lunes, 18 de marzo de 2024

Ben Hur y los 10 Mandamientos

   Esta entrada no fue para nada fácil de escribir dado que tanto Ben Hur como los 10 Mandamientos formaron parte de mi niñez a pesar de no haber sido directamente de mi época. Tan así de importantes se han mantenido para que en cuaresma nunca falten de transmitirse. Una tradición y de las mejores debo confesar. 

   Añadiendo la remasterización gracias a la tecnología de alta definición, pues han envejecido tan bien que ya quisieran muchas igualar ese impacto cultural y con impacto me refiero a la decepcionante readaptación de Ben Hur de 2016 ya que todavía Ridley Scott se defiende con su versión de Exodus: Dioses y Reyes.

   Quiero creer   que los de mi generación crecimos viéndolas y en partes. Subrayo partes  porque en mis tiempos no había plataformas de streaming como para reproducir estas películas sin comerciales de por medio. Podría decirse que éramos más pacientes y además, nos ayudaba para prepararnos una botana o llevar a cabo un pendiente. 

    Incluso, antes de que existiesen los celulares inteligentes, teníamos que programar manualmente las videocaseteras y la televisión para que en automático grabara en cuanto comenzara la función. No obstante, se debía estar atento para pausarla debido a los comerciales que entraban cada diez o quince minutos aproximadamente.

   Mi padre solía quedarse dormido y por ende se le iban uno que otro segmento que terminaba por causarnos gracia. Tratándose de Ben Hur y de los 10 Mandamientos, ahí fácilmente se hablaba de casi 5 o 6 horas de estar pegados en el televisor por los comerciales.  Uno terminaba ¨desvelándose¨ por así ponerlo.

   Siendo honesto, nunca había visto de principio a fin los 10 Mandamientos, a gran diferencia de Ben Hur cuya versión especial la teníamos en VHS y hasta le obsequié a mi padre la edición Blu-ray remasterizada del cincuenta aniversario. Esa y la de El Principe de Egipto, que nunca puede fallar por su estilo más sentimental en contraste con la obra clásica. 

   Es impactante saber que mi padre solía verlas con sus padres como yo las sigo viendo con los míos. Vaya eco de la niñez. Algunas cosas nada más no cambian y no quisiera que cambiaran como lo han venido haciendo desde que nacemos. La recomendación no es correr sino disfrutar el momento y que mejor que hacerlo con estos clásicos.  

   Existe una frase que decían que antes de Gladiador, estaba Ben Hur y posterior cambió con la llegada de Cruzada: la versión extendida de 3 horas de Ridley Scott. Cualquiera sabría que este género épico me encanta teniendo como referencia a Corazón Valiente, El Patriota, El Último de los Mohicanos, Rey Arturo, El Ultimo Duelo, El Último Samurái, Rob Roy, Robin Hood, La Pasión de Cristo, Los Tres Mosqueteros Partes 1 & 2, El Hombre de la Máscara de Hierro… sólo espero y Gladiador 2 sea tan asombrosa como lo aseguran los ejecutivos de Paramount.

   Dicho esto, resultó emocionante ver los 10 Mandamientos en su totalidad. Evadiendo así los créditos al principio, en el intermedio y no tanto en el desenlace porque las películas antiguas solían ponerlos en los primeros minutos para cerrar abruptamente con una transición a negro.  

   Charlton Heston era una figura bastante importante, tan importante que su interpretación de Moisés fue y sigue siendo de admirarse. Fuera hoy en día y lo hubiesen bloqueado como lo hacen con cada actor que se aventura en el género cristiano. Aquí lo menos fue no nominarlo, pero enseguida lo recompensaron con Ben Hur. Desconozco si el resto del elenco fue reconocido, en especial al odioso de Yul Brynner como Ramsés II y la caprichosa Anne Baxter como Nefertari.

    Entre otras de sus nominaciones a los Premios de la Academia consiguió Mejor Película, Dirección de Arte, Fotografía, Vestuario, Montaje, sonido y extremadamente relevante:  los Efectos Especiales cuya categoría resulta la única en entregarle el triunfo. No puedo evitar sentir decepción de no haber sido apreciado en víspera de lo trascendental que continúa siendo.

   La dirección de Cecil B. DeMille es dinámica y para nada lenta a pesar de contener breves secuencias de acción y las plagas manejarse de forma indirecta y ligeramente visual. Algunas cosas es mejor imaginarlas. Por ahí se dice que se encuentra en los planes el live action de El Principe de Egipto y yo feliz de reconectar con una animación de mi niñez, en especial por las canciones ya que solía tener la banda sonora y a cada rato la reproducía en mi casetera.

    Sobre todo, en los días del Señor y no por obligación sino por gusto, de hecho, si han tenido la oportunidad de ir a mi canal de Youtube podrán toparse con que en Cúrate El Alma analice la canción de When You Believe de Mariah Carey y la difunta Whitney Houston. Inolvidable, esa y la de las plagas.

   Cualquier cinéfilo o nostálgico podrá disfrutar y apreciar los 10 Mandamientos, lo tiene todo al igual que Ben Hur, otra producción más de Charlton Heston en donde terminó por recibir el Oscar por su protagonismo. Inclusive, de sus 12 nominaciones fue acreedora de 11. Posteriormente Titanic y El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey igualaron el record.

    Es que de donde la veas: Dirección, Actuación Principal, Actuación de Reparto, Diseño de Producción, Fotografía, Vestuario, Efectos Especiales, Montaje, Banda Sonora y Sonido, lo dominó de una forma nunca antes vista y a tan sólo 3 años después de los 10 Mandamientos. Ben Hur sigue siendo una de mis películas favoritas, en la misma liga de Corazón Valiente, Gladiador y Cruzada. Considerando el lapso entre décadas, es decir mucho.

    Y como que la remasterización le cayó de lujo porque también ya quisieran muchas producciones de hoy en día engancharnos con la misma calidad narrativa. Cada que la veo, termino llorando y en mayor culpa por las conmovedoras melodías de Mikkps Rozsa. Sin duda el director William Wyler tenía visión y fuerza para haberse montado este mundo histórico.  De por sí la carrera en el coliseo te deja sin aliento, literalmente.

   Ni idea de cómo se la aventaron, pero les aplaudo ese masivo esfuerzo y me da gusto que siga retransmitiéndose sin intenciones de detenerse por lo pronto. Y es que el tiempo se congela cada vez que me pongo a verla, casi cuatro horas que se me pasan volando hasta el grado de volver a llorar en las mismas escenas.

   Es que ver el sufrimiento proyectado me rompe el corazón, ese amor de una madre me llega y la nostalgia hace de las suyas porque ya no soy ese niño que hacía hasta lo imposible por no dormirse cuando la pasaban en tele abierta. Curioso porque ahora de adulto también me cuesta trabajo mantenerme despierto. En lo absoluto le resta mi atención a Haya Harareet como Esther, Jack Hawkins como Quinto, Stephen Boyd como Messala, Martha Scott como Miriam…

   Todo sin excepción lograron una obra maestra poderosa que se mantiene por sí sola y cuyo fenómeno se ha estabilizado en un común referente para la industria del cine. En lugar de intentar readaptarla, se debería de aprovechar su contexto narrativo e histórico para dar a conocer a otros personajes en esa misma línea de tiempo.

    Hasta una secuela hubiese sido mejor como lo esta haciendo Ridley Scott con Gladiador. El tiempo dirá si otro se atreve a rehacerla o si alguien prudente le brinda un verdadero homenaje al intentar darle una secuela o basarse en otro personaje más de ese mismo ambiente.

1 comentario:

Aviator dijo...

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