martes, 19 de enero de 2016

Crítica de Grandes Amigos (A Walk in the Woods)


El mismo día que vi La Gran Apuesta no pude evitar aventarme una segunda función, he estado esperando esta película desde hace un mes para ser exacto y finalmente nos llegó de forma imprevista como suele pasar con estas producciones independientes. Entonces se me hizo verla encontrándola lo bastante entretenida con su buena dosis de drama.  

Similar a Alma Salvaje aunque encaminada más hacía las circunstancias divertidas, contiene cierta inspiración dada la búsqueda de un sentido a la vida, he aquí el mensaje que nos ofrece ya que a veces sólo sentimos el impulso de hacer algo aventurado como en este caso donde presenciamos a dos ancianos que deciden irse de excursión con tal de conectar. 

La dirección de Ken Kwapis sobresale por su espontaneidad e ingenio a la vez. Eso sí muy limpia en sus encuadres, vocabulario y lo bastante descriptiva para captar la esencia de estos dos grandes actores que nos demuestran que nunca se es demasiado viejo para hacer lo que los jóvenes hacen y desde un mejor enfoque.

Se emplea un ritmo dinámico con escenas de gracia, porque créanme que hay momentos en que se te escapa la risa ante ocurrencias que no difieren de la realidad. No sólo aprovecha las locaciones sino la usa de acorde a la situación en que se encuentran dichos personajes. Como tal, resulta una experiencia auténticamente gratificante. 

Uno de los fuertes además de su agradable trama radica en la cinematografía porque los lugares visitados son asombrosos. Honestamente ni idea de que existiesen para excursionistas. Si llegase a tener la oportunidad, sería uno de los lugares a visitar aunque sólo logré caminar un cuarto de la inmensa trayectoria destinada.    

Ahora adentrándome al guión de Rick Kerb y Bill Holdrman ¿qué puedo decir? Una historia conmovedora no en el sentido de llorar sino sobre la conexión entre hombre y naturaleza. Tratar de buscarle sentido cuando se está cerca de la muerte. Uno que es joven, no le pasa esto por su mente aquello ya que todo se resume a cansancio, dolor, diagnósticos y funerales. 

Por ende es comprensible la búsqueda que encamina el protagonista y la necesidad de ser acompañado por un segundo que busca curar una herida del pasado. Dado el perfecto equilibrio entre humor y drama, esta película es de fácil acceso familiar y que mejor sea de ese modo para compartirla.

Robert Redford como siempre no decepciona. Es un hombre que recurre a su clásico estilo brindándonos mucho a meditar sin importar la edad que tengamos ni lo que pensemos al respecto. Creo que cualquiera podría identificarse con Bill Bryson por la forma humana y consciente en que es interpretado.

La química entre Redford, Emma Thompson y Mary Steenburgen fue agradable aunque hayan sido sólo un par de escenas. Obviamente destaca más su relación con Nick Nolte quien desde su retorno en La Última Pelea, ha sabido sacarle provecho a su segundo aire porque aquí se encuentra en otro nivel. Fácilmente su mejor actuación.   

En conclusión, dense una oportunidad de verla porque están ante una travesía que no querrán perderse ni por un minuto porque la dinámica entre Redford y Nolte se describe en una sola palabra: cautivante. Lo mismo podría aplicarse a esta viva adaptación de la novela taquillera de Bill Bryson.   


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