viernes, 15 de marzo de 2019

Merlí T1-C8

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No podía pasar desapercibido el asunto de esos vídeos que se suelen grabar de forma ingenua sin esperar que algún día sean expuestos porque lo difícil que tener privacidad. Las redes sociales por más cómodas que sean nos destrozaron y es por ello en que encuentro en Merlí una de las mejores frases que haya escuchado porque coincido en que hay mucho narcisismo. La necesidad de vivir nuestras vidas a través de la lente y no por nuestros ojos es la razón por la cual he dejado de tomar fotos y he preferido irme por la escritura y el auto-análisis porque disfruto ser un peripatético.

Y ciertamente no había escuchado de Guy Debord, con tales enseñanzas ahora comprendo el por qué su omisión. Los guionistas fueron inteligentes en basarse en éste para vincular las historias principales porque vemos como el secreto comienza a afectar la relación entre Merlí y Gina que a su vez ella sigue priorizando a Gerard quien logra reivindicarse tras ser un cretino con Mónica al no saberse expresar debido a su inmadurez. Y Mónica, lo que le dice Merlí fue cruelmente cierto. No pudo haber sido expresado de otra forma y al final, aprende la gran lección al lado de sus compañeros.

La amistad de Bruno con Pol se retoma, Joan muestra un poco de respeto y Marc como que anda perdido ante la mala influencia. Todo ese asunto en el museo fue divertido porque cada que están juntos Gina y Merlí, brillan por su grandiosa química. Vaya sorpresa ver a Eugeni interactuar con Mireya hasta el grado de haber cierta tensión como atracción. Tampoco descartemos los celos de Iván sobre el posible novio de su madre, impulsado por Merlí hace que logré salir de su casa por primera vez eso y es ahí donde su mamá entiende lo que le dijo Merlí sobre la confianza. Para concluir, estoy de acuerdo en que es una pereza tratar de justificarse ya que todos tenemos derecho de hacer lo que queramos. Después de todo, tenemos sólo una vida para vivir con libertad.

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