sábado, 6 de abril de 2019

Merlí T3-C4


Me gustó este análisis de Marx sobre el fetichismo de la mercancía. Hoy en día confundimos la felicidad con comprar lo que sea porque no hay nada que nos ponga de buen humor si no es mediante la obtención de bienes u objetos innecesarios debido a la insatisfacción que sentimos con lo que tenemos. Un claro ejemplo serían los teléfonos celulares ya que al año solemos deshacernos del modelo viejo para obtener por la simple cuestión de contar con las últimas actualizaciones sobre opciones que ni siquiera usamos. Si no nos gusta el mundo en el que vivimos, fácil, rebélate.

Un claro ejemplo recayó en Gerard quien pese a lucir a morir su nuevo equipo portátil, y costoso de hecho, le fue robado pero por una buena causa. Marc sigue un camino oscuro al hacer algo que le hicieron. Parecía no tener alternativa tras lidiar con los piojos y ser medio atacados por unos clientes insatisfechos de su padre a quienes les debe bastante dinero. Al menos mostró un poco de luz pero en general, Marc tendrá que seguir lidiandolo solo. Tania a veces suele juzgar pero tampoco Pol se lo ha dejado fácil. Concuerdo en que haya saliendo corriendo de la pelea, no todo es golpes y más cuando el sofá fue robado dado que Joan es hocicón.

Joan es un total imbécil, no sólo con sus padre sino hasta con Merlí y quien se le topé en su camino. Un giro de eventos caer en la comisaria y bien merecido como se lo subraya Merlí al decirle que así es como se la pasa de hombre, lo haga igual al afrontar las consecuencias. Me sorprende verlo de mejores amigos con Gerard. La borrachera en el parque entre Gaby y Merlí fue bastante divertida e incómoda cuando se le ocurre a Merlí ir por Gina. Muy pronto y con ese licor, ni cómo ayudarle.

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