sábado, 10 de noviembre de 2012

Crítica de Ralph: El Demoledor (Wreck-It-Ralph) en 3D

 
 Reservadamente, Walt Disney mantuvo este concepto escondido de los medios porque en ningún momento recuerdo haber leído sobre éste; quizás fueron breves notas y en mayor parte a que la voces seleccionadas no eran estruendosas. Del mismo modo, se trataba de una animación original en donde la atención nomás se la llevan las secuelas prestigiosas.
 
Tras observar los avances supe que era una de esas películas que debía ver y suele ser inusual de mi parte ya que fuera de Toy Story 3 u otra producción interesante de Pixar, no suelo acudir a verlas y mucho menos en el formato 3D. De hecho ni siquiera me he animado a ver Cars 2 ni Madagascar 3. No obstante, trata de un concepto innovador inspirado en el mundo de los videojuegos clásicos de Arcade. Lo suficiente para captar no sólo mi atención sino la de muchos.
 
En una sola palabra, el guion de Phil Johnston y Jennifer Lee es ingenioso. Como se menciona en la premisa: se trata de una historia para todos. Después de la trilogía de Toy Story y Buscando a Nemo, sigue Ralph: El Demoledor venciendo a Shrek 1-2, Wall-E y Monsters Inc. Simplemente es maravillosa de presenciar cada escena por su excelente desarrollo de personajes, la nostalgia de los videojuegos clásicos y sus entretenidas secuencias de acción.
 
¿Qué es lo que hace grandioso a Raph: El Demoledor? Que se guía bajo la formula Pixar, en otras palabras, es un cuento clásico inmerso de corazón y susceptibilidad por el contagio emocional e identificación personal que se experimenta al ser testigos de las distintas dificultades que se enfrentan nuestros personajes favoritos.
 
Es sublime notar como los nuevos personajes poco a poco se van adueñando de nuestro interés entre la gran gama de identidades reconocibles. Básicamente se trata de encontrar nuestro lugar en el mundo. Por ende el mensaje es valioso y sirve de fuente de inspiración para ver las cosas desde otras perspectivas: no necesariamente se es una persona mala por naturaleza sino así está estipulado en el oficio.
 
Es bueno cuestionar y romper los estereotipos pero a la vez se debe tener cuidado de huir de nuestro destino. Fuimos creados por una razón y se acepta, mas no se conforma. De lo contrario nadie sabrá realmente nuestro sentir  y nos habremos perdido de una gran aventura situada en nuestra búsqueda por nuestra identidad y propósito en la vida. Por lo visto, esta animación no sólo me hizo reír, me entusiasmó y me hizo analizar sobre la vida misma.
 
Existe mucho sentido y realismo en los personajes presentados: Ralph me recuerda al Shrek en figura humana como se presenció en la secuela, pero aquí su representación es distinta porque su amabilidad se aleja de un villano mientras Shrek sigue siendo un ogro. Entre los aspectos relevantes, Ralph esta consciente de su entorno y por ende, está dispuesto a luchar por un cambio.
 
Vanella Von podría convertirse en un personaje también de suma identificación personal por su naturaleza errónea e inocencia por estar configurada como una niña persistente de 9 años. Básicamente los errores tienden a ser despreciados mas en un espacio perfecto, se convierten en el factor innovador por no estar dentro de las reglas. Su relación con Ralph se denota con carisma y complemento de caracteres. Inevitablemente son la razón por la cual está generando recomendaciones.
 
Entre el reparto: Fix-It Felix se desenvuelve como un Mario Bros y su estatus de héroe evoluciona a una conducta flexible. En cuanto al Sargento Tamora, su papel es uno de los más geniales por su defensa táctica y constante uso de armas. Las escenas entre estos dos opuestos son bastante entretenidas garantizando varias sonrisas. Ello no significa que Ralph y Vanellope no nos hagan reír, simplemente una pareja nos divierte mientras la otra nos mantiene con nuestros sentimientos a flote.    
 
La cinematografía en una animación ha denotado grandes avances por convertir mundos reales en contextos del mismo tono. La creación del universo Arcade no puedo haberse diseñado de una mejor manera. Cada máquina es un mundo conectado a la Central de Videojuegos. Sugar Rush es dulcemente creativo mientras el edificio del videojuego de Ralph es sencillamente sutil. Tampoco se descarta lo gótico de Hero’s Duty y la estructura recta de Pac-Man.  
 
La edición de sonido en conjunto con la musicalización es sinónimo de nostalgia ya que algunos elementos nos recuerdan a los viejos días cuando uno de niño o inclusive de adulto se acudía a estos centros a divertirse con las máquinas. Actualmente continúa pero me temo que se encuentra en decadencia ya que el avance tecnológico y el juego en línea han sido los factores que han evolucionado a esta industria. Curiosamente se pretende indagar en estas temáticas para la próxima secuela.  
 
Es inusual como Rich Moore dirigió una sobresaliente animación siendo principalmente reconocido por su humor negro y material adulto en Los Simpsons. Nunca me lo hubiera imaginado: una historia sana, tierna y con mensaje enfocada no sólo a las familias sino a cualquier seguidor del buen cine. No cabe duda que Moore manejó a la exactitud este concepto. En resumen, Disney tiene a su disposición una nueva franquicia del mismo calibre de Toy Story.  
 
No se requiere verse en 3D.

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