miércoles, 10 de enero de 2024

Pequeños Comienzos...

Cuando yo nací, Maverick competía por el título al mejor piloto de la Escuela Top Gun mientras Ellen Ripley se enfrentaba literalmente a sus demonios en lo que restaba de la Colonia Hadley Hope del planetoide LV-426 y justo en el intermedio teníamos a Daniel Larusso acompañando al Sr. Miyagi a Japón por cuestiones de honor.

   Diez años antes de haber nacido, Rocky Balboa sorprendía al mundo al enfrentarse a Apollo Creed por el campeonato de peso completo. Curioso decirlo porque en ese mismo verano una estrella nacía, literalmente hablando. Aunque nada que nos marqué tanto como la batalla de Yavin IV. Por omitir a los Kramers cuyo juicio seguía dando de qué hablar.

   Posterior del Contrataque del Imperio en 1983, el Dr. Jones se reúne con su padre para retomar la búsqueda del Santo Grial. Ni como olvidarse de aquella roca gigantesca que estuvo a punto de arrollarlo. Más lo encontrado por debajo del Templo de la Perdición permanece insuperable comparado con el Dial del Destino y la Calavera de Cristal.

   En ese mismo año de 1989, un misterioso superhéroe se respaldaba de las sombras para brindar justicia a gran diferencia de los agentes Riggs y Murtaugh quienes hacían de las suyas en plena luz del sol. En ese entonces ¿dónde se hallaba John McClane? o mejor dicho ¿qué no había hecho?

  Me pregunto sí aun recuerdan lo demandado que se tornó aquella pieza de barro que esculpieron Sam Wheat y Molly Jensen. Déjense eso, la osadía del Sr. Lewis al meter a una mujer bonita a un hotel de caché. Lo lamento por ese pequeño angelito que tuvo que sobrevivir a solas ante el repentino abandono de su familia. Un clásico que no puede faltar en cada navidad, por mencionar el descanso de Amanda Woods e Iris Simpkins, y por supuesto cuando Jamie alcanza a Johanna en el aeropuerto para confesarle su amor, teniendo sólo 12 años.  

   A pesar de esas cosas bonitas, se sigue asegurando que el mundo se está acabando. Antes de que yo naciera, el mundo ya venía acabándose y seguirá incluso después de mi muerte. Me temo que el Juicio Final es inevitable y más considerando como la Inteligencia Artificial de hoy se parece bastante a Skynet. Lo mejor es no decir nada y permanecer en el Silencio de los Inocentes. Podría ser peor tomando en cuenta el trágico incidente del Parque Jurásico en 1993. Recuerdo el insomnio que me provocó en Seattle, sumándole lo de Apolo 13.

   Una década después de mi nacimiento y las cosas tampoco pintaban bien ante la invasión alienígena en pleno Día de la Independencia. Y como olvidar ese Tornado de categoría cinco, referido como el dedo de Dios. Tampoco ayudó que en el siguiente verano sucediese lo del Titanic. Quizás se debía al  sexto sentido que tenía para estas cosas. Eso y que la memoria no me fallaba cada vez que recordaba lo ocurrido en Mustafar, Narnia, Hogwarts, el Caribe y hasta Pandora.

   Tres décadas pasaron y descubrimos a aquellos valientes que dieron su vida por robar los planos de la estrella de la muerte, Dory encuentra a sus padres y Moana se convierte en una líder. La lista sigue y sigue, nunca se termina, momentos inolvidables que marcaron mi vida y la de todos nosotros. Esa es la magia del cine, todos tenemos una escena que nos hace recordar todo lo que sentimos en cierto determinado punto de nuestra existencia. 

   Ese es el propósito del cine: hacernos sentir, emocionarnos y lo mejor de todo es que siempre ha estado presente. Un excelente y necesario acompañante, flexible y propulsor de la creatividad.  Es impresionante saber que hasta la fecha hay momentos de la pantalla grande que permanecen siendo memorables.

   No sólo por eso, sino por la audacia de algunos estudios por recrearlos o reimaginarlos. Aún no han captado que los refritos sólo nos ponen a recordar lo jodidamente geniales que fueron ver las originales justo cuando se estrenaban en las salas. En especial cuando el entretenimiento no se hallaba saturado de series y películas, principalmente de superhéroes. 

   De niño me quejaba a cada rato de no tener variedad en el librero de mi casa, ahora me doy cuenta lo tonto que había sido al no aprovechar el tiempo que tenía para verlas una y otra vez porque a diferencia de hoy en día, tiempo me hace falta para ponerme al tanto de las oleadas de estrenos con que se nos bombardean en las plataformas de streaming. Nomás no me la acabo.

   Dicho eso… me muero por volver a reproducir la Trilogía del Caballero de la Noche, Gladiador, Ben Hur, Cruzada, Corazón Valiente, Alien, Aliens, Prometeo, Top Gun: Maverick, La Cabaña, Los Juegos del Hambre, Capitán América y El Soldado del Invierno, Los Vengadores, Oppenheimer, El Origen, Protocolo Fantasma, Casino Royale, Skyfall, El Señor de los Anillos: Las Dos Torres, El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos, Piratas del Caribe: La Maldición del Perla Negra, Bourne: El Ultimatum, Lara Croft: Tomb Raider, La Momia, Toy Story, Mujer Maravilla, Intensamente, Cómo Entrenar a Tu Dragón, Bajo El Sol de Toscana, Un Buen Año, Comer Rezar Amar y la lista continua y continúa...

   Por esa razón decidí regresar a mis publicaciones escritas, pero solamente para hablar de las películas con las cuales me tocó crecer. A través de esta nueva sección titulada Retrocine, quiero compartirles lo que me hicieron sentir y lo que aprendí conforme emprendía mi travesía de niño a joven adulto. Con algunas excepciones, obviamente necesarias. 

   El cine no sólo me ha proporcionado entretenimiento, sino también me ha brindado entendimiento, conocimiento y madurez. Sin descartar las miles de lágrimas que derramé, siendo La Pasión de Cristo y Milagro en la Celda 13 las que más me han exprimido el alma. Trataré de no engranarme con la Saga de Star Wars, para eso tengo Bokken Order pero aun así es imposible que alguna de estos clásicos no vaya a aparecer. Quienes me conocen, bien saben las razones y si no, en el camino las sabrán.

   Lo que vayan a estar leyendo por catorcena representa sólo mi humilde punto de vista, pueda que coincidamos y puede que no sea de su agrado, pero para eso podrán comentar. Mejor dicho, compartir lo bueno o malo. No cabe duda que será muy interesante recordar y hasta nostálgico. No sé si sea su caso, pero las cosas se sienten muy sensibles ahora cerca de mis cuarenta años que cuando rondaba en los veinte.

   Tan así que las películas que apreciaba de niño me resultan a veces dolorosas de ver por los recuerdos de aquel contexto. Ya no soy el niño que iba agarrado de las manos de sus padres para intrigarse con El Pacificador, aquel explosivo suspenso de George Clooney y Nicole Kidman que se convirtió en la primera película de adultos que entré a ver en el año de 1997. Dos años después y me topé con el Agente 007 en El Mundo No Basta.

   Dato curioso: me emocioné más al ver a Denise Richards por haberme enamorado de ella en Starship Troopers. Justo en ese verano había conseguido que me llevaran a ver Aliens: La Resurrección. Estuve semanas molestando a mi madre y al final lo conseguí. Desconozco por qué entramos tarde a la sala, recuerdo que era el Cinemastar de Plaza Monarca e irónicamente el único susto que me produjo fue el de la araña y no con los xenomorfos como uno esperaría. Ya después hablaremos de ello. 

    Me duele confesar que amé Batman & Robin. Tan así que me reservé una copia y tras tenerla, todos los días la miraba sin parar como me pasó con Van Helsing. Las mujeres tienen mucho que ver, es que Uma Thurman como Hiedra Venenosa me robó mi corazón. Su introducción sigue dándome escalofríos cada vez que la reproduzco en YouTube. Lo lamento por Alicia Silverstone cuya carrera se vino para abajo al igual que la de Chris O´Donnell.  

   No obstante, esa fiebre fue tumbado por las ediciones especiales de Star Wars y aprovecho para invitarlos a ver el primer podcast del nuevo canal de Bokken Order para saber más al respecto. Sólo quiero concluir con una trilogía de la cual este año cumplió la década y que tras haberme fascinado la entrega ¨conclusiva¨, me impulsó a regresarme al 2014 para recordar que esta misma película la miré en el día de mi cumpleaños.

    ¿Les interesa saber a qué título me refiero? 

   Me temo que tendrán que esperar una catorcena para descubrirlo, pero entretanto gracias por acompañarme en estos pequeños comienzos de Retrocine.


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