hombre que
las hizo famosas al seguir un sueño imposible. En toda mi juventud nunca había
conocido esta historia y me cuesta creer que no la hayan promovido a causa del
9/11. Es triste, pero de que tuvo un origen, lo tuvo y de gran manera que
debería importar ya que es evidencia de que cada sueño es posible de hacerse si
se cuenta con la perfecta dosis de perseverancia, disciplina, fe y por qué no, locura.
Debo remarcar la fantástica dirección de Robert Zemeckis, no sé cómo
lo logró pero si en pantalla normal se pudo sentir el vértigo, quiero suponer
que en IMAX o hasta 3D se ha de haber sentido aún más. No obstante, esta
sensación no es lo único que nos transmite, sino al instante nos engancha con el
desenvolvimiento del protagonista, sus cómplices y conjunto cinematográfico.
Recrear Las Torres Gemelas no fue fácil, tampoco el contexto urbano
que lo rodeaba a esa magnitud. Obviamente se habrá filmado en un cuarto azul mas
no quita la tensión y sugestión esparcida por la perfecta edición y selección
de encuadres. Asimismo la música de Alan Silvestri culminó en darle ese
contagio emocional especialmente en la última media hora.
Debido al respeto que tanto Zemeckis como su co-guionista Christopher
Browne le tenían a Philippe Petit, apoyados en su novela To Reach the Clouds,
esta adaptación luce por en mostrarnos a un hombre con sus virtudes y defectos.
Un artista en busca de la grandeza que se enfrenta a cada obstáculo, preparándose
día y noche con tal de ejecutarlo a un grado de perfección de la cual asumía
inexistente.
Bueno desde mi humilde punto de vista porque probablemente Petit ha de
haber confesado tener un par de imperfecciones en su evento histórico. Es
natural que el ser humano se sienta que le faltó algo por más grandes que haya
sido su hazaña. Uno va con la idea de que la primera hora y media será aburrido
por su bombardeo biográfico, pero créanme que el dinamismo espontaneo la
mantiene a un ritmo que cuando menos lo esperas, la función ya se acabó.
Esto sí que es excederse de las expectativas y creo en mayor parte que
se debe a la transformación de Joseph Gordon-Levitt. Y yo que creía que lo
había visto todo en El Origen y El Caballero de la Noche Asciende, vaya sorpresa
que me lleve al nunca prever una capacidad actoral a la altura de Tom Hanks o
Denzel Washigton. Sin duda Zemeckies sacó lo mejor de él y por ende espero verlos
a ambos competir contra Matt Damon y Ridley Scott en las siguientes
nominaciones.
Inclusive los veremos enfrentarse con The Martian en el departamento
técnico porque como iba diciendo, es hermoso ver la fase de construcción de Las
Torres hasta su posicionamiento como uno de los épicos edificios de no sólo
Nueva York sino de los Estados Unidos y hasta el mundo. Lo mejor aún de esto,
es verlo paralelamente con la historia de Petit porque es un modelo a seguir
sin importar que estemos o no de acuerdo.
Por tanto una obra de arte que nunca ha sido repetida desde agosto 6
de 1974, merecía la mano de Zemeckis y Gordon-Levitt porque su visión logró
hacerle justicia. Además de hacernos sentir esa adrenalina, suspenso, miedo,
asombro, conmoción, etc. y etc., los efectos especiales y sonido, nos pusieron en
la misma altura y peligro que experimentó Petit.
No podríamos haber deseado nada más que presenciar esta inigualable caminata
entre las dos torres en primera fila. Y
con un Ben Kingsley, Charlotte Le Bon, James Badge Dale y Gordon Levitt
liderados por Zemeckis, honestamente no podríamos haber pedido más.
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