lunes, 20 de marzo de 2017

Crítica de La Bella y la Bestia (Beauty and the Beast)


Primer tráiler oficial de La Bella y la bestia con Emma Watson ...

Disney se la jugó en grande al adaptar uno de sus clásicos animados más amados y de hecho la única en su historia en recibir la nominación a Mejor Película en los Oscares. La esencia de la versión de 1991 sigue presente en esta transición y no sólo en cuestiones de historia sino de cinematografía, efectos, arte, vestuario, música, maquillaje, actores y voces.  

Tal parece Bill Condon se inspiró en El Fantasma de la Opera subrayando el vals introductorio creando una especie de fusión con Les Miserables en lo referente a la iluminación y contexto. Habiendo dirigido Soñadoras, escrito Chicago y concluido la Saga de Crepúsculo: Amanecer, este director resultó justo la persona ideal para llevar a cabo esta tarea imposible.

La Bella y la Bestia es majestuosa de por sí, no se puede negar lo especial que sigue permaneciendo hasta la actualidad, y mediante su nuevo record en la Taquilla se justifica. Cada aspecto, decisión, elemento, diálogo y diseño conforman la ambientación que nos conquistó el corazón la primera vez en que nos adentramos a este cursi y romántico mundo.

Digo cursi porque de vez en cuando se vale soñar y que mejor que hacerlo a la vieja escuela donde predominaba la inocencia. El guión es fiel a la fuente original, sobre esta se expande la narrativa al darle más contexto circunstancial a los integrantes secundarios. Existe humor, romance y hasta acción aunque no lo crean y un par de referencias sobre la libertad sexual.

Puedo entender lo anterior debido a la controversia, pero es algo que no se puede prevenir y pese a ser riesgoso, Disney hizo bien en comenzar a manejarlo en pequeñas dosis porque es inevitable, tarde o temprano un niño lo va a ver y que mejor siendo bajo esta clase de producciones con mensaje, bueno al menos esa es mi opinión personal.

Regresando a la magia, no se excede sino fluye con espontaneidad, inclusive varias secuencias le brindan homenaje, en especial en números musicales como Belle, Be Our Guest, Beauty and the Beast… especialmente la recreación del vals entre la bella y la bestia la cual indudablemente es grandiosa, ingeniosa y artísticamente nostálgica.

Gracias a fidelidad orquestal en manos de Menken, Rice y Ashman, el fuego es resucitado a otro nivel y ni se diga de las nuevas canciones, entre estas How Does a Moment Last Forever de Celine Dion cuya interpretación no pude disfrutar porque el público se tornó escandaloso durante los créditos. Tampoco descartemos a Josh Groban, Aryana Grande y John Legend.

Hay tanto de lo cual quisiera mencionar u analizar pero me iré directo a las actuaciones, porque el elenco fue digno de llenar estos duros zapatos. Cada uno representa al personaje en su total esencia. Emma Watson es genuinamente inocente como Belle, su voz, delicadeza, valentía e intelectualismo va de la mano del tosco, oscuro, enigmático y carismática Dan Stevens.

La elegancia no desaparece en Luke Evans, en cierta manera complementa su antagonismo del cual es equilibrado por su compañero Josh Gad. De éste último es donde proviene lo divertido y lo controversial. Me da gusto que actores como Kevin Kline, Emma Thompson, Ian McKellen, Stanley Tucci sigan obteniendo papeles aunque aquí la revelación es sin duda Ewan McGregor.

Previamente habían demostrado su talento en Moulin Rouge, aquí McGregor con una personalidad extrovertida impulsada por su genuino acento logran robar el spotlight aunque Thompson también hace de las suyas como autora. No acostumbrados a verlos cantar, por ende la sorpresa grata de testificar su preparación porque la barra estaba demasiada alta.

Además compartieron quizás la mejor química vista en la gran pantalla. Disney ha demostrado tener la fuerza para rehacer sus clásicos de maneras precisas, claro que en base a personas no sólo con la capacidad direccional, sino la destreza visual para hacer tanto encuadre como animación lucir de maravilla porque desde su prologo se mantiene hasta durante sus créditos.  

Es de admirarse el esfuerzo colectivo este habilidoso equipo. El amor hacía el relato es evidente como su enorme respeto y necesidad por innovar sin atreverse a caer en la distorsión. No pude evitar sentirme sentimental con respecto al tercer acto. Ante aquella catarsis, Disney nos hace sentir como si esta historia la estuviésemos viviendo por la primera vez.   

Calificación: 4½ de 5 estrellas

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