viernes, 5 de abril de 2019

Merlí T3-C3

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Iniciamos con Berta, Tania e Iván presenciando un suicidio… así es, esto despertó muchas emociones en estos personajes de las cuales tuvieron que lidiar a su manera y en conjunto. Hablar del suicidio no es fácil ni menos cuando se piensa en que podría contagiar a los demás de hacerlo. Mito falso como lo mencionó Gloria al mencionar a los psicólogos en la sala de docencia. 

No puedo evitar recordar la temporada de Treces Razones Por Qué. Lo que dice Merlí del Suicidio por parte de Albert Camus es directo, lo que es y como siempre debería ser. Un tema a discutirse entre padre e hijos, familiares o amigos y entre desconocidos. El punto es pedir ayuda siempre y más si se tiene en la mente. Esto lo podemos ver con claridad en la plática entre Iván y su madre.

Ciertamente llevamos esas vidas monótonas, aburridas y rutinarias que inevitablemente caemos en la gran pregunta ¿Por qué estamos aquí? No hay nadie que no se la haya hecho jamás y hacerla se ocupa aceptar que nunca sabremos la respuesta y si no aceptamos esta absurdidad, entonces seremos propensos a suicidarnos al querer encontrar un sentido a algo que no lo tiene y nunca lo tendrá porque somos humanos y estamos condenados a no saberlo aunque pretendamos darle un sentido. Es típico de nosotros, tras un rompimiento o algo que nos suceda o no comprendamos, tratamos de encontrar la razón y a veces no la hay más que seguir viviendo pase lo que pase.

Qué feo fue para Iván ver que las cosas no salen a su manera, Berta sigue sin aceptarlo y más por ser él quien la condujo a ver este evento por accidente. Es esperanzador que al final se hayan dado la mano pero aún no es una relación que vaya a suceder. A su vez la plática entre Berta y su madre es fácilmente identificable con aquellos jóvenes que tienen miedo de fracasar en la vida. Lo de Tania fue divertido al lado de Pol. Siguen en la discusión, pero es bastante complejo y complicado que nomás no veo un cuando y funciona. Esto se está tomando su tiempo y es interesante aunque se haya descuidado a Marc.

Está vez Oliver se dio un agarre con Merlí al meterse con la religión, no dijo nada que no se haya dicho. Estoy de acuerdo en cuestionarlo todo, e inclusive a Dios. Es parte de reforzar ideales. Siempre he dicho conocer a Dios a tu manera que haber sido inculcado por una religión es mil veces porque las religiones por más divinas que sean, suelen confundirte o impregnarte de ideologías contaminadas por los estatus del instituto. Oliver entendió el punto de vista de sus compañeros y de su profesor al acudir con un sacerdote que le habló sobre los hijos no naturales y diferenció a los homosexuales de las leyes de la naturaleza. 

Ilógico considerando las riquezas del Vaticano y el abuso sexual que ningún papa opta por resolver pese a los miles y miles de personas que reclaman no sólo justicia sino que se le ponga fin a están atrocidades. Se habrá pasado Merlí, posiblemente pero sus celos con Silvana están justificados tras ver lo cizañosa que es al lado de Eugeni. Concuerdo en que si la Iglesia permitiera el uso de los preservativos, no señalará el sexo como pecado e hicieran a un lado la horrible vestimenta, muchos jóvenes acudirían a las misas.

Ya para cerrar, la historia de Calixte Vergara resultó intrigante y una perfecta moda en darle credibilidad a la fe o existencia de Dios. Hemos escuchados estos relatos en más de una ocasión e independiente de nuestra religiones, a veces supones se trata de un ángel, sea o no, lo importante aquí estar en paz con uno mismo y saber en qué se creé sin el miedo a equivocarse.

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