domingo, 13 de julio de 2025

La Novela, Película y Serie de La Materia Oscura: La Brújula Dorada


Aún me cuesta creer que hace 18 años, en diciembre 5 de 2007 para ser exacto, se haya estrenado la primera película de esa famosa y sobresaliente trilogía de La Materia Oscura de Philip Pullman. En ese entonces Harry Potter era la gran sensación y un modelo a seguir en el género infantil-juvenil de ciencia ficción mezclada con la fantasía porque por ahí le siguieron la serie de Divergente, La Saga de Crepúsculo, Los Juegos del Hambre, Maze Runner, Cazadores de Sombras y Crónicas de Narnia.

Sin embargo, pocas adaptaciones fueron las afortunadas en dejar su huella en la gran pantalla y lamentablemente La Brújula Dorada no fue una de ellas a pesar de haber sido acreditada con un Oscar por sus Efectos Especiales. Me pregunto si habrá sido una premiación por compasión considerando su presupuesto de $ 180 millones y la presencia de un elenco liderado por Nicole Kidman, Daniel Craig, Eva Green, Sam Elliot y voces proporcionadas por Ian McKellen e Ian McShane.

Lo mejor que le pudo pasar al director Chris Weitz fue su inmediata contratación para La Saga de Crepúsculo: Luna Nueva en donde pudo gozar de una mejor experiencia y duplicar la taquilla global de $ 372 millones que fueron decepcionantes para esta primera parte de una trilogía fallida.

El autor Philip Pullman fue lo bastante optimista y flexible durante la filmación, tal como debería ser. Después del horror, se sinceró al confesar que la falta de fidelidad a la historia principal y el exceso de omisiones afectó a la calidad y perjudicó el gusto de los lectores.

En esos años nunca me llamó la atención estos libros, por decir que apenas empezaba a leer los de Harry Potter a unos cuantos meses de que Reliquias de la Muerte concluyera con su segunda parte. Todavía estuve en el tiempo adecuado de La Saga de Crepúsculo, en cierto modo me adelanté y por tanto resultó una experiencia muy interesante que en su momento analicé al lado de Harry Potter en mi blog de Entretenimiento Casual.

Entonces, fue la serie televisiva de HBO Max la cual me jaló a este universo re-imaginado que brindó no sólo una sonrisa al novelista sino a todos los lectores, incluyéndome, porque a dos años de haberse concluido la tercera temporada, finalmente me decidí por leer el primer libro y no sólo volver a ver la primera temporada en la cual está basada sino en también atreverme a reproducir la película de 2007.

Referida simplemente como La Brújula Dorada, se resume a una prosa simplista en su duración de casi 2 horas para una trama algo compleja, aligerada y de aventura. Momentos importantes se sienten pasajeros, la revelación de la madre de Lyra pierde peso, algunas secuencias cambiaron de orden y resulta terrible que hayan omitido la traición de Lord Asriel al final. A parte de que algunos actores de reparto se me hicieron que no fueron elegidos correctamente.

No es como que hayan quitado mucho material porque la esencia está presente, es sólo que se siente desganado y poco motivante el desarrollo que atraviesa Lyra. De por sí una niña madura que Dafne Keen supo dar el gancho en contraste con Dakota Blue Richards. Muy seguro y haber participado con Hugh Jackman en Logan fue la que la llenó de esa oscuridad y luminosidad que necesitaba este personaje.

Gracias a los 8 episodios de la primera temporada, la adaptación inclusive se benefició de adelantarse con personajes y referenciar ciertos eventos de la siguiente novela estableciéndose así la trilogía televisiva que tanto estudio como autor tenían en mente hacer desde hace 20 años. Gracias a este exitoso esquema, Harry Potter, Crepúsculo y La Trilogía del Baztán se encuentran revisando los libros para volverlos a readaptar lo cual ha ocasionado cierto furor que tanto La Materia Oscura como Jack Reacher lograron esquivar por lo mal que fueron sus películas.

El ganador del Oscar Tom Hopper (El Discurso del Rey) fue el padrino por así decirse al hacerse cargo de los primeros dos episodios. Episodios que nos explican lo que necesitamos saber sobre el mundo de la joven Lyra Belacqua y su daimon llamado Pan, esa alma viviente con la que puede interactuar conforme va creciendo al lado de su mejor amigo Roger y que cuya muerte sin duda nos rompre el corazón por lo bien que están desarrollados y ejecutadas sus escenas.

También podemos entender los contextos de Lord Asriel y demás miembros del Magisterio como los gitanos, brujas u osos. Tan así que aplaudo a James McVoy por no importarle estar escasamente presente. Es tanto el respeto que tiene hacía esta obra literaria, tal como lo hizo en Crónicas de Narnia, que logra dejar su huella en los últimos minutos y más compartiendo escena con Ruth Wilson como la Sra. Coulter.

Habiéndola visto con Idris Elba en las múltiples temporadas de Luther, no pude evitar emocionarme por su extenso rango actoral como la Sra. Coulter. Ruth es justo lo que necesitaba este elenco para incomodar y tensar cualquier situación en la que se ven envueltos tanto héroes como villanos, por así ponerlo.

Ya es cuestión de tiempo para aceptar su terrible relación con Lyra que llega a rendir frutos durante el desenlace de su historia en la tercera temporada. Entretanto, la interpretación malvada y frívola de Ruth como Sr. Coulter funciona como una sólida antagonista al lado del Magisterio que debido a la conexión directa con la Iglesia Católica podría no ser del agrado para algunos religiosos.

Por decir que va enfocada a lanzar directas a las acciones de la Santa Inquisición, ese miedo ante lo desconocido y lo que representa Lyra de acorde a la profecía. Remarcando el aspecto machista. Tanto libro como la primera temporada, procuran no sobrecargarte de información sino de compensarlo con ligero humor, drama, aventura y uno que otro tono de horror al insertar la muerte porque en efecto, varios personajes mueren dándole así una fuerza a lo que significar luchar para seguir viviendo otro día.

Los individuos como Will Parry y Farder Coram no estuvieron presentes en el primer libro y sin embargo se nos adelantaron a mitad de la temporada para preparar el camino a La Daga, título del libro intermedio. Una muy sabia decisión porque cada vez me emociona cuando Lyra y Will están por cruzar el portal justo a minutos de concluirse el final de temporada. Eso sí es de llamarse tener visión, y lo que falta por mencionar.

Tal como lo dije al principio, el papel del aeronauta Lee Scoresby no fue de mi agrado en manos de Sam Elliot por lo tosco que se nos mostró. En su lugar, Lin-Manuel Miranda con su amplia experiencia por el musical de Hamilton nos roba la atención e impulsa a Dafne al otro nivel justo para liderar con el resto de los niños en la prisión de los experimentos.  Aquellos momentos fueron una total experiencia de visualizar posterior a lo adictiva que resultó la lectura.

Tampoco puedo ignorar las voces de Joe Tandberg como Lorek Byrnison que teniendo a Ian McKellen como comparación, logra diferenciarlo con una cálida personalidad pese a la brutalidad en su ronquera; Kit Connor es irresistible como el daimon Pan al conectar tan fácil con Lyra y no se diga de Cristela Alonzo quien termina robando como la daimon de Lee.

La música de Lorne Balfe define los nuevos escenarios y convierte la introducción a la serie en un clásico gracias a su tema de apertura. Imposible no reconocerla ni dejarla de reproducir porque al instante nos conecta con este mundo que, a diferencia del tono gótico de la película, aquí el tratamiento es más moderno, claro y culto. Importante destacar que es un drama cerebral por los momentos en que te pone a pensar al tratar de figurar qué es lo que está pasando y por qué está pasando.

Hubo cierta retroalimentación por así decirlo tras leer el libro y volver a reproducir la primera temporada. Tal como me sucedió con Harry Potter, y eso es la belleza. No necesitamos que se nos dé toda la explicación sino con una parte es suficiente para que recurramos al libro, para quienes no lo habíamos hecho, y echar a volar nuestra imaginación y culminar con nuestra comprensión.

No es una lectura tan descriptiva o maestramente compleja como las del Señor de los Anillos, todavía podría darse un agarre con El Hobbit o alguna de las Crónicas de Narnia. Lo digo porque esta trilogía llega a ser mucho más que una aventura y es desde Luces del Norte o La Brújula Dorada donde poco a poco vamos descubriendo que no sólo se trata de desenmascarar el misterio detrás de las desapariciones de los niños y su vínculo directo con la partícula del Polvo, sino de ver la influencia que tienen ciertos institutos del poder y la búsqueda determinada de algunos individuos y cómo impactan esos mundos en donde todos respiran el mismo aire.  

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