martes, 6 de diciembre de 2016

Crítica de Inframundo: La Guerra de las Sangre


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Después de haber salvado a su hija, Selene se encuentra deambulando sola y sin un propósito hasta que David, un viejo aliado, la encuentra  ofreciéndole la oportunidad de integrarse al último clan de los vampiros en víspera de yacer al borde de la extinción ante el ascenso de Marius, un lycan con una fuerza e inteligencia nunca antes vista en su especie.

Hay mucha más historia de la percibida a simple vista y se agradece por ello, ya que regresar a lo básico resultó una sabia decisión considerando como El Despertar se desenvolvió de forma genérica. Floja por así decirse pero aún lo suficiente entretenida en comparación con otras. Sin duda el guionista Cory Goodman supo como expandir este enganchador legado.

Hecho está que contamos con el retorno de la guerra, más no de forma típica porque se desarrolla desde varios ángulos y he aquí su imprevisibilidad. Tanto vampiros como lycans no son de fiarse entre estos. El pasado sigue recordándose pero en cierta manera aquí no sólo se hace eco sino se evoluciona ante la revelación de un par de sensacionales factores.

En la misma tradición de la original, recibimos otra perspectiva en especial por el personaje de David. Theo James es más que un compañero, es un elemento vital a esta secuela y aunque me duela decirlo, su desenvolvimiento va mucho más allá en presencia que la de Michael quien sigue siendo un misterio al igual que Eve. Aunque enhorabuena se nos revelan ambos paraderos.

Dicho lo anterior, no puedo evitar comentar que Theo James lució mucho más aquí que en toda la saga de Divergente. Su química con Kate Beckinsale sigue siendo de las mejores, lo cual debo remarcar mi fascinación por ver como el personaje de Selene ha evolucionado hasta el punto de ser una identidad compleja, complica y emocional con la cual sostiene y eleva esta trama.

Sabemos quién es y de dónde viene, lo que es capaz de hacer cuando está motivada y aún así siempre tiene algo nuevo por aportar gracias al guionista y a la directora de esta ocasión Anna Foerster quien se mantuvo fiel a la fórmula original de esta franquicia. Efectos especiales, sonido, vestuario y una épica cinematografía en su más alta definición como era de esperarse.

Es obvio que las secuencias de acción son las mejores que ha tenido esta serie y todo gracias a su concepto. Como vengo diciendo, tanto vampiros como lycans lucen y con ello hago hincapié en Lara Pulver ya que en el papel de Semira resultó una total revelación en equivalencia a Tobias Menzies como Marius cuya personalidad se asemeja a la de Lucian.

En conclusión, no puedo evitar encontrar La Guerra de las Sangres como la mejor de la saga y más por su forma de concluir. Todavía existe mucho terreno por explorarse que inevitablemente estaré atento a una sexta entrega. Si esta resultase ser la última en la historia intercalada entre Selene y David, honestamente no tendría problema con ello.

Y haciendo referencia al formato 3D, realmente no es necesario pagar extra como fue el excepcional caso con Dr. Strange donde su mundo cinematográfico lo justificaba. Los efectos siguen siendo impresionantes pero de igual forma se pueden apreciar de forma tradicional al menos que no tengas opción por los horarios como sucedió conmigo.

Calificación: 3.5 de 5 estrellas

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