El destino de la humanidad está en manos de Alice, la única
sobreviviente de lo que se suponía sería la última batalla. Traicionada y
abandonada a su muerte, Alice debería confiar en la Reina Roja e ir
directamente a la fuente del mal: Raccoon City.
Estando ahí buscará la forma de infiltrarse al Panal con la finalidad de
revertir este eminente apocalipsis.
Sin duda ha sido un largo viaje del que hemos recorrido desde su lanzamiento
en el 2002. Desde entonces nadie imaginó que sumarían seis con esta pero henos
aquí. Desconozco sí este desenlace estuvo contemplado desde su origen o
simplemente sucedió con esta entrega. De igual forma, cumple con darnos ese tan merecido cierre de
acorde a su contexto.
A estas alturas del juego, es evidente que no ha sido una franquicia
perfecta, en especial por algunos agujeros en su línea narrativa las cuales
siguieron permaneciendo ante la falta de desarrollo de personajes. Esto porque
rara vez solían repetirse y a duras penas sobrevivían para morir en la
siguiente. Ni se diga de los nuevos rostros.
Posteriormente de haber visto las cinco anteriores, no puedo evitar
sentirla descontinuada. Una media hora adicional para resolver esos pendientes con
algunos cameos hubiese sido de gran ayuda en cuestiones de su mitología porque
debido a esta conclusión, nos hace sentir que hubo un exceso de secuelas.
La primera trilogía estuvo ingeniosa con la excepción del uso de los
clones. He aquí donde hubiese optado por irme de lleno a lo que presenciamos en
El Capítulo Final. Resident Evil no suele profundizar en sus historias sino se
desplaza en automático y en un buen ritmo gracias a su suspenso, horror y
memorable acción.
Para los seguidores o quienes al menos las han encontrado
satisfactorias, nos podemos conformar con la gran revelación de lo que es y
representa Alice. Todo lo relacionado a ella es revelado y de una forma
inesperada, lo mismo va para su antagonista Dr. Isaacs. De ahí el resto está
porque logísticamente le tocó estar.
Milla Jovovich siempre ha sido la estrella, eso ha estado claro desde
el principio y aquí no decepciona. El director Paul W.S. Anderson centra su
visión en ella y por ella misma, El Capítulo Final se torna en quizás la mejor
secuela que ha surgido. Los stunts fueron más arriesgados y la actuación de
Jovovich adopta un tono emocional haciéndola trascender.
Mi único descontento fue haber eliminado la batalla final con la cual
uno anticipaba encontrarse con Resident Evil: La Venganza. Hubiese sido una
excelente oportunidad de despedir a los otros personajes. En contraste con
Extinción y La Resurrección, Ali Larter fue desaprovechada como Claire Redfield
y vaya que le hizo mucha falta su hermano, siquiera una mención ¿Alguien?
El mejor momento de Shawn Roberts como Dr. Wesker sigue siendo en La
Resurrección, aquí perdió peso ante el retorno de Iain Glen como el Dr.
Alexander Isaacs. Debo confesar que sus escenas con Milla fueron de las más épicas.
Entre las nuevas adiciones: Ruby Rose y William Levy hacen lo posible por dejar
su huella pese a no contar con un respaldo.
En comparación con su prima hermana Inframundo: La Guerra de la
Sangres, me temo que El Capítulo Final no dio el 100% en su contexto histórico.
Quizás sí en ejecución de cinematografía y efectos especiales pero en cuestiones
de profundizar en su mitología, Resident Evil se las vio duras por mantener
siempre su pie en el freno hasta apenas ahora que corrió el riesgo de lanzarse.
No me malinterpreten, Resident Evil es lo que es y pese a su clímax
abierto, cualquiera puede disfrutarla y hasta asustarse debido a la magnífica
edición del sonido y sus encuadres. Oficialmente
Resident Evil llega a su Capítulo Final con estilo y desafiante acción. De ahí
en fuera, todo lo que no tiene que ver con Alice o Umbrella, se queda al aire
como de costumbre.
Calificación: 3½ de 5 estrellas.
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