Cuando yo nací, Maverick competía por el
título al mejor piloto de la Escuela Top Gun mientras Ellen Ripley se
enfrentaba literalmente a sus demonios en lo que restaba de la Colonia Hadley
Hope del planetoide LV-426 y justo en el intermedio teníamos a Daniel Larusso
acompañando al Sr. Miyagi a Japón por cuestiones de honor.
Diez años antes de haber nacido, Rocky Balboa
sorprendía al mundo al enfrentarse a Apollo Creed por el campeonato de peso completo. Curioso
decirlo porque en ese mismo verano una estrella nacía, literalmente hablando. Aunque nada que nos marqué tanto como la batalla de Yavin IV. Por omitir a
los Kramers cuyo juicio seguía dando de qué hablar.
Posterior del Contrataque del Imperio en
1983, el Dr. Jones se reúne con su padre para retomar la búsqueda del Santo
Grial. Ni como olvidarse de aquella roca gigantesca que estuvo a punto de arrollarlo.
Más lo encontrado por debajo del Templo de la Perdición permanece insuperable comparado
con el Dial del Destino y la Calavera de Cristal.
En ese mismo año de 1989, un misterioso
superhéroe se respaldaba de las sombras para brindar justicia a gran diferencia
de los agentes Riggs y Murtaugh quienes hacían de las suyas en plena luz del sol.
En ese entonces ¿dónde se hallaba John McClane? o mejor dicho ¿qué no había hecho?
Me pregunto sí aun recuerdan lo demandado que
se tornó aquella pieza de barro que esculpieron Sam Wheat y Molly Jensen.
Déjense eso, la osadía del Sr. Lewis al meter a una mujer bonita a un hotel de
caché. Lo lamento por ese pequeño angelito que tuvo que sobrevivir a solas ante
el repentino abandono de su familia. Un clásico que no puede faltar en cada navidad, por mencionar el descanso de Amanda Woods e Iris Simpkins, y por supuesto cuando Jamie alcanza a Johanna en el aeropuerto para confesarle su amor, teniendo sólo 12 años.
A pesar de esas cosas bonitas, se sigue asegurando que el mundo se está acabando. Antes de que yo naciera, el mundo ya venía acabándose y seguirá incluso después de mi muerte. Me
temo que el Juicio Final es inevitable y más considerando como la Inteligencia
Artificial de hoy se parece bastante a Skynet. Lo mejor es no decir nada y
permanecer en el Silencio de los Inocentes. Podría ser peor tomando en cuenta
el trágico incidente del Parque Jurásico en 1993. Recuerdo el insomnio que me provocó en Seattle, sumándole lo de Apolo 13.
Una década después de mi nacimiento y las
cosas tampoco pintaban bien ante la invasión alienígena en pleno Día de la
Independencia. Y como olvidar ese Tornado de categoría cinco, referido como el
dedo de Dios. Tampoco ayudó que en el siguiente verano sucediese lo del
Titanic. Quizás se debía al sexto sentido que tenía para estas cosas. Eso y que la
memoria no me fallaba cada vez que recordaba lo ocurrido en Mustafar, Narnia, Hogwarts, el Caribe y hasta Pandora.
Tres décadas pasaron y descubrimos a
aquellos valientes que dieron su vida por robar los planos de la estrella de la
muerte, Dory encuentra a sus padres y Moana se convierte en una líder. La lista
sigue y sigue, nunca se termina, momentos inolvidables que marcaron mi vida y
la de todos nosotros. Esa es la magia del cine, todos tenemos una escena que
nos hace recordar todo lo que sentimos en cierto determinado punto de nuestra existencia.
Ese es el propósito del cine: hacernos sentir,
emocionarnos y lo mejor de todo es que siempre ha estado presente. Un excelente
y necesario acompañante, flexible y propulsor de la creatividad. Es impresionante saber que hasta la fecha hay
momentos de la pantalla grande que permanecen siendo memorables.
No sólo por eso, sino por la audacia de
algunos estudios por recrearlos o reimaginarlos. Aún no han captado que los
refritos sólo nos ponen a recordar lo jodidamente geniales que fueron ver las
originales justo cuando se estrenaban en las salas. En especial cuando el
entretenimiento no se hallaba saturado de series y películas, principalmente de
superhéroes.
De niño me quejaba a cada rato de no tener
variedad en el librero de mi casa, ahora me doy cuenta lo tonto que había sido al no
aprovechar el tiempo que tenía para verlas una y otra vez porque a diferencia
de hoy en día, tiempo me hace falta para ponerme al tanto de las oleadas de
estrenos con que se nos bombardean en las plataformas de streaming. Nomás no me
la acabo.
Dicho eso… me muero por volver a reproducir
la Trilogía del Caballero de la Noche, Gladiador, Ben Hur, Cruzada, Corazón Valiente, Alien, Aliens,
Prometeo, Top Gun: Maverick, La Cabaña, Los Juegos del Hambre, Capitán América
y El Soldado del Invierno, Los Vengadores, Oppenheimer, El Origen, Protocolo
Fantasma, Casino Royale, Skyfall, El Señor de los Anillos: Las Dos Torres, El
Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos, Piratas del Caribe: La Maldición del
Perla Negra, Bourne: El Ultimatum, Lara Croft: Tomb Raider, La Momia, Toy
Story, Mujer Maravilla, Intensamente, Cómo Entrenar a Tu Dragón, Bajo El Sol de
Toscana, Un Buen Año, Comer Rezar Amar y la lista continua y continúa...
Por esa razón decidí regresar a mis
publicaciones escritas, pero solamente para hablar de las películas con las cuales
me tocó crecer. A través de esta nueva sección titulada Retrocine, quiero compartirles
lo que me hicieron sentir y lo que aprendí conforme emprendía mi travesía de
niño a joven adulto. Con algunas excepciones, obviamente necesarias.
El cine no sólo me ha proporcionado
entretenimiento, sino también me ha brindado entendimiento, conocimiento y
madurez. Sin descartar las miles de lágrimas que derramé, siendo La Pasión de
Cristo y Milagro en la Celda 13 las que más me han exprimido el alma. Trataré
de no engranarme con la Saga de Star Wars, para eso tengo Bokken Order pero aun
así es imposible que alguna de estos clásicos no vaya a aparecer.
Quienes me conocen, bien saben las razones y si no, en el camino las sabrán.
Lo que vayan a estar leyendo por catorcena
representa sólo mi humilde punto de vista, pueda que coincidamos y puede que no
sea de su agrado, pero para eso podrán comentar. Mejor dicho, compartir lo
bueno o malo. No cabe duda que será muy interesante recordar y hasta nostálgico.
No sé si sea su caso, pero las cosas se sienten muy sensibles ahora cerca de
mis cuarenta años que cuando rondaba en los veinte.
Tan así que las películas que apreciaba de niño me
resultan a veces dolorosas de ver por los recuerdos de aquel contexto. Ya no soy el
niño que iba agarrado de las manos de sus padres para intrigarse con El
Pacificador, aquel explosivo suspenso de George Clooney y Nicole Kidman que se convirtió en la
primera película de adultos que entré a ver en el año de 1997. Dos años después y me topé
con el Agente 007 en El Mundo No Basta.
Dato curioso: me emocioné más al ver a Denise Richards por haberme enamorado de ella en Starship Troopers. Justo en ese verano había conseguido que me llevaran a ver Aliens: La Resurrección. Estuve semanas molestando a mi madre y al final lo conseguí. Desconozco por qué entramos tarde a la sala, recuerdo que era el Cinemastar de Plaza Monarca e irónicamente el único susto que me produjo fue el de la araña y no con los xenomorfos como uno esperaría. Ya después hablaremos de ello.
Me duele confesar que amé Batman & Robin. Tan así que me reservé una copia y tras tenerla, todos los días la miraba sin parar como me pasó con Van Helsing. Las mujeres tienen mucho que ver, es que Uma Thurman como Hiedra Venenosa me robó mi corazón. Su introducción sigue dándome escalofríos cada vez que la reproduzco en YouTube. Lo lamento por Alicia Silverstone cuya carrera se vino para abajo al igual que la de Chris O´Donnell.
No obstante, esa fiebre fue tumbado por las
ediciones especiales de Star Wars y aprovecho para invitarlos a ver el primer podcast
del nuevo canal de Bokken Order para saber más al respecto. Sólo quiero concluir
con una trilogía de la cual este año cumplió la década y que tras haberme
fascinado la entrega ¨conclusiva¨, me impulsó a regresarme al 2014 para
recordar que esta misma película la miré en el día de mi cumpleaños.
¿Les interesa saber a qué título me refiero?
Me temo que tendrán que esperar una catorcena para descubrirlo, pero entretanto
gracias por acompañarme en estos pequeños comienzos de Retrocine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario