Después de semanas de estar causando
sensación no sólo en las premiaciones sino en la Taquilla Mundial tras ingresar
los $ 200 millones, finalmente llega a la cartelera de nuestra ciudad esta
adaptación musical de la cual concuerdo con los críticos en que es una obra
excepcional que no puede tomarse a la ligera a pesar de la propia sencillez de
su ingenua narrativa.
Atraídos por una sugestiva melodía, una
aspirante a actriz y un productor de Jazz en problemas emprenden juntos una
aventura musical donde su amor es la base fundamental para la realización de
sus sueños. No obstante, su relación es puesta a prueba de una forma que dejará
un impacto en sus vidas debido a las decisiones que deben tomar por separados.
Desde mi perspectiva, La La Land podría
referirse como la película de los soñadores. Indudablemente Damien Chazelle
recaptura el espíritu del viejo Hollywood brindándole a su vez un homenaje al
Jazz como previamente lo hizo con Whilplash. Este guionista y director es un
claro ejemplo de que se puede hacer historia con un presupuesto de $ 30
millones.
Limpia, llena de corazón, humildad y un
mensaje de fe es lo que se transmite en su detallada dirección. Chazelle goza
de una intensa creatividad ya que la coreografía de cada número musical es espectacular y más por
la innovadora edición en los de por sí característicos encuadres. No sólo saca
lo mejor de cada escena sino lleva a sus protagonistas a otro nivel
interpretativo.
Dicho esto, Ryan Gosling y Emma Stone se
beneficiaron de quizás los mejores desarrollos que ambos de sus personajes
pudieron tener. Tanto Stone como Gosling no sólo merecen estar nominado sino deberían
ser premiados y no sólo por haberse
adentrado a un estilo inexplorado sino por haberlo conquistado con calidad.
El guión no difiere de nuestra realidad,
inclusive uno podría identificarse ante el manejo de la madurez, la búsqueda de
los sueños, el sacrificio e incomprensión. Es lo bastante sencilla para
disfrutarse y su ejecución la hace efectiva por entenderse tanto concepto como
propósito. Termina por quebrarte el corazón pero cada segundo de ello lo vale.
Para desenvolverse en un escenario contemporáneamente
urbano, cuenta con mucha ingenuidad. Nunca pude imaginarme tales bailes en las
calles, la autopista, dentro de una casa o inclusive a través de las estrellas.
Obviamente la inocencia de su atmosfera podría alejar a algunos, mas no a los
románticos, a estos como yo simplemente les va a encantar.
Tampoco descartemos el vestuario tan
colorido, probablemente se vaya a poner de moda al mismo ritmo de la música de
Justin Sandgreen. La melodía
temática justifica la compra de su soundtrack. Esa y las canciones contagiosas
de “Another Day of Sun”, “Someone in the Crowd”, “City of Stars”, “Audition
(The Fools Who Dream)” y “Epilogue”.
Para haber cumplido con el tono de
grandeza de aquellas representaciones, muchos elementos como la iluminación,
vestuario, edición, cinematografía, maquillaje, diseño y la composición
estuvieron en perfecta sincronización con el elenco actoral de lo cual bajo la
coordinación maestra de Chazelle hicieron de esta adaptación en un portal de
esperanza para muchos soñadores.
Calificación: 4½ de 5 estrellas
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