Siendo grandes amigos, Joe, Willie y Al entran en un complicado riesgo
de ser desalojados de sus hogares ante una crisis con la empresa con la cual
solían trabajar hasta su retiro. Debido a un congelamiento de sus cuentas de
pensión, no les queda alternativa que llevar a cabo un robo con la finalidad de
recuperar no sólo su dinero sino su dignidad en el trayecto.
Reonocí el nombre de Zach Braff, ya que en el 2004 me tocó ver una de
sus agradables adaptaciones, Garden State. Desde entonces no se le ha visto
tener el éxito que se merece y pese a no ser tampoco esta, seguramente alguien
importante en Hollywood ya se dio cuenta de su gran talento como director.
Un Golpe con Estilo se beneficia de una humilde dirección, una sana
diversión, una gran coordinación actoral viendo lo espontáneamente que salen
las escenas y ni se diga de las completas actuaciones del elenco en víspera de
sus gran trayectoria y nominaciones ganadas. Braff nos garantiza un excelente
entretenimiento para este fin de semana.
Me fascina que no tenga miedo alguno con respecto a la situación
económica en los Estados Unidos, especialmente con referencias a las grandes
corporaciones y sus convenios, asociaciones o políticas con tal de disfrazar
los fraudes o congelaciones de pensiones ya sea por renovaciones o deudas absorbidas.
Desde esa perspectiva contextual, un aplauso al guionista Theodore
Melfi por darle ese sentido del humor entre mezclado con el manejo de valores,
la justicia y el cuidado hacía las personas de la tercera edad. Tomando en
cuenta su currículo de St. Vincent y Talentos Ocultos, no me sorprende tanta
creatividad en el desenvolvimiento y desarrollo de estos simpáticos personajes.
En manos de Morgan Freeman, Michael Caine y Alan Arkin, es imposible
no sentirnos enganchados todo el camino. A estas alturas es imposible no
conocer alguno de ellos, han estado prácticamente en todo, desde dramas
independientes hasta mega-producciones que su alianza se siente tan fluida,
especial y extremadamente graciosa hasta en momentos, sentimental.
Fue una grata sorpresa contar con Christopher Lloyd, indudablemente
nos saca un par de risas; por otro John Ortiz se está convirtiendo en una gran
estrella y con mucha razón considerando su valiosa contribución. Me estoy dando
cuenta de que Matt Dilon le está gustando hacerla del patán en contraste con
Ann-Margret, quien es simplemente agradable de ver al lado de Arkin.
Divertida y verdaderamente con estilo como su título lo indica, esta
drama comedia nos ofrece un buen rato en el cine gracias a la sencillez e
ingenuidad de cada uno de los involucrados. Básica y naturalmente ejecutada y
editada, sobresale por su gran corazón del mismo modo en que lo hizo Ultimo
Viaje a las Vegas.
Calificiación: 4 de 5 estrellas
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