viernes, 16 de septiembre de 2011

Crítica de No Temas A La Oscuridad (Don’t Be Afraid of the Dark)



Guillermo del Toro presenta una película de horror basada en la producción de televisión ABC de 1973. Apoyándose en la temática central, esta vez el cambio significante se concentra en colocar a una niña como la atracción principal mientras se enfrenta con unas criaturas mitológicas provenientes de las profundidades desconocidas y cuyo único acceso se da a través de un pozo de cenizas.

El prólogo es bastante intenso y cumple con preparar el panorama de lo que está por venir más adelante. Los tres personajes del presente se muestran serios y definidos, especialmente la niña quien carga con el mayor peso de la encrucijada. Sus interacciones básicamente son cambiantes por el motivo de las constantes complicaciones y el factor de la falta de creencia. Sorpresivamente esta producción no es 100% de horror sino goza de un rico contexto familiar y artístico.

Sin embargo, Guillermo del Toro falla en entregarnos una obra memorable como lo fue El Laberinto del Fauno, con la cual curiosamente comparten el mismo protagonismo, semejantes cinematografías y efectos visuales. Entre otras de sus producciones, se mantiene alejado del exquisito suspenso y los buenos sustos de El Orfanato. Haber revelado a las criaturas a temprana duración, ocasionó que el suceso se volviera predecible y por ende, se desmoronara hasta su conclusión.

Desafortunadamente esta conclusión no es suficiente para salvarla a pesar de contar fácilmente con una de las mejores escenas por la forma brutal en que se realizan los hechos. Más existen muchas dudas con respecto a lo subsiguiente y el pasado de las criaturas no se revela del todo. En todo caso, hubiera optado por insertar una secuencia de rescate hacia el pozo porque de lo contrario termina conformándose bajo las limitantes del género. Mi sugerencia va más relacionada con el modelo de Aliens.

Concentrándonos en el elenco, Bailee Madison hace un largo brinco de carácter tras haber interpretado a niña cómica y con acento inglés en Una Esposa de Mentira. Dentro del papel de Sally Hirst, adopta una gran gama de emociones sin dejar a un lado la curiosidad e inocencia de una niña. Es impresionante verla llorar mientras sostiene un teléfono y verla con miedo en esas secuencias terroríficas. Yo diría que la pequeña Madison tendrá un provechoso futuro en esta industria competitiva.

Solamente reconocida por Batman Inicia y la serie televisiva de Los Kennedys (omitiendo a Tom Cruise), Katie Holmes actúa con timidez y retroceso. En su rostro se percibe su necesidad por decir algo al respecto de los acontecimientos, pero por la naturaleza del personaje, tiende a soportarlo por ella misma. Generalmente su papel es dramático y ligero a diferencia de la protagonista, pero aun así debo admitir que es la primera vez que respeto su actuación.

Tras participar en El Discurso del Rey, Guy Pearce entra como el típico hombre de negocios lleno de ambición. Su tiempo en pantalla es importante aunque siempre se encuentre desvanecido. En algún punto de la trama, asumí que obtendría el protagonismo por lo visto en el prólogo, pero no fue el caso y por ello me encuentro decepcionado. Tantos elementos y alternativas a su disposición y terminan aplicando lo genérico.

La dirección de Troy Nixey podría simplificarse como bella y decentemente oscura. Menciono bella porque los encuadres de la mansión y sus exteriores muestran una presencia de elegancia, historia y arte vivo. Decentemente oscura porque los tonos y las acciones cumplen con la atmosfera situada exclusivamente en el principio. Consecutivamente de revelarse el elemento sorpresa, el impacto de miedo ya no es el mismo. Es más, sólo hay dos buenos sustos y uno de ellos lo ocasiona accidentalmente un trueno de tormenta.

Siento que la edición del sonido está saturada y repetitiva. Al decir esto me refiero a las constantes voces que bombardean a la protagonista. En un principio si inquietaban pero después hasta causaban risa. Un error de novato, porque el director debe evolucionar la forma de asustar al paso de la historia. De lo contrario se da este derrumbe histórico por su redundancia.

Estipulado lo anterior, debo felicitarlo por haber extraído sentimientos fuertes en Madison puesto que trabajar con niños nunca se es tan fácil. Asimismo, las escenas violentas fueron adecuadamente editadas y gráficas. Yo sé que es una película de horror y por esta razón, le permitiré la prolongación de ciertos sucesos cuestionables.

En conclusión, no hay mucho de qué hablar sobre esta conformada y limitada película de horror. Todo lo bueno yace al principio añadiendo una escena al final. Lo malo sucede exactamente al revelarse las criaturas pero me temo que algunos ya sabíamos de su identidad considerando que en los avances se nos mostraron a la brevedad.


A pesar de contar con un núcleo histórico y cinematográfico,
el suspenso se colapsa después de revelarse el elemento sorpresa.

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