Ante un inquietante accidente, La Gestora de Riesgos Lee Weathers es
asignada para evaluar la situación de uno de los experimentos más
comprometedores y en el proceso tomar un curso de acción viable para la
Corporación. Independientemente de lo que decida, su vida como la del resto
estará en manos de Morgan quien es mucho más de lo que aparenta a simple vista.
Tratándose del debut direccional de Luke Scott, debo confesar que
heredó el talento de su padre en la forma de enaltecer la cinematografía, armar
el suspenso, liberar el talento actoral y desatar la violencia no sin antes situarnos
con un buen drama. Tal como parece, el hijo de Ridley Scott retoma la
estructura de Alien aunque no consiga el mismo impacto.
De igual forma, Scott demuestra contar con esa habilidad para crear
una atmosfera de acorde al contexto. El detalle radica en su escaso guión debido
a la grave ausencia de un desarrollo de personajes. Desde el lado de la acción
y la intriga, se compensa lo suficiente para volverse en una ligera
recomendación de un domingo libre.
La sorpresa al final te deja estupefacto en el modo de inyectarte con
otra percepción. Eso sí el concepto es desarrollado con eficacia, el sonido
cumple con lo requerido y la iluminación brinda lo mejor en el proceso de
edición, la cual lo se conserva directo, espontaneo y limpio. Hasta eso sus 92
minutos se te pasan volando.
Importante saber que no es un relato de horror, sino un drama cuyo
clímax resalta por su frenética media hora final. Sin duda los efectos
especiales fueron especiales considerando su limitado presupuesto. Se pudo
haber trabajado en el guión, ya que permanecen ciertas dudas pero no es nada de
quebrarse la cabeza.
Como lo ha demostrado en el pasado, Kate Mara entrega un eficaz
protagonismo. Seguramente estamos ante la siguiente heroína de Hollywood porque
muchos ojos habrán notado su despiadada determinación y ni se diga de esas
maniobras tácticas. Lee Weathers es un poderoso personaje que en ausencia de un
respaldo histórico, Mara le hace justicia con su personalidad.
Obviamente la atracción recae en Anya Taylor-Joy ya que Morgan no es difícil
de comprender. Esto gracias también a Taylor-Joy porque hace lo necesario para sugestionarnos
con su descontrol emocional. Lo curioso es notar que a duras penas interactúa
con el elenco, hubiese sido genial haber
explorado esa área no mediante vistazos a su niñez.
Y como ta:l Toby Jones, Michelle Yeoh, Jennifer Jason Leigh y Paul Giamatti
son desaprovechados y en cierto modo está justificado. Considerando la limitada
interacción con Morgan en conjunto con la rapidez de las circunstancias, Morgan resulta ser una obra que nos
entretiene a pesar de su simple narrativa.
Calificación: 3 ½ de 5 estrellas
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