Una nueva gama de replicantes han sido
integrados a la sociedad con la finalidad de mantener la humanidad en
sobrevivencia. K, uno de los modelos nuevos diseñados para obedecer Ha sido
designado como un Blade Runner hasta verse envuelto por un suceso histórico que
podría poner en riesgo la estabilidad de la vida humana como se conoce.
35 años han pasado desde que Ridley Scott
nos asombró y ahora le cede su asiento a Denis Villeneuve que no cabe duda que
no es ningún extraño en este universo, y menos habiendo dirigido éxitos como La
Llegada, Sicario y Prisioneros. Denis mantiene la misma línea de dirección la cual va más
allá que darle seguimiento a lo que se quedó en el aire.
Quiénes hayan visto la original, deben
estar conscientes que no es una adaptación para todos, de por sí su duración se
acerca a las 3 horas. Cuestión de estar atentos a la trama debido a la
complejidad de sus temáticas, todo es personal, circunstancial y en cierta
manera se conecta como expande con lo visto en la original.
Estas adaptaciones son de las uno podría
referirse como ámenlas u odiándola; a estas altura no debe sorprenderte
encontrar comentarios opuestos en las redes sociales. Lo que me gustó de Villeneuve es el tiempo que le dedica a cada
una de las escenas. Pausado, metódico y un poderoso desarrollo de personajes,
es fácilmente el sueño de cada guionista.
Hampton Fancher y Michael Green habían
trabajo ya con Ridley Scott, de hecho Fancher se hizo cargo de Blade Runner
mientras Green estuvo supervisando la historia de Alien Covenant. Pasado y
futuro en juego, con más razón uno puede sentirse familiarizado y a su vez
puede apreciar las pequeñas innovaciones en cada uno de los escenarios.
De por sí no es una historia fácil de
describir y si lo tratase de hacer, probablemente caería en revelaciones de las
cuales son mejores que uno mismo las descubre, siempre y cuando tengan en mente
a la primera porque es fundamental para comprender lo que está sucediendo en
este contexto de 2049.
Otro logro reside en su diseño de arte,
vestuario y ni se diga cinematografía, le brinda homenaje al viejo universo al
retransmitir la edición, sonido, música y las referencias culturales. Blade
Runner siempre se ha enfocado a los detalles de su entorno y personajes. Nada
sale desapercibido y todo tiene una razón de ser inclusive sean robots,
inteligencia artificial, etc.
No que la sienta inconclusa, ciertas
cuestiones de fondo se quedan en suspenso pero en cuanto al protagonista,
podría entenderse como un desenvolvimiento definitivo de parte de Ryan Gosling
conforme su personaje va enfrentándose a los imprevistos cambios de panorama. Su
relación con Harrison es de las mejores vistas aunque tengan que esperar más de
una hora para ello.
La gran revelación aquí son sus mujeres,
muy en especial Ana de Armas y Sylvia Hoeks, la primera aporta el lado
sentimental mientras la segunda es pura acción. Cada una emitiendo presencia a
la altura de Robin Wright quienes retroalimentan a Gosling dándole esas matices
a quizás uno de los mejores personajes de este año.
Dave Bautista está demostrando ser un
mejor actor que Dwayne Johnson al salir de su área de confort para dejar su
huella sin importarle que su escena sea
breve pero épica. Por otro lado, Jared Leto está ocupando el lugar de Johnny
Depp y pese a estar solamente en tres secuencias, su interacción con Ford y
Hoeks es enganchadora.
Es evidente que esta secuela fue hecha
sin intervención o influencia alguna del estudio. Es agradable que su objetivo
sea solamente artístico y de innovación cinematográfica. La nueva generación
fue respetuosa del trabajo de Ridley Scott y como resultado, nos encontramos ante
un clásico instantáneo que no sólo supera a la original sino la hace trascender
a nuestra era.
Calificación: 4½ de 5 estrellas
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