Dos comedias completamente opuestas cuya coincidencia es que ambas fracasaron en la taquilla doméstica e internacional. Primeramente comenzaré con El Amor Llama Dos Veces; la verdad, los avances indicaban otro estilo narrativo y esencia del personaje lo cual podría justificar su poca atracción en los cines. Es cierto que es un drama crítico, ligero y fugaz, pero Tom Hanks la saca adelante como director y actor.
Me pregunto si Julia Roberts haya cobrado menos de sus rutinarios $ 20 millones porque el presupuesto general de la película sólo fue de $ 30 millones de dólares. Hasta la fecha, nadie ha dicho nada por lo que analizándolo adecuadamente, la producción si podría haberse filmado con $ 10 millones debido a que no se necesitaron de muchos recursos monetarios gracias a las ya establecidas localizaciones y vestuarios.
Por segunda ocasión se reúnen los ganadores del Oscar Tom Hanks y Julia Roberts pero en lugar de su aburridísimo drama-político pasado, encabezan una encantadora y simpática comedia romántica. Ambos veteranos se apoyan en sus personalidades clásicas y no saturan la pantalla. De hecho, nunca los vemos como pareja ni tampoco se indaga mucho en la relación estudiante-maestro.
Por ende concuerdo con los críticos de que el guión es convencional y pasajero. Sin embargo, no quiero decir que no funcione para sí mismo. Me agrada el valor de una educación universitaria y especialmente de las clases de discurso o economía. Asimismo se promueven la exploración de la personalidad, el desenvolvimiento social y la sana diversión. Tampoco falta la crisis económica y los engaños empresariales.
Sin duda la recomiendo para pasar el rato y a la vez adquirir un poco de la aventura que recibe el personaje principal ya que básicamente la vida no sólo está para aprender sino para disfrutarse. Mi calificación es 3 de 5 de estrellas porque siento que se pudo haber profundizado más en la historia y su contexto escolar.
De aquí nos vamos con Si Fueras Yo y no entiendo porque este género de cambio de cuerpo tiende a usarse frecuentemente. La única buena y en cruzar los $ 100 millones se debió a Big gracias a la primera actuación nominada de Tom Hanks. De ahí Jenifer Garner relució desde otro enfoque en Si Tuviera 30. No obstante, ambas fueron adaptaciones limpias por así decirse. No hubo doble sentido, no sexo directo, no mujeres desnudas y absolutamente nada de lenguaje vulgar.
No tengo idea del por qué la fe de Universal en esta comedia que parece haberse inspirado en la trilogía de American Pie. Si hubiera optado más por Quisiera Matar A Mi Jefe y Damas en Guerra, su participación en la taquilla sería distinta. Curiosamente Ryan Reynolds y Jason Bateman lograron filmes de $ 100 millones con Linterna Verde y Quiero Matar A Mi Jefe; mas realmente esta decepción no se les debe acreditar.
Ambos actores se diferencian entre sí, cumplen con sus diálogos pero es obvio que ninguno es realmente un verdadero protagonista. Todavía necesitan de otras estrellas para vender el producto. El otro detalle es el guión, demasiado obsceno y exagerado. Demasiado es demasiado que llega a ser simplista e irreal. Interesantemente existe un mensaje pero fácilmente se mancha por la inmensa suciedad.
Debo añadir que Olivia Wilde se ve hermosa, especialmente cuando usa un vestido rojo. Lamentablemente no enseña más que brevemente y difusamente. Tenía el presentimiento que no era esa clase de actriz. Aun así se requiere de mucha seguridad como lo hizo Leslie Mann. Inesperadamente Alan Arkin se nos muestra en tres segmentos aunque su papel es mayormente de soporte.
Quien escribió este relato, obviamente estaba pensando en contarlo en la forma más grotesca. Realmente es una pena que no hayan encontrado un correcto balance porque existen momentos emocionales que no logran definirse por la espera de que vulgaridad pasará ahora. Entretanto, no puedo negar que hay secuencias divertidas como la orinada en la fuente, los bebes en la cocina y cuando los personajes le revelan la verdad a la esposa.
En conclusión, le doy 2½ de 5 estrellas y sólo la promovería cuando alguien no tuviera nada que ver.
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