domingo, 15 de septiembre de 2024
Entre Locos y Rebeldes!
domingo, 8 de septiembre de 2024
Misteriosa, Irrevocable y Sagrada
No hay forma de saber qué provoca una reacción y no otra, qué lleva a qué, qué destruye a qué, o qué hace florecer qué, o morir, o tomar otro rumbo. ¿Y si soy indulgente conmigo? ¿Y sí me arrepintiera? Pero si volviera atrás en el tiempo, no haría nada distinto. ¿Y si esas cosas que hice fueron las que me trajeron aquí? ¿Y si nunca me redimiera? ¿Y si ya lo estuviera? Después de perderme en la selva de mi dolor, encontré cómo salir de este bosque. Ni sabía a dónde iba hasta que llegué, el último día. Gracias, pensaba una y otra vez, por lo que me enseñó el sendero, y lo que aún no podía saber. Mi vida como todas las vidas, misteriosa, irrevocable y sagrada, tan cercana, tan presente, tan sumamente propia. Qué salvaje experiencia era dejar que fluyera.
Esta
reflexión es con la que culmina la poderosa, cruda y conmovedora adaptación de Alma
Salvaje (Wild) de la autora Cheryl Strayed cuyas memorias fueron llevadas a
la gran pantalla por el director Jean-Marc Vallée (Dallas Buyers Club) y la
productora-protagonista Reese Witherspoon (Walk the Line).
Cabe destacar que en diciembre de este año
2024 se cumplirán 10 años desde su lanzamiento en cines resultando en un éxito
moderado mundial de $ 50 millones de dólares con reconocimientos en los papeles
interpretativos. Habiendo costado $ 15 millones, es la razón por ser referida
como un éxito. No obstante, no puedo evitar sentirla desvalorada.
Estando
actualmente disponible en Disney Plus, es una tragedia que en ese entonces no
haya trascendido ni tampoco lo esté haciendo en este instante, pero eso no
quita la necesidad de hacerle recordar la importancia de reproducir este tipo
de dramas independientes por lo mucho que nos enseñan sobre la vida misma.
Confieso
que no es una historia fácil de digerir, su clasificación es evidencia de ello,
aunque con sumo respeto. No hay nada nuevo que un adulto no haya visto, y con
suerte, hasta podría identificarse con ciertos escenarios de los cuales nos
ayudan a poner en perspectiva nuestro pasado, para entender mejor nuestro
presente y por consiguiente anticipar lo que nos podría deparar el futuro si
permanecemos cerrados a cambiar los patrones con los que nos movilizamos.
La
primera vez que vi esta película, me sorprendí de Reese por lo brutalmente
honesta en que se nos mostró como la senderista Cheryl. De estar acostumbrada a
verla tan guapa y glamurosa, para luego adoptar un aspecto sucio y caprichosamente
vulnerable al momento de llevar a cabo escenas incomodas e inesperadas para una
actriz de su reconocimiento.
Lo digo
porque por más fácil que parezca estar caminando frente la cámara entre la
tierra y piedras, emulando sentimientos de dolor conforme escalaba montañas,
cruzaba ríos, se adentraba entre la helada nieve, el intenso calor y la acechante
tormenta, no, para nada es fácil y Reese lo dejó claro en una entrevista al
referirme a este como un papel desafiante por todo lo que demandaba.
Tan así
que tenía que madrugar cada día para obtener las mejores locaciones y la
adecuada iluminación del día, para luego regresarse con todo y los equipos
porque nada más había ciertos lugares donde no podían pasar la noche por el
peligro que correrían tanto ella como la tripulación a cargo de rodar esta
producción.
Nada de
filtros ni maquillaje para conservar la imagen impecable de la actriz, al
contrario, Reese al natural en todos los sentidos y su caracterización es
evidencia de ello. Por esa razón, no puedo evitar sentirla como un amor platónico
cuando no deberían ni serlo por lo imperfectas que se muestran tanto actriz
como autora.
Sin duda,
Reese supo interpretar el material con audacia y valentía como la misma autora
demostró en Junio de 1995 al llevar a cabo el Sendero de la Cresta del Pacifico
la cual le tomó 95 días en completarlo consiguiendo así convertirse en una
sobreviviente de su propio destino porque no hay peor enemigo que uno mismo y
eso es lo que nos hace entender a través del libro en que se basó esta
adaptación.
Fue tanto
mi asombro, que después de las casi dos horas de duración, sentí la necesidad de
leer el libro y me tomó una década en poderlo hacer porque en ese entonces,
nada más no contaba con el tiempo dado que me encontraba en una época bastante
oscura. Y no en cuestiones físicas ni de tragedias de alto impacto como hoy en
día parece ser el caso para que dichos problemas sean identificados de tal
magnitud y no como boberías al compararse indebidamente con asuntos de estado.
Demasiada política diría, incluso exceso de superpoderes.
Se puede
estar al borde la muerte, no sólo literalmente sino también psicológicamente
hablando. El manejo de las emociones, cómo percibimos ciertos sucesos o la
incomprensión a nuestro alrededor, la falta de respeto, la frustración, el
estrés, o imponer mi derecho sobre los demás al exigir el mejor trato sin dar
el ejemplo o siquiera ofrecer el beneficio de la duda...
He visto
mucho disgusto en las calles, intolerancia, prejuicios… somos una sociedad que
primero juzga y destroza bajo el concepto de empoderamiento y derecho, lo
entiendo, uno tiene que hacer lo que tiene que hacer. Así que, no hay nada
mejor que jodernos al prójimo y es por eso que vi ese despertar de la
conciencia en Alma Salvaje.
Sobre
todo, la esperanza porque todos sin excepción somos salvajes por dentro, y requerimos
de senderos para reencontrarnos y darle un sentido a la vida. No digo que
tengamos que salir huyendo al bosque del dolor, sino de hacer una pausa y
pensar duramente en por qué estamos como estamos y por qué sentimos lo que
sentimos, sin importar lo que digan los demás.
Hagas las
cosas bien o las hagas mal, siempre vas a ser altamente criticado, e incluso
por ti mismo. Sea bueno o sea malo, a veces tienes que dejar que fluya para
aprender la lección sí es que no la has aprendido por las buenas. La ventaja es
que de todo aprendes, aunque sea por las malas, y no por eso, debería ser
considerado malo.
La vida es vida y todas son importantes, así
que dejemos de vernos como números y veámonos como los seres vivos que somos en
este único planeta que habitamos. Diferiremos en lenguajes o costumbres, pero
al final somos de carne y hueso, aunque sea en diferentes proporciones.
Psicológicamente,
todos nos encontramos peleando la batalla más grande de nuestro mundo. No se
puede ver porque justo la tenemos en nuestra mente y bajo silencio, pero
siempre tenemos la alternativa de procesarla en nuestro entorno real. Tal y
como lo llevó a cabo Cheryl al cargar con Monstruo, por nada llamó de ese modo
a su mochila.
El
recorrido por la Cresta del Pacifico se nos narra de forma lineal, más no las
vivencias compartidas de Cheryl, esas se dan conforme se va desinhibiendo la
narradora. Esencia que se conserva en la adaptación de la cual aplaudo por no
caer en el melodrama. Eso sí, el libro es más literal mientras que ciertas
secuencias son puestas de forma indirecta porque se entiende por lo que está
atravesando Cheryl.
Nadie
está inmune de sufrir un punto de quiebre, no existe una edad en especifico y
nunca se sabe que lo pueda detonar. La terrible verdad es que nadie nunca está
preparado para ello, y por más cristianos o puritanos que seamos, es inevitable
que nunca nos hundamos en la oscuridad. Es parte de la humanidad, y la
esperanza es lo que nos mantiene a flote, aunque sea a duras penas.
En el
caso de Cheryl fue su madre Bobbi, interpretada fenomenalmente por Laura Dern,
conocemos a esta madre que fue victima de violencia familiar, salió huyendo
para evitar que sus hijos pasaran por lo mismo y pese a toda esta desgracia,
nunca dejó de sonreír, amar y aspirar a cumplir con sus sueños con lo poco que
tenía.
Para
Bobbi, el sólo hecho de seguir con vida y con sus hijos poco a poco
prosperando, era suficiente para considerar que había encontrado oro puro. Cosa
que Cheryl no lo captó hasta que su madre tuvo que morir repentinamente de
cáncer provocando que cayera en una crisis que la haría tocar fondo al tomar
decisiones autodestructivas.
Por más
fuertes que intentemos convencernos de ser, la cruda realidad es que cualquiera
de nosotros puede ser repentinamente golpeado por la propia vida hasta el grado
de casi destrozarnos por dentro. Lo que me impacta de Cheryl, es que ella no se
juzga como lo juzgaría cualquiera que viera o leyera su historia o adaptación.
Las cosas pasan y por más terribles que sean a la vista ajena, lo que importa
es la gran lección que obtuvimos a cambio (crecimiento, madurez y comprensión).
No nos
convertimos en los sobrevivientes que somos de un día para otro, algunos les
toman meses, otros años e inclusive a muchos les toma una vida entera. Lo
importante es seguir caminando, se vale parar y hasta se vale rendirse, el
punto es retomar cual sea el camino que queramos recorrer porque tarde o
temprano encontraremos la salida.
Tal como lo cité al inicio, la vida es Misteriosa, Irrevocable y Sagrada, y hay que dejarla que fluya por más salvaje que sea la experiencia.
Pasado, Presente y Futuro
domingo, 1 de septiembre de 2024
El Guardian Invisible: 7 años después
En el río
Baztán, situado en el norte de la Comunidad Foral de Navarra, es hallado un
cuerpo de una joven que pondrá en evidencia el retorno de un asesino serial que
solamente la inspectora de la sección de homicidios Foral cuenta con la
capacidad de resolver, pero para ello, tendrá que enfrentarse a su pasado al
regresar a su pueblo natal del cual se la ha pasado huyendo toda su vida.
No es mi
intención ponerme nostálgico, pero es que me pesa saber que han transcurrido 7
años desde que la adaptación de la primera novela de la Trilogía del Baztán
salió en los cines. Siendo una producción española, la única forma que tuve
oportunidad de verla fue gracias a que Netflix la incluyó en su catálogo a
finales del año 2017. Siendo tan sólo el principio tras anunciarse que las siguientes
serían producidas e igualmente estrenadas bajo la misma plataforma.
Más
emocionado no pude haber estado porque este género me fascina en el sentido de
que el énfasis recae más en el contexto y en sus protagonistas, y no tanto en
los psicópatas como otras adaptaciones tienden a justificar sus monstruosas
intenciones para que el público romantice con estos. Lo cual desde un punto
personal no ayuda, pero al final de cuentas es entretenimiento así que no puedo
ser tan severo.
Es lo que
es y con esta sinopsis, yo creo que cualquiera podría encontrarle interés y en
cierto modo podría consolidarse como un desafío mental para intentar
desenmascarar al verdadero asesino porque no tenía ni la más mínima idea de lo
cerca que se encontraba de Amaia, hablando de la misma familia, familia que es
dura con la propia inspectora y es justo esta subtrama lo cual nos tiene
enganchado desde el primer minuto.
Obvio que
no se trata de la primera vez que la veo, tal como lo especifiqué al inicio,
decidí regresar a este crimen tras haber recibido el libro de la autora Dolores
Redondo. Impresionante descubrir que haya sido galardonada por los Premios
Planeta 2016 y Bancarella 2018.
Agradezco a una compañera de trabajo por este
bello obsequio, así que me puse de objetivo leer cada novela para así ir
volviendo a ver las películas para comentar en mis humildes palabras lo que me
han parecido cada una de estas, empezando con El Guardian Invisible.
Tomando
como base el contexto circunstancial, las localizaciones y la mitología vasca,
no hubo forma de que me las pudiera perder en ese entonces y mucho menos ahora
tras haber leído la primera novela. En parte los avances ayudaron bastante a
atraer el interés pese a la controversial recepción que le acechaba al ser
demasiados duros con esta, porque lo fueron.
Por decir
que la película permanece impresionante, confieso que la encontré superior a la
novela por no sólo mantener la esencia sino por darle su propio enfoque y dinamismo
cultural. Siendo sincero, la narrativa de Dolores es demasiada pausada,
ordenada y sin ritmo a gran diferencia de la dirección inyectada por Fernando
González Molina, quien la pone a la altura de El Silencio de los Inocentes
o eso intenta al abrazar el aspecto sobrenatural porque termina por
inquietarnos aparte del caos que habita en la mente de Amaia.
Cabe
resaltar que González es reconocido por sus trabajos como Tres Metros sobre
el Cielo, Tengo Ganas de Ti y Palmeras en la Nieve. No
cualquiera pasa de dirigir dramas juveniles a dramas de asesinatos, que ni fueron
las típicas por la importancia que le da al desarrollo de los personajes, y
aquí tampoco fue la excepción.
Marta
Etura es perfecta como Amaia Salazar, ya que logra capturar esa capa de
misterio que rodea a esta calificada agente que de repente empieza a perder la
cordura. No puedo evitar comparar su actuación con la de Clarisse de Jodie
Foster, lo cual sería un cumplido y bien merecido por destacar entre sus
compañeros.
Elvira
Mínguez como Flora es intensa pero no tan intensa como se describen los pleitos
en el libro, aparte de que le restaron importancia a su papel viendo que es
ella quien descubre y se encara al antagonista. Y no podía ser de otra manera,
porque eso es lo que termina por debilitar la historia de Amia, por encontrarse
siempre a un paso atrás y nunca adelante. Y lo digo de principio a fin,
literalmente hablando, el título podría referirse más a Flora que al Basajaun.
Francesc
Orella como Fermín Montes da justo en el clavo y a pesar de quedarse corto en
tiempo, se defiende en compañía de Itziar Aizpuro que como la Tía Engrasi
aprovecha la extensión de su papel mientras que Patricia López se desvanece en
el fondo como Rosaura. Entre las sombras, Quique Gago hace todo lo posible por
vendernos la monstruosidad en Victor y lo logra mediante el énfasis de su
discurso revelador.
Lamento decirlo,
pero el libro de El Guardián Invisible es puro hablar y hablar sin
dirección entre sus participantes, escasa acción, leve suspenso y una atmosfera
que se aleja de lo sobrenatural a diferencia de la adaptación cinematográfica
en donde predomina hasta el grado de hacernos creer que de verdad existe y es
la mera causante de dichos asesinatos.
La
identidad del Basajaun sólo se menciona por texto más tenemos la dicha de verla
y hasta escucharla mediante el silbido en escenas que trascienden a nivel
visual, mientras que el asunto de la madre de Amaia y su niñez sigue siendo lo
mejor que nos describe la autora Dolores que para haber sido la primera novela
de esta trilogía, aun así es de aclamarse por su originalidad y enriquecimiento
cultural.
Si no
fuese por su atrevimiento, Fernando y compañía no hubieran tenido siquiera la
oportunidad de hacer esta historia invisible en una claramente visible e
impactante desde diversos sentidos, y no sólo físicos sino psicológicamente
hablando. Por tanto, yo la pensaría dos veces antes de escuchar a los críticos
porque esta entrega lo vale cada minuto de nuestra atención. En cuanto al
libro, ahí si la pensaría dos veces, pero dependerá de ver cómo resultó la
segunda parte.
La Saga de Alien + Romulus
En el espacio nadie puede escucharte gritar…
7 años
antes de que yo naciera… sin duda me hubiese vuelto loco con la generación de
ese entonces porque tras perder la cabeza con Star Wars en 1977 tuvieron la
fortuna de toparse con lo que se convertiría en una de las mejores sagas de
horror porque 45 años han pasado y Alien sigue estando igual de viva y ahora
más con el reciente estreno de Alien: Romulus y próximamente la serie
televisiva.
Por esa
razón sentí la necesidad de hablar sobre la saga porque, aunque les cueste
creerlo, nací en el año en que Ellen Ripley regresó al planetoide LV-426. Ya
conforme fui creciendo, mi madre me introdujo en este contexto de horror donde
yo fascinado veía las primeras dos porque para entonces me quedaba dormido para
cuando se reproducía la tercera.
La razón
era porque solían hacer una maratón anual en Sky, una plataforma de video por
cable por la inexistencia de los servicios de streaming. Como tal, acompañaba a
mi madre cada año hasta que conseguí la trilogía en VHS y posteriormente pude
asistir a la función de Alien: Resurrection tras semanas de estar suplicando y
suplicando de que me llevaran por ser menor de edad.
Tan
clavado estaba de Alien que llegué a tener pesadillas, por lo que fue
cuando decidí ponerla en pausa definitiva y olvidarme de esta hasta que sucedió
Alien Vs. Predator, y no se diga de la salida en plena navidad para ir a ver
Requiem. No es algo que me haga sentir orgulloso, pero empecemos primero por el
inicio que nadie nunca vio venir excepto Ridley Scott y compañía.
Con
grandes nombres como Tom Skerrit, John Hurt e Ian Holm porque Sigourney Weber
era una desconocida que gracias a Alien fue puesta en el mapa convirtiéndose en
una heroína de acción lo cual era raro de verse por esos años en Hollywood, así
que si por ahí escucharon que Jennifer Lawrence asumió esa designación
histórica con Los Juegos del Hambre en 2012, me temo que existe una gran
diferencia de 33 años al respecto.
De acorde
a los documentales, parte del elenco terminaba ansioso al desconocer en que
momentos iba a salir la imponente criatura, y es que se les nota en sus rostros
al pegar unos gritos y hasta casi caerse de lo inesperado. Para ser un tiempo
que no existían los efectos por computadora, los sets prácticos eran de
aplaudirse y más tras ser retomados por Fede y el propio Scott en Romulus.
Tenía un
par de años sin volver a ver Alien, fue una lástima que no la hayan reestrenado
en los cines de mi ciudad por su 45 aniversario porque me hubiese encantado ver
el interior del Nostromo en la gran pantalla. Hasta la fecha, me sigue sacando
uno que otro susto y es que la atmosfera claustrofóbica me pone de puntas, en
especial la secuencia de los ductos.
Entre los
rincones oscuros y el xenomorfo, no se diga el facehugger, sigue siendo una
experiencia poderosa de visualizar dado que por más sencilla que sea su
narrativa sigue siendo culturalmente impactante porque tiene un significado que
nada más no pasa desapercibido. Es ingeniosa desde sus diseños, su música,
edición, sonido y tecnología.
Son de
esas películas que nunca me canso de ver y más cuando sucedió Aliens, la
cual consideraba a la misma altura de la original o inclusive un poco mejor por
la adición de los Colonial Marines, un territorio más amplio como lo fue la
LV-426 y la presencia de decenas de aliens topándonos por primera vez con la
reina.
En el año
que yo nací (1986) se estrenó Aliens, después de haber estado en conflictos
internos por siete años ya que resultaba inusual en los ochentas apostar por las
secuelas. Ver a Sigourney Weber regresar como Ellen Ripley y convertirse en una
heroína de acción durante el tercer acto sigue siendo una sensación
inolvidable.
Me cuesta
trabajo saber que han pasado 37 años y el niño que solía verlas ahora es un
adulto que pese a la nostalgia desatada por revivir esa escena en donde los
Colonial Marines se topan con las criaturas y no se diga del escape en los
ductos de ventilación, como Ripley rescatando a Newt y la confrontación con la
Reina como cuando pisan por primera vez esta colonia, sin duda que esta secuela
ha envejecido con elegancia.
Con un
presupuesto de $ 18 millones, sí que nos ofreció toda una travesía de horror y
sobrevivencia notándose en su taquilla final de $ 131 millones superando por $
30 millones a la anterior. Es una lástima que en su estreno se hayan removido
como 20 minutos de valioso material que por suerte viene incluido en la edición
especial que logré adquirir cuando existían las Blockbusters.
Es
importante señalar que Weber recibió la nominación a la Mejor Actriz siendo
esto muy inusual porque la Academia no solía valorar este género, también
destacar las participaciones de Michael Biehn como el intrépido Hicks, Paul
Reeiser como el cobarde Burke, Lance Henrikson como el sugestivo Bishop y Bill
Paxton como el miedoso Hudson, que en paz descanse.
Hace 10
años aproximadamente salieron dos audiodramas oficiales: Out of the Shadows
cuenta la incontable historia de Ripley quien es interrumpida de su crio sueño
37 años después de la destrucción del Nostromo, sólo para verse de nuevo
envuelta con los xenomorfos en compañía de la tripulación del Marion debido a
que Ash la desvió hacia ellos para cumplir con su misión de traer una criatura
intacta ahora que se ha insertado en los computadores como la inteligencia
artificial a mando.
La novela
escrita por James A. Moore y dirigida por Tim Lebbon resultó asombrosa y aún
más con River of Pain al relatarnos cómo fue que cayó en desgracia la
colonia Hardley’s Hope. Olvidando todo lo ocurrido en el Marion tras haber sido
despertada, Ripley debe enfrentarse con la compañía mientras la tragedia
comienza a desatarse hasta culminar con la llegada de los Colonial Marines.
Definida
como la Titanic de Aliens, este audiodrama es un regalazo para cualquier amante
de la saga de la cual espero en un futuro la adapten a una serie porque nada
más no me cansó de escucharla por estar fielmente ambientada con lo que
caracterizó a las dos primeras películas.
Nunca
entenderé el por qué toda esta ganancia de calidad fue tirada a la basura con Alien
3, entiendo que James Cameron haya dejado la barra en alto, pero a su vez
había dejado una guía para continuar no sólo la historia de Ellen sino de
Dwayne y Newt, pero no, decidieron mejor hacer una especie de reinicio,
enfocarse en la original y garantizar la muerte de Ripley tal como lo
presenciamos otros siete años después.
Alien 3
estuvo en manos de David Fincher, difícil de creer que no sólo los seguidores
de la saga odiaron esta supuesta conclusión sino también el propio director.
Fincher confesó que desde el principio tuvo conflicto con los productores por
haberse cambiado la historia abruptamente. Que desastre de tercera parte
viniendo de una secuela maestra en donde todo apuntaba a la llegada de los
Aliens al planeta Tierra.
Y es que
matar a los acompañantes de Ripley, confinarla a una prisión, remover las armas
y enfocarse en un drama que no aporta al contexto ni a la propia protagonista sólo
terminó por perjudicarla a pesar de haber recaudado $ 160 millones a nivel
mundial. Ni siquiera la persecución en los túneles, la rapada de Ellen y su
sacrificio fueron lo suficientemente fuertes para justificar el debilitamiento
de su peso narrativo.
Weber
hizo lo que pudo dándonos una interpretación desaprovechada en todos los
sentidos, por decir que Charles Dance no tuvo oportunidad de lucir a su
personaje Clemens mientras que Charles Dutton fue sobresaliente como Dillon
sólo para empezar a mostrarse en el acto final. No me gusta hablar mal de las
películas y es que volver a verla, me produjo tristeza por el potencial
desperdiciado que sigo esperando que opten por hacer borrón y cuenta nueva.
Al menos Alien:
Resurrection fue mucho mejor, obvio que sigue distante de las primeras dos,
pero lograron reparar un poco el daño al traernos de vuelta a Sigourney como un
clon de Ripley, pero no cualquier clon sino uno mezclado con la genética de los
xenomorfos. El elenco secundario me tuvo sin cuidado, le echaron ganas, pero no
lo suficiente para que me importasen a excepción de Ron Perlman y Winona Ryder.
El guion
de Joss Wheddon tuvo un acierto en la construcción y exploración de esta nueva
Ripley, lo de siendo instalaciones científicas en el espacio y tratando de
amaestrar a los aliens como la escena de los siete prototipos fue genial como
la secuencia debajo del agua. En sí, la primera hora te engancha por
desenvolverse más como ciencia ficción que como horror, hecho que nunca llegué
a sentirla como tal porque las muertes fueron algo tontas, dicho con respeto.
¿Quién en
su sano juicio se arriesga tanto por un arma, siendo el líder y separándose de
los demás? Y el acto al final con la Reina Alien dando a luz a una cría semi
humana para que perciba a Ripley como su madre, sigo con sentimientos mixtos
sobre este giro.
Es cuando
comienza el horror que se desploma este esfuerzo y pues es lo que es. Aún
recuerdo lo emocionado que estaba por irla a ver, siendo el año 1997, estuve
rogando y rogando a mis padres porque en ese entonces era un pequeño de nueve
años y al final se me concedió mi deseo, y la disfruté, no voy a mentir, aunque
siempre sentí esa espinilla, más el daño
ya estaba hecho y Jean-Pierre Jeunet y Whedon hicieron lo que pudieron con lo
que tenían. Al menos recaudó $ 161 millones de dólares mundialmente.
De 1997 a
2004 surgieron pláticas con James Cameron y Ridley Scott para llevar a cabo la
siguiente entrega, desafortunadamente Paul W.S. Anderson fue seleccionado de la
nada para llevar a cabo el primer crossover con AVP: Alien Vs. Predator.
Por el 2002 la primera adaptación de Resident Evil se había vuelto un éxito
moderado por lo que eso motivó al estudio para confiar en éste y pese a brindarles
homenaje a ambas franquicias al recurrir a sus elementos y traerse al veterano
Lance Henriksen, el gravísimo error cometido fue situarla en el planeta Tierra
con un antecedente que deshonra lo que Scott había introducido con la original.
A pesar
de ello, me agradó la primera media hora, la construcción de los nuevos
personajes antes de matarlos de repente, Sanaa Lathan le echó ganas en el protagonismo,
pero haberla emparejado con un depredador como una especie de equipo eso fue
algo tonto como la trampa o ritual llevado a cabo cada siglo.
Honestamente,
se les pasó la olla y pese a que el horror se desenvuelva dentro de una
pirámide cuyo interior cambiaba cada diez minutos, para nada nos puso nervioso
y ni un susto pudo extraernos por sentirse más en un tono de superhéroes.
Considerándose
apenas un éxito taquillero por recaudar $ 177 millones de dólares, una secuela
fue aprobada en manos de los hermanos Strause quienes prometieron darle horror
puro y confieso que cumplieron, aunque la historia siguiese siendo insalvable.
Lo mejor fueron las muertes, pero fue ejecutada demasiado rápido que de plano
se percibía pérdida a cada momento. Exceso de personajes, desalmados, todo se
sentía sacrificable y lo fue desde el principio. Sin querer queriendo, la sentí
una copia de Resident Evil: Apocalipsis.
¿Qué les
costaba haberla situado en el espacio como sucedía originalmente en los
videojuegos? Confieso que crucé a San Diego en plena navidad para irla a ver y
me entretuvo en lo que cabía. Culpable. Recién la acabo de volver a ver y sigo
prefiriendo Alien Resurrection y hasta Alien 3, aunque me duela compararlas
entre estas.
Otros
cinco años tuvieron que pasar para que el estudio recurriera a nada menos que a
Ridley Scott, el creador de la saga por así decirlo, quién desde un principio
hizo lo que se tenía que hacer a pesar de haber generado una tremenda
controversia al optar por hacer algo completamente distinto a lo esperado.
Así es, en
el año 2012 vimos los orígenes por así decirlo de los xenófobos gracias a la
primera precuela simbólicamente titulada Prometeo, y pese a desviarse
del horror, logró a su manera justificar la dirección aventurera, el tono
luminoso y el contexto científico como el avance tecnológico.
Tratándose de una expedición “científica” en busca de respuesta sobre
nuestros creadores, tiene sentido que esta nave difiera del Nostromo en
cuestiones tecnológicas. Teniendo a Weyland a bordo, cobra sentido que este
transporte sea mucho más avanzado. Independientemente del resultado, la moraleja
sigue siendo la misma para quien busca poder como para quien busca respuestas.
Personalmente la encontré fascinante al no enfocarse en los monstruos
sino al presentarnos a los responsables de su creación, los ingenieros,
logrando así conectar con la versión de 1979 mediante un escenario familiar. Desde
un inicio se sabía que no era el sitio al que descendió la tripulación del
Nostromo, aunque eso suponíamos cuando presenciábamos la caída de la nave
durante el primer avance, una secuencia de acción histórico por lo que
representa, esa y la de la Doctora Shaw pasando por una cirugía. 12 años
después y sigo cerrando los ojos porque es demasiada intensa.
Explorar
el nuevo planetoide con un elenco de estrellas como Noomi Rapace, Charlize
Theron, Idris Elba y Michael Fassbender, entro otros, se torna emocionante y
bastante entretenido y es que cada uno de ellos logró engancharme con sus
personalidades y más dadas las circunstancias presentadas. Lo que aprecio es
que sus muertes no hayan sido tan tontas, ayuda que se le haya concedido tiempo
e importancia, uno lo percibe en sus diálogos e interacciones.
Michael
Fassbender como el androide es otro de los elementos sobresaliente, cada una de
sus líneas es sublime e incluso memorable. Me encanta como a través de este
robot, se aprovecha para cuestionar a la raza humana y seguir su mismo patrón
sobre crear vida mediante la destrucción como fríamente lo expresa.
De sólo
imaginarme, se me quitaron las ganas de algún día formar parte de un grupo de colonos
ante el miedo de encontrar con esta amenaza letal. A parte de que logra
replantearnos los temas de religión, inteligencia artificial, la inmortalidad,
la creación de armas y la búsqueda de respuestas a nuestra creación, Ridley
Scott hizo con Prometeo lo que George Lucas hizo con La Amenaza Fantasma y fue
extendernos el universo de Alien en cuestiones narrativas.
Finalmente hizo lo que muchos no quisieron hacer con las secuelas y tuvo
la oportunidad de volverlo a hacer con Alien: Covenant tras haber
posicionado a Prometeo en los $ 400 millones mundiales. Lamentablemente
Covenant sufrió un descenso al conformarse con $ 240 millones trayendo como
consecuencia de que Alien: Awakening fuese temporalmente cancelada, y recalcó
temporalmente porque tengo la esperanza de que con Romulus, Disney opté por
aprobar la pendiente historia con la cual conectaría directamente con la
original al reintroducirnos a los Ingenieros en su búsqueda por la venganza por
el caos que desató David.
Cruzo lo
dedos para que no sólo esa suceda sino también se retome el retorno de
Sigourney Weber como Ellen Ripley. Entretanto, Covenant sirve de puente para acercarse
a la cinematografía y a la música que tanto hemos llegado a apreciar. A su vez,
nos responden a la pregunta sobre la creación de los xenomorfos cuya respuesta
cobra vida en la mente siniestra de David mediante sus escalofriantes experimentaciones
con el cuerpo de Shaw.
Que mejor
que un androide diseñado en la imagen de Weyland para dejarse llevar por el
complejo de dios y esparcir su odio hacía la raza humana mediante su
aniquilación. El prologo sí que nos pone a pensar seriamente como la repentina
muerte del capitán del Covenant. Y yo
que creía que dormir en los crio tubos era completamente seguro.
El guion
de John Logan y Dante Harper consigue darle sentido al trasfondo mitológico al
enfocarse en una tripulación colonial que se topan con el planeta de los
Inegnieros sin tener la menor certeza del horror que les depara y no sólo en
manos de los monstruos. Katherine Waterston como Daniels es toda una luchadora
mientras que Demián Bichir y Billy Crudup dejan su huella. Obviamente Michael
Fasbender termina por robarse la función y doblemente por así decirse.
Secuencias de horror tan desagradables de ver…, es una decepción que nos
quedemos sin saber qué fue lo que ocurrió en Origae-6 sí es que logran
aterrizar en víspera de que David se ha hecho del control de la nave
colonizadora, asegurándose de resguardar sus muestras para mantener intacta la
creación de sus bellas criaturas.
Ahora, no
nos queda más que meternos de lleno a Alien: Romulus y en mi humilde opinión,
la he encontrado asombrosamente genial. Hacía buen rato que no pegaba brincos
en mi asiento porque a pesar de no ser una película que dé miedo, el suspenso
te mantiene al acecho debido a la ingeniosa, perturbadora y asquerosa
ambientación.
Debo
confesar que me sentí bastante aliviado de que Prometeo haya sido referenciado
al momento de explicarnos la existencia de esta especie a través de ese
misterioso e inestable patógeno. En efecto, cualquiera puede ver y entender su
narrativa al funcionar como una adaptación independiente, pero para aquellos,
incluyéndome, que hemos visto todas, es inevitable no emocionarnos ante el fan
service proporcionado de cual muchos críticos sobre exageraron.
A parte
de homenajear a toda la saga, sirve de puente porque estar situada entre Alien
y Aliens, y confirmarse con los restos del Nostromo y la captura del xenomorfo,
Romulus hace que lo sucedido en Prometeo cobre bastante relevancia y nos llena
de esperanza de la posibilidad de algún día suceda la secuela de Alien:
Covenant, que hasta la fecha me sigue encantado.
Después
de espacios abiertos, volvemos a los confines oscuros de una abandonada
estación de investigación de Weyland-Yutani en donde un grupo de jóvenes llegan
con la finalidad de conseguir una mejor vida. Entre ellos sobresale Rain y
Andy, una hermandad que llega a conmoverse tanto que se convierten en el
corazón de esta odisea de terror. Por tanto aplaudo a Cailee Spaeny y a David
Johnson por acercarse al nivel en que se desenvolvieron Sigourney Weber y Lance
Henriksen en Aliens.
Incluso
sus historias podrían continuar en víspera de cómo culminó el tercer acto, un
acto plagado de constante acción, acido, explosión y el surgimiento de una criatura
que te hará temblar de lo espeluznante que es. A diferencia de los haters,
Romulus si aporta a la mitología al darnos explicaciones y por conectar el
pasado con el futuro. Incluso las muertes no se sienten tontas sino al
contrario, llegan a doler por bien en que se desenvuelven Archie Renaux,
Isabela Merced, Spike Fearn y Aileen Wu ya que son personajes fueron
construidos con fortaleza.
Fue
asombroso ver la situación en la que se encuentran estos jóvenes, la colonia
infernal en ausencia de un sol, el deseo de viajar y serles imposible por una
compañía tan dura, creo que esto nos ayuda identificarnos y bastante. Tener el
cameo de Ian Holm como Ash, que en paz descanse, me resultó emocionante y
quiero creer que recurrieron a las grabaciones originales. La ventaja de tener
a Ridley Scott como productor.
La
cinematografía en Romulus es nostálgicamente aterradora. Tan familiar que nos
hace querer visitarla de verdad, y confieso que los facehuggers recibieron el
mejor uso todavía. Fede Alvarez sí que ama esta saga y lo demostró al
entregarnos una sólida dirección porque todo se siente autentico. Espero y su
interés por producir AVP se vuelva viable al igual que la tercera precuela de
Scott entré en proceso tras el retorno triunfal de su taquilla.
Me da gusto haberme dado el tiempo de haber
visitado la Saga porque al final todo brindó frutos y si eres un apasionado de
este terror espacial, entonces la función IMAX debería ser tu formato para
verla porque la calidad en la que se desenvuelve lo vale cada minuto.
Con una posibilidad de cerrar en los $ 300 millones mundiales, espero y el estudio se anime a retomar las producciones pendientes de Alien: Awakening y las rumoradas readaptaciones de AVP y Alien 3-4.