domingo, 31 de agosto de 2025

Amor y desamor con The Roses

 


La vida parece tan sencilla y fabulosa para la familia de los Roses quienes de repente se ven envueltos en una guerra al invertirse los roles de casa, colocándose la ambición por encima del romance hasta el grado de detonar literalmente en llamas y todo por no hacer a un lado su ego en lugar de enfocarse a escuchar y solucionar sus propios.

Ah, y yo que esperaba encontrarme con una linda y divertidísima historia que me ayudara a desestresarme de la terrible semana de la cual no parecía salir. Mmm, confieso que me tomó trabajo relajarme por la terrible sorpresa que me azotó justo cuando la función estaba a media hora de comenzar, así que, vaya forma de sumarle ansiedad a la ansiedad viendo cómo esta comedia oscura yacía demasiado lejos de ser una dulzura.

Eso me pasa ante mi ignorancia, poco sabía de que la novela en la cual está basada había lanzado ya una versión cinematográfica en 1989 con Michael Douglas, Kathleen Turner, Danny DeVito y Sean Astin. En esta ocasión fue el turno de Benedict Cumberbatch, Olivia Colman, Andy Samberg, Kate McKinnon y Allison Janney, y vaya que los disfruté dentro de lo que acabe.

Es que son muy raros, en especial Andy y Kate con su humor que en veces compartía una mirada confusa con mis padres (mis invitados especiales) al cuestionarnos sobre si lo que estábamos viendo en la gran pantalla estaba sucediendo como tal. Por decirse que, en su papel de Amy, la esposa de Barry, se la pasa coqueteando y tirándole los perros a nuestro protagonista. Gesto que podría percibirse como desagradable, pero cuyo carisma nos causa gracia.

Aunque sea por un par de minutos, Allison como la abogada de divorcios es espectacular dado que su presencia por sí sola se roba nuestras miradas y es aquí donde me encantaría verla en el futuro trabajar con Andy debido a que su breve interacción como colegas me encantó por lo agresivos que pueden llegar a ser en sus negociaciones como también volverse los más sociables.

Para el papel de los dos hijos, se ocuparon de dos niños y dos niñas para cumplir con los dos periodos de tiempo, y excelente trabajo para el director Jay Roach por la naturalidad en que los niños se desenvuelven, hasta me dieron ganas de hacer ejercicio y competir. Además, para haber sido el director de las de Austin Powers y los Fockers, me ha parecido un trabajo bastante serio por la forma en que nos permite procesar la caótica narrativa.

Difícil de creer y es que existe un mensaje en este nuevo guión proporcionado por Tony McNamara, quien se inspira en sus previos trabajos de La Favorita y Cruela para lograr que esta pareja tóxica no caiga tan pesada, y cómo podría si tenemos a los nominados Benedict y Olivia. De por sí son unos expertos cuando se trata de equilibrar la oscuridad y la luminosidad dentro de ellos mismos.

De hecho, desde el primer encuentro me ganaron por su interacción de ir de soñadores y por su diálogo de psicópatas al requerir del cuchillo, lo cual es un indicador de la gran tragedia que les depara al final. Esa chispa e impulsividad de dejar sus vidas en Inglaterra aburrida para mudarse a América y conseguir ese sueño podría inspirar a uno que otro por la forma en que nos lo vende esta pareja.

He sido seguidor de Benedict desde que lo descubrí como Khang en Star Trek: En la Oscuridad posterior a haberlo escuchado en La Desolación de Smaug. Con Olivia, me temo que sí me ha costado agarrarle cariño ya que solamente la tengo presente por La Favorita y Wonka, siendo en esta segunda en donde me ha fascinado su conducta extrovertida.

No puedo evitar felicitar al responsable que los emparejó por la manera en que armonizan para luego antagonizar en una escala imparable de interacciones verbalmente violentas hasta recurrir el uso de herramientas poniendo su vida en riesgo. Vaya forma de mantenerse cuerdos delante de los hijos, debo dárselas, espero jamás verme en esa situación en donde me resulta imposible hacer las paces con mi pareja y es mediante estos atroces actos donde capte la lección de las cosas terribles que se pueden desencadenar cuando uno pierde el control sobre sí mismo con tal de controlar a la otra persona.

Bueno, no sólo controlar sino superarla en todos los aspectos porque tal como se lo dijo su terapeuta, ambos habían generado esa incapacidad de resolver sus propios problemas. Cada uno aferrándose a sus éxitos, creyendo que era lo único que les quedaba ante los sacrificios que tuvieron que llevar a cabo en sus respectivos escenarios de vida.

Entonces, muy importante mantener los canales abiertos de comunicación, y sobre todas las cosas usarlos sin caer en el abuso verbal ni mucho menos en la violencia doméstica porque nada bueno sale de ello y es la cruda realidad con la cual este elenco y director nos golpean en cuanto se dan los créditos.

Desconozco si esta readaptación sea superior o inferior a la antepasada, quiero creer que su diferencia de 30 años podría beneficiarla al colocarse en streaming porque la Taquilla no ha sido para nada amable, y eso es una pena porque visualmente es radiante y no se diga la secuencia final por asemejarse a lo que vimos con Bradgelina en Señora y Señora Smith.

De que se van a reír, se van a reír, pero eso no quita que en algún momento vas a sentirte incómodo por la forma en que escala este amor y desamor en la vida de Los Roses. Bien dicen que hay verdades que duelen y aquí no es la excepción.

sábado, 30 de agosto de 2025

Reinterpretando The Acolyte


Un año ha pasado desde la controversial conclusión de la primera y cancelada temporada de #TheAcolyte, que me vi en la necesidad de volver a hacer este recorrido decadente de la #AltaRepública y esto es lo que he llegado a pensar.

viernes, 29 de agosto de 2025

Hablemos de Amores Materialistas y de El Mapa Que Me Lleva a Ti

 Confieso que después de haber visto Vidas Pasadas, aun así Amores Materialistas (Materials) terminó por sorprenderme al no ser la típica comedia romántica de Hollywood sino por presentarnos algo tan acorde a nuestros tiempos sobre relaciones, las citas por apps, el concepto del amor y todo lo relacionado a la industria de las bodas.

Más que acorde, conscientemente compleja por decir que desde el primer minuto es inevitable que no te pongas a pensar ante el bombardeo constante de las expectativas y estereotipos que los clientes le hacen saber a la casamentera Lucy para que ella misma se encargue de “cumplir” para lograr que consigan a su pareja ideal, o en el mejor de los casos, a ese compañero con el que juntos se ayudarán a cambiarse los pañales y que terminaron por enterrarse.

Confieso que la forma en que nos introducen a este relato es tan inusual que por unos segundos creí que me había equivocado de película. Mis respetos para la directora y guionista Celine Song, nunca hubiese pensado en cómo los seres primitivos solían unirse en matrimonio en esos tiempos en que tanto leyes como tecnología eran inexistentes.

Como cristiano, es entendible el por qué nunca se me hubiese ocurrido hacerme esa pregunta, aún así, todo parece indicar que el materialismo se ha vuelto parte fundamental al momento de ponernos a buscar pareja. Suena bastante complicado y tóxico por estar juzgando a las personas por su peso, edad, estatura, voz, cuerpo, físico, riqueza o pobreza. Es agotador de sólo pensar tanto el que cuenta con las ventajas como el que está en desventaja. Será necesario cumplir con tales “requisitos” que la sociedad nos impone y que nosotros mismos ejercemos aunque nos cueste nuestra felicidad,

Este argumento engloba todas las razones por existir sobre las relaciones y el matrimonio. Incluso se atreve a darnos un par de respuestas, obvio que no sin antes hacernos pensar con profundidad. Por decir que casi casi nos enfrenta a lo absurdos e ilógicos que solemos ser al engrandecer nuestras expectativas, tan así que no sólo nos contradecimos sino hasta nos proyectamos sin hacernos responsables de lo que pedimos a cambio de nada.

Honestamente, no es una historia para nada fácil de desmenuzar porque podría estar equivocado al darme cuenta de lo vulnerables que solemos ser al momento de buscar pareja y peor aún en las citas por apps en donde confieso que le he perdido la fe por sólo traerme frustraciones.

Es como si fuese un fantasma en donde no tengo la menor idea de qué poner o qué decir al ver que la verdad sólo me perjudica al nada más no dar el gancho con esos famosos “requisitos”. Me temo que estoy demasiado lejos de ser un unicornio pero al menos el sentirme identificado con John Finch, personaje interpretado por Chris Evans, me brinda esperanza de algún día poder amar y ser amado con lo poco que tengo para ofrecer.

Lo que son Dakota Johnson y Chris, comparten dos o tres escenas con tanta honestidad que es imposible no sentirse conmovido por lo tan real que se siente ese conflicto interno con el que cargan sus personajes de Lucy y John. A primera instancia son el uno para el otro pero son sus inseguridades y expectativas la que tuercen esa relación hasta el grado de quebrarla y dejarlos marcados al no poder superarse uno del otro, y cómo podrían cuando ambos son perfectos imperfectos. Y es que juntos mantienen un equilibrio que resulta enriquecedor de ver y de escuchar ante sus ingeniosos diálogos.

Lo sé, a estas alturas me encuentro enfadado con Pedro Pascal, lo veo por todas partes y pese a ello, interpretar a Harry Castillo ha sido su mejor decisión al igual que Chris porque el salirse de su zona de confort para lucir ese lado sensible los ayuda a identificarnos con ellos y a meternos dentro de su psicología para entenderlos y entendernos a nosotros mismos por su forma de actuar y razonar ante los distintos escenarios en los que se ven envueltos.

Dakota y Pedro no me convencían como pareja al principio, y ese es el punto, de mostrarnos que la estabilidad o el conformismo no garantizan un matrimonio feliz. Tampoco el dinero porque es bien cierto que la felicidad no se puede comprar. Difícil de creer, pero tiene que haber discusiones, intercambios de duras verdades y sobre todo tomar el gran riesgo de salir a citas en víspera de todo lo malo que nos acecha porque al final, todos somos personas y las personas somos como somos. Impredecible, crueles y egoístas, lo llevamos en la sangre por más controlados que estemos. Depende de encontrar nuestro balance o elegir dentro de nosotros si queremos ser luz u oscuridad.

En efecto, compartimos el miedo de quedarnos solos, de morir solos, de no tener la capacidad de amar, experimentamos el miedo a la pobreza, a fracasar pero también compartimos la esperanza, la lucha, la valentía, la honestidad. A través de estas cualidades, podemos despojarnos de las expectativas porque es sólo así cuando podemos amar y amarnos con tanta libertad.

La clave de ello radica en ser uno mismo, sin filtros de por medio y sin esperar nada a cambio. Al menos que sea algo que no tenga costo en el sentido materialista sino de la forma más humanamente posible como la oferta final que le propone John y que Lucy acepta tras revelarle sus peores miedos en una escena que me destroza por completo, y es así como la larga construcción brindó esos deliciosos y jugosos frutos en el tercer acto.

Sí que estoy fascinado con todo lo que Celine Song nos ofreció en esta travesía dramática, que brilla por lo calculadora, intelectual y frívola que llega a percibirse en su dirección a pesar de una casual cinematografía.

Uno creería que entre tanto diálogo y desarrollo circunstancial pausado, uno terminaría aburrido más gracias al buen ritmo proyectado en su edición, la música dinámica y las orgánicas actuaciones del elenco, nos hacen pasar no sólo un buen rato sino nos obsequian un bello análisis de lo que debería ser la búsqueda por una pareja adecuada, o mejor dicho, la transacción ideal de mutuo beneficio.

Ya que si quieres una aventura romántica un poco más sencilla y agradable, y subrayo poco porque viniendo del director Lasse Hallström, uno ya sabe qué esperar tras ver Hashiko, Safe Heaven, Querido John, entre otros. Así que también podrías derramar un par de lágrimas con El Mapa Que Me Lleva a Ti (The Map That Leads to You). Que puedo decir, soy un bebé llorón cuando se tratan de corazones rotos o despedidas dolorosas.

Desconozco que tan fiel sea a la novela de J.P. Monninger, y al igual que Mi Año En Oxford, la crítica especializada ha sido dura y puedo entenderlo por la falta de una dirección por así decirlo, y es que la primera hora se siente como un documental por la libertad en la que se desenvuelve en donde se nos introduce a Heather y sus amigas haciendo un viaje por Europa antes de regresar a su casa a iniciar su vida laboral.

Por obra del destino, Heather conoce a Jack y decide acompañarle en su travesía por seguir los pasos de su bisabuelo mediante su diario, por lo que juntos visitan esos hermosos lugares hasta que un secreto oscuro pone en riesgo este romance. Esto a su vez nos da mucho de qué pensar con respecto a la libertad que solemos sacrificar por “conformismo”, “seguridad” y “en cumplimiento de las expectativas tanto nuestras como de nuestros padres”.

Sí, podría ser de esas películas que nos retan a cuestionarnos sobre nuestra vida y lo que verdaderamente queremos, lo que dejamos ir y a lo que nos aferramos. Al menos eso es lo que capté en la última media hora. Aunque no lo parezca, existe una gran evolución en nuestros protagonistas a pesar de sentirse com un drama juvenil cualquiera en su primera media hora. Eso sí, las locaciones fueron las mejores seleccionados.

Otro acierto es su ritmo porque nunca llega a sentirse cansada, aún más importante, son Madelyn Cline y KJ Apa quienes en sus respectivos papeles de Heather y Jack nos mantienen enganchados a cada rato por lo carismáticos que suelen ser al ejecutar sus diálogos. No tendrán la madurez de Chris y Dakota al ejecutar sus enfrentamientos, ni tampoco el director se atreve a quebrarnos la cabeza como lo hizo Celine, pero algo que podría compartir es la necesidad de darnos una lección sobre la libertad en la que las relaciones deberían desenvolverse. Sin planes de por medio y sin expectativas o demandas a exigir o exigirnos, sino con la confianza por delante y siempre manteniendo la esperanza de llegar a amar a alguien.

Hablemos de Alien: Earth - Episodio 4


Tal como su título lo describe, el cuarto episodio nos mantuvo en constante Observación de todo lo que se ha venido desenvolviendo con respecto a los híbridos, sintéticos y cyborgs. Por lo visto, los humanos seguimos cometiendo los mismos errores al permitir a la Corporaciones que se adueñen del Planeta Tierra el cual parece estar en gran peligro por los elementos impredecibles que representan tanto los xenoformos como el T. Ocellus.

jueves, 21 de agosto de 2025

Hablemos de Alien: Earth - Episodio 3


El retorno a las instalaciones de Nerveland en la Isla Prodigy comienza su proceso de Metamorfosis conforme se va disecando a cada unos de los protagonistas, incluyendo al famoso facehugger.

lunes, 18 de agosto de 2025

Weapons: Analizando La Hora de la Desaparición de la que nadie puede dejar de hablar.

 


No suelo ser de las personas que acude a los cines para asustarse con las películas de horror, pero dado el reciente estreno de La Hora de la Desaparición como que ha surgido mucho ruido en las redes sociales por quienes la han visto al manifestar una especie de ultimátum. Independiente de que la ames o la odies, no se puede negar que se ha convertido en un rotundo éxito al exceder de su presupuesto de $ 38 millones con lo que podría ser una suma final proyectada en los $ 300 millones globales.

Con una premisa que involucra la desaparición de todos los niños de un aula de clase, a excepción de uno quien es señalado como sospechoso en conjunto con su profesora. Sin verlo venir, este horror se torna en mitad misterio-detectivesco y mitad suspenso psicológico que a su vez beneficia las diferentes capas que rodean su estructura no lineal por tenernos siempre a la expectativa de conocer la hechizante verdad.

Desconozco si esté basado en un caso real tal como se nos narra en los primeros minutos, aunque no se puede negar que la posibilidad de serlo por el tipo de relato que nos cuenta. Además, una vez que unes las piezas de este desordenado rompecabezas, no dejarás de pensar en el trauma detonado tanto en las víctimas como en nosotros por lo depresiva e invasiva que llega a percibirse. Catalogada como comedia, nada de lo que vi me causa gracia en lo absoluto y puedo entenderlo, pero igual no es algo de lo que yo podría reírme por lo que implica.

En ese aspecto, debo aplaudirles la valentía por haber hecho lo que nunca creí que fueran capaz de hacer y con niños de por medio. Tan siquiera me siento aliviado de haber un cierre, eso sí, nada de lástima para el antagonista. De que es original y creativa, lo es y gracias al director, productor y guionista Zach Cregger. Vaya manera de mantenernos aferrados al asiento y con el corazón latiendo a mil por culpa de dos o tres tremendos sustos.

La ambientación oscura mezclada con los sonidos y la música nos tienen ansiosos a cada rato que se vuelve inevitable no cerrar los ojos. No obstante, resulta en vano la mayor parte del tiempo porque siempre te golpean cuando menos lo esperas. Zach tiene una habilidad nata para hacerte temblar antes de tiempo, y para sacarte el lado emotivo dada la pausada construcción en sus personajes quienes tienen que lidiar con el estrés y la pérdida.

Bastante ingenioso la crítica que hace hacía la escuela, del departamento policiaco y hasta los padres de familia. Tanto maestros, padres y policías deben actuar de acorde a las “reglas”, fuera de eso por más bondadosas que sean ciertos actos son considerados inapropiados y fácilmente manchan el carácter de uno mismo porque en este mundo ya no importa si lo que haces esté bien o mal sino mientras no vayas en contra de lo “estipulado” por la sociedad, compañía o gobierno.

Me sorprende que el tercer acto me haya puesto a pensar, tan así que me hubiese gustado tener más escenas sobre los sobrevivientes en lugar de sólo ser referenciados mediante diálogos. Me hubiese gustado saber el origen de esta maldad, su sobrevivencia o cómo era que estaba vinculada a esa familia en específico.

Efectivamente el caso de los diecisiete alumnos desaparecidos tiene principio y fin, pero no puedo evitar sentir que había mucho potencial para escarbar más en lugar de desenvolverse en la superficie a través de varios puntos de vistas haciendo un poco tediosa y lenta por repetir ciertos diálogos y acciones.

En lo personal, los relatos de Archer y Justine son los mejores al igual que el de Alex. Este trío de actores nos obsequian personalidades enriquecidas por sus conflictos internos. Mientras que el resto, no les va como debería en base a las tragedias que los envuelve y me temo que así fueron escritos, por decir que están carentes de complejidad y sólo sirviendo de paso para inyectarle acción a una trama generalmente calmada ante la escasez de lo sobrenatural.

Josh Brolin es estable como Archer lo cual no es nada nuevo viniendo de él, Julia Garner nos convence de su inocencia en su problemático papel de la profesora Justine y Cary Christopher se une a la lista de niños talentosos de este año en donde superan las expectativas porque interpretar a Alex Lilly fue un papel demandante tanto físicamente y psicológicamente hablando.

Alden Ehrenreich, Benedict Wong y Amy Madigan le echaron todas las ganas y estuvieron así de cerca de dejar su huella. El detalle fue la falta de un respaldo circunstancial para hacernos que nos importasen por lo desechables que terminan siendo al no ser el enfoque principal, que es ahí el aspecto negativo que yo podría darle. Entonces dividir el metraje en este caso benefició mucho más a los editores y directores por impulsarlos a ser creativos con su cinematografía.

Después de lo visto ¿cuál es la moraleja? Por ahí decían que era como un llamado visual a las balaceras que se han dado en las escuelas y cómo estas han afectado a los niños, maestros y padres al generarles traumas insuperables por así ponerlo. Eso me recuerda a la referencia de la ametralladora durante uno de los sueños por lo que si podría ser un llamado. Incluso se menciona el bullying infantil o la severidad de hacer el bien al ayudar a un alumno o incluso abrazarlo al considerarse una violación de la privacidad del menor. De esto sí que es interesante analizar por cómo se ha vuelto frívola la sociedad.

Más no lo veo por ese camino, ya que sólo se dice sin seguimiento, por eso me refiero a La Hora de la Desaparición como un espectáculo de horror psicológico en donde eres puesto a prueba al ver qué tanto puedes sentir y atreverte a ver, pero al igual que todas las películas, la decisión recae en ti. De haber sabido de antemano a lo que iba, no creo haberme atrevido a abrir esta puerta que me ha estado costando cerrar por no haber sido de mi total agrado como sucedió con Longlegs y Huye.

domingo, 17 de agosto de 2025

Comentario Especial de Thrawn: Treason (El Final del Legado Thrawn)


Concluimos con éxito el Legado Thrawn con el noveno libro titulado #Treason de las tres trilogías escritas por #TimothyZahn.

Ahora, sí es cuestión de esperar otro año y medio más para su directa continuación en la Segunda Temporada de #Ahsoka, o eso espero.

Entretanto, puedo decir que gracias a esta exploración literaria tengo una mejor comprensión sobre el papel que juega este Almirante tanto en el Imperio Galáctico como en la Ascendencia Chiss.

sábado, 16 de agosto de 2025

La Noche Siempre Llega (para Bien o para Mal)


 Desde que vi las dos primeras dos temporadas de La Corona, quedé fascinado ante la belleza, vulnerabilidad y fuerza que proyectaba la talentosa Vanessa Kirby como la Princesa Margaret.


A parte de sus participaciones llenas de personalidad en Misión ImposibleNapoleónEverest y me falta por verla en Los Cuatro Fantásticos donde se dice que termina por robarse la función lo cual no me extrañaría dada la tremenda capacidad en la que se desenvuelve esta joven actriz, por decir que siempre deja buenas cosas que decir al respecto y este drama callejero lo respalda de principio a fin.

Una mujer desesperada hace hasta lo imposible por tratar de recaudar dinero para lograr comprar la casa de sus padres y así evitar ser desalojados a la mañana siguiente. Sin embargo, líneas tendrán que cruzarse y eso la hará enfrentarse con un terrible pasado cuyo trauma ha permanecido acechándole desde los 16 años y que nadie en su supuesto círculo de amigos y familiares, parece preocuparse en lo más mínimo por su salud mental al considerarla un caso tóxico y sin solución.

Confieso que ni siquiera había visto los avances, ni me había enterado de la existencia de esta producción. Así que, ni idea de qué esperar al reproducirla. Solamente vi el nombre de Vanessa Kirby y con eso fue suficiente para correr el riesgo y vaya que no decepciona, al contrario, desde que inicia se nos bombardea con una realidad actual que es inquietante para cualquiera que se encuentran en dicha situación o ha sabido de alguien que está a punto de perder su casa por cuestiones económicas.

No es nada nuevo el asumir que cuando vemos a personas sin casa deambular en las calles, optemos por creer que es porque algo hicieron mal y por ende se lo merecen cuando la terrible realidad es que con la inflación y la inestabilidad económica del mundo, hoy en día cualquier podría verse envuelto en esta batalla para vivir ya no bien sino lo más decentemente posible con lo mal que son pagados los trabajos y el alto precio que uno tiene que pagar para comer.

Los primeros cinco minutos se nos introduce esta realidad capitalista y económica en la que se encuentra sometido cualquier país del mundo, y de ahí brincamos a Lynette quien está haciendo todo lo posible por cuidar a su familia, compuesta por su madre y hermano, y para cuidarla se ha puesto de objetivo usar el dinero de su madre y sacar un préstamo en conjunto para negociar la casa en la que siempre han vivido y así evitar ser próximamente desalojados.

Suena fácil, pero he aquí el giro en sí es que su madre siempre ha estado en contra de ella y sus ideas y debido a esta falta directa comunicación, sobre todo de honestidad, la madre la sabotea al decidirse por gastarse todo su dinero en un lujo suyo y he aquí orillando a su hija a volver a los malos pasos porque no conoce de otra manera para salir adelante. Es la única forma en la que ella ha peleado desde que tenía dieciséis años ya que su madre nunca se molestó en tratarla tras la huida del esposo.

Como productora y protagonista, Kirby nos presenta la mejor actuación de su carrera, en la piel de Lynette, cuya inseguridad se debe al pasado turbio en que se desenvolvió y he aquí su conducta tóxica impulsada por sus malas amistades y una madre ausente en toda la extensión de la palabra, pero siempre presente para regañarla y hacerle recordar la gran molestia que sigue siendo. En pocas palabras: Lynette es el saco de boxeo en el que todos se proyectan, se desquitan y pisotean para sentirse superiores.

“La amistad no tiene precio”, una frase que se lo dice su amiga “cercana” al negarse a devolverle su dinero prestado, ya que se ha vuelto en su misión aprovechar toda la noche para conseguir el dinero necesario para dar el enganche y así sacar el préstamo. Como siempre, sin el apoyo de la madre que al contrario, la presiona y obliga a que se haga cargo de su hermano quien lamentablemente tiene una condición que sólo complica aún más su situación porque pese a quererla, también la condena por sus acciones al no comprenderla a causa de su condición.

Y eso no es todo, durante esta travesía nocturna, uno de sus clientes sexuales la denigra, un supuesto amigo termina robándole y un proxeneta la condena con un violador como medio de justificación.

¿Y qué hace ella?

Ella hace lo que su madre dice que haría cualquier mujer, defenderse del peligro acechante, aunque tenga que cruzar la línea porque no le dejan alternativa, y es lo que en momentos nos hace que cerremos los ojos y esperar a que pase lo peor. En efecto, se necesita de mucha paciencia y estómago para procesar cada escenario de esta infernal noche de la cual deseamos jamás vernos envueltos.

La Noche Siempre Llega se presta para ser una moraleja de que pase lo que pase, para bien o para mal, podemos encontrar cierta claridad en esta oscuridad de la noche. Al igual que el día, la noche representa una oportunidad de encontrarle solución a los problemas, aunque no de la forma que muchos considerarían “correcta”.

Es fácil condenar esas acciones a simple vista, más se convierten en otra historia si nos vemos sumergido en estas, por decir que nos hacen cuestionar de lo prejuiciosos que solemos ser y de la doble moral que siempre cargamos a conveniencia. La terrible realidad a la que somos recordados es que solemos estar solos cuando más necesitamos de alguien, y si toda tu vida depende de malas relaciones y malas decisiones, lo más seguro es que dependerá de uno mismo salir adelante por más que te niegues a verlo.

Hay una escena justo al final entre Vanessa y Jennifer Jason Leigh, esta segunda interpretando a la madre, que nos dejan con la boca abierta. Estamos hablamos de un conflicto intenso entre madre e hija en donde ninguna de las dos puede ganar porque cada una está en su propio campo de batalla, y lo sentimos por Lynette porque siendo la hija, ser despreciada y abandonada por su madre es terrible de presenciar y más cuando su hija siempre la ha esperado. Ambas merecen la nominación por sus actuaciones, es que esta escena te vuela la cabeza y te hace sentir una montaña rusa de emociones.

En el pasado, Jennifer había tomado papeles odiosos pero aquí excede las expectativas al lucir su inmadurez y supuesta franqueza, más que nada es una idiota que se preocupa por su otro hijo pero que no parece estar al tanto de éste debido a la condición en que se encuentra, y ver como ya lo tiene todo solucionado para ella y su hijo, revelándole a su hija que se las ingenie ella solita, funciona para que Lynette luche por ella misma, en lugar de seguir desperdiciando sus esfuerzos en una familia que no la soporta.

Por más sencilla que parezca, este drama de 108 minutos es compleja e incómoda de ver a todo momento, pero gracias a la dirección de Benjamín Caro y a las estables actuaciones de las protagonistas y compañía, es una película que nos muestra una terrible realidad de la cual esperamos nunca vernos envuelto.

¿Es Ofrenda a la Tormenta el “final” que se merecía La Trilogía del Baztán?

 

La primera vez que vi la película allá en verano de 2020, la encontré un poco decepcionante por la forma en que el caso culminó de forma misteriosa por plantearse varios cabos sueltos a diferencia de la detective Amaia, quien recibe un ultimátum con respecto a su matrimonio. Para bien o mal, la trilogía del Baztán cumple con las expectativas esperadas del género y en el proceso nos entretiene en cualquier formato que se deseé experimentar.

La razón de haberme animado a leerlas es que por sí solas y en conjunto, cada libro o película se defiende al ofrecernos una capa más de este relato “sobrenatural” detrás de cada asesinato. El Guardián Invisible nos introdujo al pasado terrible de Amaia, un pasado que la ha acechado todo este tiempo que estuvo afuera por radicar en las raíces de su familia hasta el grado de revelarse en la secuela que me motivó a anotarlos en mi lista de libros por leer.

Y es que si yo consideraba El Legado de los Huesos como el Imperio ContraatacaOfrenda a la Tormenta se convirtió un terrible bajón por haber reducido la aparición de Rosario Salazar, madre de Maia, en una sola escena que a su vez no tuvo nada que ver con lo leído. Desconozco si haya sido por cuestión de tiempo, pero haber removidos escenas del pasado o no habernos mostrado como Rosario perdía la cordura al aceptar la maldad en esta secta, terminó por invalidar su poderoso antagonismo en la entrega pasada.

Un sentimiento bastante similar al que sentí cuando omitieron los flashbacks de Voldemort en Harry Potter y El Príncipe Mestizo. Esto sí que es una lástima, ver tanto potencial desaprovechado por colocarnos a otro por encima de ella, que por lo visto seguía siendo falso por cómo se infiere que el verdadero controlador de esta secta no podría estar muerto y que el amigo desaparecido de Amaia, el agente del FBI Aloisius Dupree podría estar vinculado a este caso preparando así una cuarta entrega que hasta la fecha no ha sido confirmada.

Para no confundirlos, existe un cuarto libro, pero funciona más como una precuela, titulada La Cara Norte del Corazón, nos narra los inicios de la carrera policiaca de Amaia y las razones que la obligaron a alejarse del Baztán. Su propósito va enfocado a desarrollar más el perfil de esta detectivesca ayudándonos a ver su desenvolvimiento en la trilogía a través de otros ojos. Más no nos dará las respuestas a las preguntas que quedaron sin responder.

Ofrenda a la Tormenta recorta diálogos importantes que se dan en la familia de los Salazar, se omiten los conflictos ni siquiera el suspenso psicológico o lo sobrenatural llega a percibirse. El antagonismo recae en Juez Markina como el encargado de esta secta que sacrificaba recién nacidos, especialmente niñas, para conseguir lo que los familiares quisieran ya sea dinero, salud o bienes. Eso creía por como lo dije al principio, la tumba de su padre estaba vacía y alguien más llamó a la partera para obligarla a quitarse la vida, así que se siente como as debajo de la manga si resulta que la autora no tiene en mente resolver este misterio de último momento.

En cuanto a la dirección de la película, no puedo evitar sentir que el tono estuvo algo seco y la forma algo perdida por parte de Fernando González Molina, aunque no se le puede culpar ya que hizo lo que pudo con lo que dieron y al menos estuvo dinámica y mantuvo ritmo, pero ese ritmo la condena de pasajera porque comparadas con las otras, había un propósito, una línea a seguir. Aquí, cada paso que se da se siente improvisado y predecible.

Me parece extraño que la propia Autora haya permitido varias omisiones estando a cargo del guión al lado de Luis Berdejo. La familia de Amaia, en especial sus hermanas juegan un papel fundamental en esta trilogía y conforme se daba cada entrega, más eran reducidas y sin un peso narrativo para respaldar su importancia en la trama, en especial Rosaura ya que al menos Flora pudo compartir una escena catártica con Amaia, pero escasa de emoción por depender de la primera entrega ante la falta de una construcción sobre la tragedia de su hija, la cual es el alma de lo que se juega en el Baztán. El hilo conductor que unifica a la trilogía, ayudándonos a verle el lado bueno.

Estoy anonadado porque la tercera novela se desenvuelve mucho mejor que las anteriores, se nota la madurez y la confianza en las descripciones que nos ofrece Dolores. Cada uno de los personajes juega un papel esencial, la familia, no sólo es Amaia sino su esposo, su amigo, su hermana, su tía y Markina, el juez con el que se da la infidelidad. En el libro podemos ver el deterioro de la relación entre James y Amaia, se comprende, pero James es reducido a un par de diálogos como lo son el resto, al removerse el ensamblaje por una sola voz y es la de Amaia.

Por hacer hincapié en el asesinato de Jonan, su compañero, cuya voz se vuelve en la razón que la impulsa a no ir al Funeral de su madre al retomar ese instinto, es fácilmente una de las escenas más desastrosas pero no llega a sentirse como tal por esa falta de preparación en donde el elenco es usado como peones en una tabla de ajedrez, donde la reina y el rey son las únicas fichas que importan. Independientemente de lo que hagan o digan el resto, no afecta en absoluto lo que haga Amaia.

Tan siquiera Markina si recibió el tratamiento completo, pero demasiado enfoque en éste lo volvió predecible por la obviedad en que se refleja la participación de Leonardo Sbaraglia. Incluso podría decirse que se notaba su felicidad como actor frente a la cámara por asumir dicho protagonismo. El confrontamiento sigue siendo mejor en mi imaginación gracias a lo desprendido en la lectura, porque hasta eso Amaia ni siquiera pudo jalar de gatillo para resolver su propio error, cosa que viene haciendo de la primera.

Repito de nuevo, tanto película como libro comparten un final que resulta decepcionante por quedar abierto. En efecto, la trama principal y el motivante detrás de todas las muertes se revela sin hacerse justicia de por medio. No puedo evitar sentir que Amaia es percibida como una detective incapaz de lidiar con sus emociones y por esa razón su hermana Flora o el Detective Fermín, terminan ganando la partida en los libros a pesar de darle más fortaleza en la gran pantalla donde Marta Etura hace lo posible por sobresalir y con mucha razón tras ser el centro total de la atención.

No sólo siento desaprovechada a Susi Sanchez, sino a Patricia López porque la hermana menor Rosaura cuenta con un conflicto fuerte con Flora, es ella quien da con la verdad, verdad que Amaia encuentra por suerte dado que está vez el Basajaun brilló por su ausencia. Ni siquiera un silbido, perdiéndose esa atmosfera sobrenatural que había caracterizado a las dos entregas pasadas. Entonces, me temo que Ofrenda a la Tormenta no es el final que se merecía esta trilogía del Baztán, y por tanto mantengo la esperanza de que la autora se decida por cerrarla con otro libro más.

Tampoco quiero ser cruel, los libros fueron demasiados buenos y dado el volumen, era imposible que hubiesen adaptado todo, el detalle es que ni siquiera lo intentaron. Todo iba en automático y quizás con un poco de suerte, lleguemos a tener mejores versiones ya sea en formato televisivo en donde los personajes secundarios se beneficien de tiempo adicional para lucir tal como sucedía en las novelas.

Bien o mal, entretienen y cumplen con su objetivo dentro de lo que cabe. No esperes tener todas las respuestas, ya depende de nuestra mente llenar los cabos sueltos, pero de que tienen lo suyo, lo tienen. Yo recomiendo más los libros, sorpresivamente las encontré superiores a las películas debido al contexto cultural que nos ofrece en la primera parte mientras que la segunda, la madre de Salazar se roba la función.