El Club de los Perdedores decide investigar una serie de
desapariciones descubriendo una extraña figura que se encuentra al acecho de
cada uno de ellos debido a las tremendas alucinaciones que se desatan debido a
su miedo. Coincidiendo en la imagen de un payaso de circo, deciden correr el
riesgo de destruirlo para evitar que más inocentes mueran.
No era mi intención acudir a verla en el cine, debido a una floja
cartelera no tuve alternativa que verla a pesar de unos inquietantes avances.
Me alegra haber tomado el riesgo porque esta adaptación resultó siendo un
extraordinario suspenso con una épica historia la cual está perfectamente
equilibrada con humor, drama, sentimentalismo, misterio y acción.
El director Andy Muschietti había sido aclamado por Mama, y del mismo
modo recurre a esos elementos para darle no sólo monstruosidad al villano sino
justificación emocional a cada uno de los personajes. Si presenta un par de
escenas perturbantes para un pequeño, inclusive te roba de tres buenos sustos debido
a que su edición te pone muy nervioso.
Todo se desenvuelve con espontaneidad, se nota en la coordinación de
estos jovencitos porque nada de esto es fácil de filmar. Me sorprende ver tanta
expresividad en los actores y ni se diga de Bill Skarsgard quien es un éxito
como Eso. Un antagonista a la altura de sus jóvenes e inexpertos protagonistas
ya que en escena todos brillan sin excepción gracias a la contextualización.
Muschietti sabe lo valioso que es conectar con la audiencia y lo hace
mediante una ambientación de acorde a la época. Fue inteligente en la forma de cerrar
la travesía como igualmente del proceso de llevarla del punto A al punto B. Lo
vuelvo a repetir, estoy sorprendido del nivel de calidad que se distingue en
sus ejecución, sonido, música y
cinematografía.
Los aspectos técnicos detrás de los brotes psicóticos podrían traumar
a algunos y ciertas fobias podrían ser identificables. En esta visualización,
Eso llega a ser mucho más efectiva que El Resplandor. Una leyenda por así
decirse que te deja deseando saber más y esperemos con suerte que en la
siguiente sea revelada por completo su identidad.
Entretanto me gusta que se hayan tomado el tiempo necesario para
desarrollar a cada uno de los personajes; tanto buenos como malos. Cada uno de estos se enfrenta a sus demonios
de acorde a sus fobias y situación actual. Es aquí donde se emplean las secuencias
psicóticas para llevar la tensión al otro nivel. No se trata de sólo jugar con
horror sino validarlo y a su vez definirlo.
Tampoco he leído la novela pero para que a King le haya gustado,
significa que los guionistas se lucieron en capturar la esencia. Se siente a la
par de Señales por lo sugestivamente humana que puede llegar a ser gracias a un
elenco del cual puedes apreciar por su realismo. Imposible de no apoyarlos,
morir es lo menos que deseamos de ellos y he ahí lo inesperado en su trama.
Quizás la mejor adaptación que ha tenido una novela de Stephen King y
eso que se trataba de la primera parte. Ansioso me encuentro durante mi espera
hacía la secuela, ahora entiendo porque ha sido un fenómeno en la Taquilla. Con
un presupuesto de $ 35 millones, contamos con otro horror que sin duda le hace
justicia a su género.
Calificación: 4½ de 5
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