![]() |
Este artículo se encuentra compitiendo en el Desafío de Mayo 2025 https://www.peliplat.com/es/article/10055339/la-iconica-saga-de-bridget-jones |
Estaba entre que sí o que no ir a ver la cuarta entrega de Bridget Jones en el gran cine, después de todo hace nueve años acudí a la tercera sin haber visto la primera y a duras penas me acordaba de la segunda. El resultado fue que terminé amando la tercera que la nostalgia y descubrir que sería en efecto la conclusiva parte, fue lo que me impulsó a irla a ver y me alegra haberlo hecho, pero primero, quisiera irme por el principio para no sólo cerrar con broche de oro sino despedirme de este icónico personaje cuyos momentos me serán inolvidables por su diversión, ingenuidad y profundidad.
Bueno, todo comenzó con El Diario de Bridget Jones en el año 2001, difícil de creer que han transcurrido 24 años y es una desgracia mía que apenas me haya atrevido a verla completa porque en ese entonces las comedias inglesas no eran lo mío, lo cual era inusual tras haber amado y seguir amando Realmente Amor, título en donde ahora son tres los chicos de Bridget Jones que aparecen.
Con un presupuesto de $ 26 millones de dólares, esta entrega se convirtió en la gran sensación al recaudar $ 281.9 millones de dólares a nivel mundial y con mucha razón, tras convertirse en un referente cultural en donde no sólo las mujeres sino también los hombres la veíamos después de un rompimiento.
En ese entonces Reneé Zellweager había dejado su marca con Jerry McGuire, Hugh Grant era un galán tras habernos enamorado con Notting Hill y Colin Firth era todo un caballero gracias a la miniserie de Orgullo y Prejuicio, razón por la cual fue elegido para el papel de Mr. Darcy a gran diferencia de Hugh a quien decidieron darle un giro de mujeriego para sacarnos de onda.
Tan jóvenes, tan talentosos y con una gran química que era imposible que este argumento no brillara de por sí por la genuina narrativa de la autora Helen Fielding, quien a su vez participó en el guión. ¿Podría insinuarse que estaba adelantada para su tiempo? o tal vez apenas era el despertar por ver a una mujer tan libre, segura y destrozando los estereotipos o prejuicios como bien lo hace Reneé en el papel de Bridget que hasta le otorgó la inesperada nominación a la Mejor Actriz Principal en los Premios de la Academia de 2002.
Lo que me ha gustado mucho es la transformación por la que pasa Bridget, de su necesidad por cambiar su vida, relacionarse y crecer tanto mental como profesionalmente sin dejarse destrozar por sus errores sino aprendiendo literalmente de ellos a través de su diario.
Esos momentos tan vergonzosos como el disfraz de “conejita”, haber mostrado su trasero en tele nacional o decir NO cuando descubre que Darcy se irá a Inglaterra son momentos que se me quedan grabados en la mente por lo divertidos y honestos que resultan; y aunque no lo parezca, nos refuerza la autoestima y personalidad porque si algo nos enseña Bridget es que cambiar, no significa tener que dejar de ser uno mismo sino llevar lo que somos al siguiente nivel, salir de la zona de confort y vivir de la mejor manera que uno puede con toda clase de personas, ya sean amigos o enemigos por referirnos a aquellos que son enfadosos.
Eso sí el pleito físico entre Mark y Daniel fue memorable y no se diga los padres de Bridget que son divertidos de ver al interactuar con su hija. Hugh Grant sí que le da un giro a su encanto al comportarse como un cretino, que aquí si llega a caer mal lo cual me parece interesantemente agradable como la percepción que tenemos de este cambia de la segunda a la cuarta entrega.
En pocas palabras, he disfrutado mucho ver este clásico instantáneo y lo bien que se ha mantenido porque parece ser que los tiempos finalmente la alcanzaron. Como nota especial, debo recalcar la importancia que se le da a los padres de también jugar como sucede con la madre de Bridget al abandonar a su esposo para hacer lo que no pudo hacer en sus tiempos de juventud. Además de hacernos reír, sí que nos pone a pensar.
Pase lo que pase, nunca olvidaré la sopa de color azul que cocinó Bridget para sus amigos y cuando sale en calzoncillos en las calles con la música de Ain't No Mountain High Enough para detener al Sr. Darcy, al suponer que la iba a dejar por lo que leyó en su diario sobre éste, cuando en realidad sólo iba a comprarle otro diario para que empezara de nuevo. Lo sé, es cursi pero no me importa, lo cursi es bueno para el corazón y el alma.
Y como era de esperarse, tres años después llegó Al Borde de la Razón, la secuela anticipada de Bridget Jones volvió a romper la taquilla con $ 262.5 millones de dólares a nivel mundial habiendo costado solamente $ 40 millones.
Nada mal para una secuela del género de comedia romántica, y una que sin duda me hizo reír en ese entonces como lo volvió a hacer gracias a la pelea revancha entre Mark Darcy y Daniel Cleaver, y es que tanto Grant como Firth pelean de una forma que es irresistible no carcajearse al igual que por esos momentos vergonzosos que tiene Bridget al confesar barbaridades delante de todos.
No se diga cuando trató de esquiar, pedir la prueba de embarazo con señas para conseguir ser entendido, comer hongos y alucinar en pleno mar, ser detenida en el aeropuerto y cantando Like a Virgin en una celda de Tailandia debido a un malentendido, de verdad que no hay nadie como Renée Zellweger para enamorar tanto a chicos como a chicas, ya sea tirándose de un avión para aterrizar con los puercos o malinterpretar un crush, esta secuela será la menos favorita pero ya quisieran muchas de las de hoy tener esta ingenuidad, creatividad y espontaneidad para permanecer como un fenómeno cultural.
Ahora que la he vuelto a ver, como que siento la vibra de Realmente Amor, el detalle es que para estar situada 6 semanas después de la antepasada, termina por sentirse una extensión de la misma situación con el cambio en que primero vemos a Mark Darcy como la pareja para después cambiar a Daniel Cleaver. En pocas palabras, Al Borde la Razón se sintió como un epilogo de El Diario de Bridget Jones, pero en lo absoluto le resta importancia alguna, pudo haber sido mejor, obvio y lo fue tras pasar 12 años.
Gracias a una columna escrita por la propia autora, sucedió El Bebé de Bridget Jones, mi película favorita de esta saga y sorpresivamente la historia funciona gracias a la ausencia de Hugh Grant y todo por considerarla horrible para su personaje, y resultó tener razón porque Patrick Dempsey como Jack Qwant fue lo que le inyectó de frescura al convertirse en el nuevo rival de Mark Darcy.
Eso sí, la escena en donde ambos cargan a una Renée embarazada, que está a punto de dar a luz, e intentan meterla entre las escaleras giratorias del hospital, fue jodidamente divertida. Recuerdo que no podía parar de reírme en el cine, y de nuevo me sucedió al volverla a ver. Es que nada más no la superó, se nota cómo inclusive Reneé le costaba trabajo no reírse. Esta escena, siempre termina por hacerme mi día, y por ende. siempre recurro a esta película cuando busco animarme.
Indudablemente, Reneé Zellweger tiene un carisma que hacen de esta secuela en una muy querida por el público al recaudar $ 211 millones de dólares a nivel mundial de un presupuesto de $ 35 millones. Es un golpe duro darnos cuenta de que Bridget siempre no se quedó con Mark, pero eso no la detuvo de seguir viviendo y superándose hasta el grado de conseguir el peso deseado y dejar de fumar. Los padres de Bridget siguen siendo maravillosos de ver al igual que sus amistades.
Sí que se pasaron con el pastel de cumpleaños invadidos de 43 velitas, oh y Ed Sheeran como siempre robándose la pantalla, lo del Funeral de Daniel Cleaver me sacó una sonrisa al ver la Iglesia llena de jovencitas diciendo lo mismo. Reneé merece crédito por la forma en que imita a Hugh al dar su discurso de despedida. También Dempsey se defiende, sobre todo en las escenas que tiene con Hugh cuando les hace creer que este es la pareja de Mark en la clases de parto.
Habiendo apoyado con el guión, Emma Thompson también nos roba un par de carcajadas cada que entra a cuadro como la ginecóloga. Esos momentos en que ayuda a Bridget a engañar a los chicos de Bridget por desconocer quién era el padre del hijo como la prueba al final…, y es que en resumen, no puedo resistirme, esta tercera entrega para mi es la mejor por encontrarnos a Bridget en el punto de madurez e integridad, por enfocarse en el futuro hijo y dicho eso, por su gran mensaje y golpe de conciencia debo resaltar el siguiente diálogo:
“Lo creas o no yo era como tú cuando empecé aquí. Un poco más gordita, menos maquillaje. Pero quería dejar mi marca. Pero no quiero formar parte de tu reestructuración. No tengo el corte de pelo adecuado y no bebo en frascos de mermelada ni pongo fotos de mi almuerzo en Instagram. Y supongo que ya no está de moda querer hacer algo que valga la pena. Así que prefiero ser anticuada y desempleada que formar parte de un programa que celebra la estupidez. Quizás cuando mi hijo tenga edad para entenderlo la integridad volverá a estar de moda”.
Una escena que siempre va a destacar es cuando recién es despedida por haber usado su puesto de trabajo para dar con el posible padre de su hijo, en donde se rebela contra su nueva jefa “moderna” al verse en la necesidad de renunciar. Hasta le fecha, sigue presente al lado de la canción de “Fuck You". Irresistiblemente épico.
Difícil de creer que otros nueve años tuvieron que pasar para encontrarnos con la cuarta y conclusiva entrega de Bridget Jones: Loca por Él, en donde nos encontramos con nuestra amada chica inglesa lidiando con la muerte de su esposo Mark Darcy mientras que hace hasta lo imposible por equilibrar su vida como madre soltera y la mujer que sigue siendo al animarse a rehacer su vida después de estar en un estado depresivo y aislada por cuatro años.
Reneé Zellweger, en sus 55 años de edad, sigue siendo encantadora e imposible de no amar en sus nuevas aventuras o mejor dicha, ingenuas locuras. Contar con el retorno de Hugh Grant como Daniel Cleaver me robó un par de carcajadas al igual que Emma Thompson como la doctora Rawlings. No se diga de las breves apariciones de Colin Firth como Mr. Darcy y Jim Broadbent como el padre de Bridget ya que gracias a ellos se nos dispara la nostalgia de todos los momentos adorables que presenciamos desde el 2001 hasta el 2016.
Chiwetel Ejiofor como el Sr. Wallaker podría sentirse como el As debajo de la manga por lo inesperado y relevante que resulta para la trama principal como el carisma y la energía que aporta Leo Woodall como Roxster. Obvio que son los niños quienes le ponen esa capa de ternura y sentimentalismo, y es que es imposible no derramar un par de lágrimas en el concurso de talentos como en la gran fiesta navideña al darnos cuenta de que en definitiva se trata del adiós de esta saga al tener a todo el elenco presente.
Entre los momentos a destacar son cuando a la hija de Bridget se le caen los folletos de enfermedades venéreas en el patio de la escuela, cuando el profesor le dice al hijo de Bridget que no hay nada después de la muerte, los breves momentos con el fantasma de Mark, el incidente del árbol y cuando el nuevo novio de Bridget rescata a un perro robándose la mirada de todos los presentes de la fiesta.
Aunque me duela admitirlo, el personaje de Firth tenía que morir para que esta entrega tuviera sentido tal como sucedió con Meryl Streep en Mamma Mía 2 y Talia Shire en Rocky Balboa. Por ser un personaje perfectamente desarrollado y con una tremenda presencia en la trilogía pasado, no sólo se siente la ausencia sino nos duele hasta el alma porque nos resulta desgarrador los breves momentos en que vemos a Bridget con Mark, y a la vez, hace que las otras entregas cobren peso por ser las únicas en las que podremos verlos juntos y por eso mismo esta saga en conjunto se convierte en una joya de su género que jamás podrá pasar desapercibida porque siempre será recordada por el antecedente cultural que ha marcado en los 24 años que ha estado presente en nuestras vidas, y si no, pregúnteles a todos los enamorados y a quienes nos han quebrado el corazón.
Qué mejor manera de apreciar lo fugaz que puede ser la vida que viéndolo pasar a través de la icónica saga de Bridget Jones. De repente encontrar a nuestros personajes favoritos en esa época en que la vida ya no da sino quita, es algo que no pasa por nuestras mentes hasta que alcanzamos cierta edad y nos llega sin permiso alguno. Lo digo como una persona que me asusta envejecer, al menos gracias a Bridget Jones, puedo enfrentarme a este miedo con risa y con sabiduría gracias a la tremenda lección que nos deja sobre seguir siendo nosotros mismos y de nunca olvidarnos de quienes se han ido sino a seguir viviendo sin jamás soltarlos tal como nos lo subraya Bridget en sus últimos minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario