Hace 3 años, RED sorprendió por la grandiosa química que compartieron los veteranos aclamados en una premisa divertidamente novedosa. Esta buena vibra resultó en una recaudación cerca de los $ 200 millones globales, dando por hecho una secuela imposible de dejar pasar. Desafortunadamente, RED 2 resultó en un declive del 50% siendo una verdadera lástima por ser dos veces más divertida, dos veces más agresiva y dos veces más interactiva.
Quizás se deba a la fecha programada o el exceso saturado de las
producciones competitivas. Quisiera optar por un poco de ambas ya que mi razón
se simplifica en un mal acomodo en la cartelera. Quienes acudieron a verla
garantizan haberla pasado de maravilla. Tampoco se pueden descartar los avances
por su modo de mostrarla como un suceso pasable y repetitivo, por ello se
malinterpretó como un producto inferior a lo esperado.
Desde esa perspectiva, el director Dean Parisot se desenfocó de la
seriedad para concentrarse en la comedia, la cual torna ser el núcleo de la
trama. Notoriamente el estilo Duro de Matar es destrozado por el tono más a fin
de Chicas Peligrosas y Armadas y Quién son los Millers. En el sentido de
hacernos reír con secuencias surreales sin involucración del lenguaje vulgar o
el humor negro. Lo mejor es que es imparable, el elenco se siente genuino y ninguno
de ellos teme arriesgarse a irse a los extremos por el buen ambiente de Parisot.
Las escenas fluyen con naturalidad y la edición es limpia, inclusive
las transiciones de las ubicaciones representan un homenaje a la fuente del DC comic.
Mayormente se encuentran viajando de un lugar a otro, lo cual cinematográficamente
aprovechan al máximo estos cambios y a través del vestuario los homenajean
aunque en un sentido burdo. Igualmente se hacen observaciones críticas de forma
sarcástica.
La historia carece de la formalidad pasada desviándose un poco su fórmula
clásica, aun así este desorden simplista
se siente validado gracias a su buen guion. Debido a este objetivo, el filme
avanza con buen ritmo y sus pausas funcionan, pero los momentos de drama
terminan contagiándose de cosquilleo porque los diálogos y expresiones de los actores
impiden tomarlos en serio y ello es excelente para pasarla bien.
Los actores parecen estar pasando el mejor tiempo de sus vidas,
literalmente dicho, cada expresión, gesto, secuencia de acción es formidable y
una garantía de que en cualquier instante comenzaras a reírte y no pararás más
que para tomar aire porque inclusive las secuencias de acción también comparten
esta picardía. Bastante ingeniosa añadir este aspecto por parte de Dean Parisot
quien tenía más de 8 años sin dirigir una película. Considerando que su última
obra fue Las Locuras de Dick y Jane, entonces ya uno más o menos entenderá a lo
que refiero.
Bruce Willis se muestra lo más carismático posible pero sin caer en la
exageración. Le añade más humor a sus combates y denota una gran gama de
emociones de las cuales terminan en generar varias risas porque su interacción
con el resto es genuinamente agradable. Debo admitir que si John Malkovich te
pareció gracioso en la anterior, esta vez te parecerá aún mucho más. Lo mismo
aplica para Mary –Louise Parker quien adquiere más presencia por los desafíos escritos.
Helen Mirren continúa asombrándonos con su inexpresividad y elegancia.
Acude al sarcasmo pero es cuando toma un arma, cuando nos deja sin aliento
simplemente por su modo de lucirse. Su compañero Brian Cox la complementa con su
espléndido encanto, porque cabe señalar que comparte las mejores escenas con
Mirren por su romanticismo versus frialdad. Además esos diálogos y postura no
tienen precio.
Entre las nuevas adiciones: Anthony Hopkins es inesperado, Catherine
Zeta-Jones es sensual, Byung-hun Lee es impresionante y David Thewlis es
estable. Del mismo modo que los protagonistas, contribuyen con suspenso debido
a sus posturas cambiantes. Todos en conjunto o por separado cuentan con sus
momentos, sin excepción entran en función y roban escenas. Por tanto, este
trabajo se aprecia y se recomienda. Esperemos exista una tercera ya que sería
una lástima perdernos de otra aventura para morirse de la risa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario