sábado, 25 de mayo de 2013

Crítica de Rápidos y Furiosos 6 (Fast & Furious 6)

 
 
La época donde una trilogía era más que suficiente ha dejado de existir. Hoy en día se requieren de al menos dos aunque próximamente serán tres. Seguramente nadie anticipaba que la nueva dirección de Rápidos y Furiosos (2009) se convertiría en la siguiente gran atracción. De hecho, se consideraba a Fast Five como El Imperio Contrataca de esta Saga; por lo visto este título cambiará de conductor.
 
En primera estancia, las secuencias de acción adoptan otro nivel que difícilmente podrá ser superada en cuestiones de carreras o cacerías. En serio, nunca había visto algo tan asombroso e intensivo. Justin Lin ha dejado su marca de nuevo porque haber decidido omitir la estrategia por una dinámica agresiva resultó favorable para una antepenúltima producción.
 
No te ríes tanto pero el buen humor sigue presente, inevitablemente se sufre más. La tragedia rodea este mundo vinculándose más con la cuarta entrega, la fundadora de este futuro. Se agradece el video introductorio porque se nos muestran los momentos épicos de la serie entera. La estrategia pasa a un segundo plano y el principal enfoque radica en un juego moderno del gato y el ratón.
 
El elenco seguirá siendo el mismo más el contexto es totalmente innovador. Los villanos son más extremistas y duros de vencer. La historia cambia a un tono brutal, los planes son breves y los personajes secundarios adquieren presencia principal. No obstante, se tienen más sorpresas pero en cuestiones de narrativa dramática, su fuerte radica en su género en lugar de los integrantes y por ello se queda así de cerca de superar a la quinta.
 
Justin Lin se despide de la serie en alto y ello no se puede decir de cualquier director. El siguiente tendrá mucho por hacer en orden de superarla pero sobretodo, su objetivo será mantener ese espíritu de alta velocidad. Asimismo se agradece haber hecho referencias a Tokyo Drift, seguramente tendrá un nuevo significado dado la escena adicional y encuentre quizás la apreciación que la mayoría se reservó durante su lanzamiento.
 
Interesante contar con Dwayne Johnson dentro de esta brigada de supuestos criminales. La química con el elenco es bastante impresionante y debo admitir que es la perfecta movida porque haberlo ignorado hubiese sido un terrible error. Después de todo, su involucración en la quinta no fue mera suerte. Sin embargo, me hubiera gustado ver un poco más de desarrollo interno para comprender su conducta radical.  
 
Vin Diesel cumple con las expectativas del mismo modo que Paul Walker. Ambos han estado haciendo este papel por algo de tiempo y cada uno se ha defendido con sus propias habilidades. Diesel balancea su condición física con conciencia y valores familiares mientras Walker se destaca por su humildad y sensibilidad. Este modelo destroza el machismo y posiciona a los hombres como más que testosterona y músculos, sino seres capaces de sentir.
 
Bienvenida de nuevo Michelle Rodríguez, debo admitir que nunca he sido seguidor de este personaje. De hecho me alegré de haberla visto eliminada al principio de la cuarta. Posteriormente comencé a extrañarla desde que cambió con Avatar. Fue correcto resetear su patrón porque se nota la evolución de una guerrera a una confusa y vulnerable mujer. Sigue siendo peleonera pero al menos su aspecto feminista sale a flote.
 
Elsa Pataky tuvo que sentarse para darle espacio a Gina Carano. Lo mismo fue para Jordana Brewster pero sin importar sus retrocesos, aportaron suspenso. La inserción de Carano brindó la oportunidad de crear una pelea personal entre mujeres. Usualmente tienden a ser hombres contra mujeres pero rara vez suelen ser mujeres entre sí y posterior a la magnífica coreografía entre Carano y Rodríguez, la industria tendrá que empezar a respaldarlo.
 
Tyrese Gibson y Chris Bridges ofrecen grata comedia mientras Gal Gadot y Sung Kang brillan como una  tierna pareja. Desafortunadamente para quienes vieron la tercera, presentimos la tormenta. En cuanto a Luke Evans, creo que se convierte en el mejor antagonista de la serie. Como dije, cuando un villano suele ensuciarse las manos y es imposible de vencer, es cuando la película obtiene supremacía. Del mismo modo, se agradece contar con el retorno de John Ortiz como Braga.
 
En cuestiones de cinematografía, Rio sólo fue el principio, aquí vamos desde España hasta Londres. Los distintos escenarios seleccionados sirvieron su propósito y el departamento de efectos especiales supo aprovecharlos porque cada una de las secuencias se resume con material inolvidable. El que no superé a Fast Five no implica decepción, al contrario, la secuela continúa su rumbo con orgullo.   
 
Lo grandioso de este elenco es que ninguno sobresale del otro, todos sin excepción, tienen su lugar y su desenvolvimiento es épico ya sea solo o en grupo, y mediante acción, comedia o drama. En dos palabras son la perfecta familia. Añadiendo las asombrosas persecuciones, la imparable adrenalina y la sorpresiva dosis dramática, Rápidos y Furiosos 6 es una secuela que no debe ignorarse este verano. Me mantengo en espera de la séptima y espero sea la última parte a una gran reformada franquicia.
 

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