jueves, 11 de abril de 2019

Merlí T3-C9

La imagen puede contener: 2 personas

Silvana volvió a hacer de las suyas al sacar su lado oscuro, no sólo le cortó la viada a Merlí quien de hecho ha estado mucho mejor, sino decidió sabotear en silencio a Eufeni al preferir meterse con el hermano de Pol en lugar de dar clases tal como le había asegurado a Eugeni para tratar de ayudarle a ganar la beca. Esta maestra empezó fuerte pero poco a poco ha demostrado ser más convenenciera y ambiciosa, lo cual está bien hasta cierto punto.

Y así es, esta serie no puede despedirse sin antes darle una fuerte desenvolvimiento a Oscar a quien hemos estado conociendo mejor a pesar de sus breves apariciones en estos tres años. La interacción con Oksana empezó con el pie izquierdo debido al niño y su intolerancia a la lactosa. La química de este choque la hace en una pareja bastante interesante considerando como Oscar pone en cierta manera en su lugar a Oksana al no informarle sobre la delicadez de su hijo. 

Esto va a la par de Tania y Pol quienes nomás siguen en disputa. Vaya giro al final al saber que Pol confiesa estar enamorado justo cuando Tania tiene algo serio con Marc. Muchas dudas sobre lo que pasará pero es lo que suele suceder cuando no se es claro desde el principio, nada es fácil sin duda en esta serie. Debo confesar que lo que dijo Pol sobre las etiquetas es cierto, uno es quien es y no por ello merece una clasificación. De lo contrario, nunca se es libre.

Merlí no sólo le hace un gran paro a Eugeni al ganarse al Tribunal de la Fundación con su rebeldía sino descubre lo de Silvana ganándose un aliado en Eugeni a quien debe animar para competir por el proyecto de dirección. Eugeni y Mireya son fantásticos juntos. Me fascina que Merlí haya dicho que hasta los buenos pueden ganar haciendo trampa. Otra escena importante fue la de Gerard ya que se está notando su madurez, este actor ha mostrado otra fuente oculta y es la de la certidumbre de comenzar a saber quien eres como persona y lo que quieres. Su forma de aconsejarle a Merlí de ser más discreto y demostrarlo, no sólo decirlo es otro gran consejo a seguir.

Sigue el conflicto entre Marc y su padre, todo depende de una laptop para poder solucionarse ya que se nota la mejoria en su familia aunque siga el resentimiento. Es válido. Cometiendo el mismo error, Pol sigue aferrado a su imagen, bastante similar a Bruno con su normalidad. Debo confesar que se me hizo bastante gracioso lo del micrófono, gracias a los gestos de Tania. Memorable.

Todo este arte de la política, aparentar y lo de encontrarnos en un avión sin piloto, fue en realidad una clase fenomenal sobre Bauman porque es la tristeza de nuestros Gobiernos, incluso la referencia a lo de las decisiones que dependen del mercado y el circo que se monta siempre en las campañas. Tratar de quedar bien y actuar sin hacer lo que realmente hacemos. Ser honestos y hablar con la verdad tal como lo hizo Merlí con los leprosos. Eso de hacer ruido para ser escuchados, otro éxito de esta serie que tristemente estamos tan cerca de terminar. 35 días y contando. Sin descanso.

No hay comentarios: