domingo, 28 de abril de 2013

Crítica de Iron Man 3


 
 
Era de esperarse que la primera secuela al universo fijado en Los Vengadores no llegara a esta altura de grandeza, pero aun así la tercera entrega en la serie de Iron Man es novedosa, divertida y emocionante. Aunque la dirección difiera de los aspectos tecnológicos a la evolución cognitiva, fácilmente supera a la segunda y en cierto modo trata de mantenerse a la par con la original pese a la gran cantidad de personajes e inspiración obvia a El Caballero de la Noche Asciende.
 
Inevitablemente existen recursos obtenidos en la Trilogía de El Caballero de la Noche por ejemplo se refiere más a Tony Stark que Iron Man, el verdadero villano se oculta en las sombras y acude a la decepción o el teatro para propagar al miedo, colocan al superhéroe en su punto más vulnerable, el compañero suele apoyar brevemente y sin la ventaja de un traje, similar destrucción de la mansión y un retorno bastante espectacular en la escena del clímax. 
 
Muchos se refieren a Iron Man 3 como la mejor de todas, por mi parte sigo insistiendo que la primera sigue estando en la cima de las adaptaciones por manejar un trama tecnológicamente realístico. Ello no significa que desapruebo la nueva dirección de Disney, después de todo, Los Vengadores cambiaron el mundo de Stark de una forma que en su actualidad hasta el mismísimo superhéroe sigue batallando en aceptarlo.
 
Este giro de mentalidad en Tony Stark denota más humanidad. Haciendo referencia a su estilo de vida pasada en la escena del pasado, sirvió de mucho para fijar las bases en el superhéroe que es ahora. El sarcasmo se reduce, surge la obsesión por sus máquinas por sentirse constantemente amenazado, los recuerdos de Nueva York le causan ataques de ansiedad y curiosamente es ignorado por el Gobierno por encontrarse aliado con Los Vengadores.  
 
Diversas temáticas son presentadas y desarrolladas por completo, quizás el estilo no sea del agrado de muchos porque representa más drama y menos acción de lo acostumbrado, no obstante es entretenimiento sólido por omitir la participación de SHIELD. Se agradece este enfoque centrado  y se aprecia el segmento posterior a los créditos, aunque también me decepciona por no revelar una pizca del futuro a venir. Por lo visto todavía es temprano, pero la risa originada por el cameo de Mark Ruffalo nadie me lo quita.  
 
En cuanto al nuevo director, Shane Black toma las riendas de Jon Favreau y convierte esta adaptación en una secuela más dura. El sarcasmo continúa desarrollándose con agrado pero su verdadero resalte se da en el manejo de los sentimientos. Anteriormente me había quejado de la frialdad expresada en la segunda, pero aquí Black hace buen trabajo en desatar a los demonios de cada uno de los actores. Inclusive el suspenso te pone de nervios y en el proceso logran robarte dos asombrosos sustos.
 
El peligro se ve real y se siente de tal modo por la edición. La secuencia de la Mansión de Malibu, el rescate en el avión y el clímax se posicionan como secuencias difíciles a vencer en el departamento de efectos especiales. Me brinca estar a inicios de verano y estar viendo un contexto navideño. Un poco conflictivo al promover el producto donde curiosamente los adornos navideños no son notorios. Quizás por estar concentrado en el suspenso, no le preste atención al fondo. 
 
La música mejoró y el diseño se lució con los diversos trajes de Iron Man. Básicamente este elemento se colocó para compensar la multitud de superhéroes y funcionó porque no sólo promueve la innovación sino formó parte de un buen festejo de fuegos artificiales. Otra similitud con El Caballero de la Noche, haciendo referencia al cuarto de comunicaciones celulares. 
 
Nuevamente Robert Downey Jr. demuestra ser la estrella de la función y se toma un gran riesgo al darle esa otra cara a Tony Stark. Mostrarse más necesitado, incompetente y volver a empezar desde “cero”. Existe un error porque las bases ya estaban fijas por lo tanto la sorpresa colectiva al final elimina el cero por completo. Su alianza con el niño es hilarante, comedia pura al 100%.  
 
Esta vez me extraño la ausencia de dinamismo con Gwyneth Paltrow, se optó por más seriedad y distanciamiento. Lo cual le dio madurez a su relación. Cabe destacar que Paltrow juega un papel central y finalmente se le da la oportunidad de ser parte de la subliminal acción.  Hasta el momento Guy Pearce se le da la oportunidad de hacer mucho más en el papel de villano de lo que Jeff Bridges y Mickey Rourke hicieron. Excelente trabajo de su parte.
 
Una ligera queja es que los actores de reparto se multiplican ocasionando que algunos sean desaprovechados. Principalmente Ben Kingsley, cuya distinta interpretación y agradable interpretación como El Mandarin decepcionará a los conocedores de los comics. Rebecca Hall sólo funciona de relleno y sus intenciones no se logran a comprender del todo. El ex director Jon Favreau cumple con una breve comedia.
 
El tópico fuerte a tratar es la reducción de Don Cheadle en el traje. Su desenvolvimiento preferente como soldado me hace creer que no existe mucha fe en el futuro de Iron Patriot o War Machine. Obviamente se le da su lugar  pese a su función de mercadotecnia, pero al final del día es una película de Iron Man.  
 
De aquí en adelante se nos queda incierto el futuro de Tony Stark, la conclusión nos ofrece muchas perceptivas que solamente sabremos en Los Vengadores 2. De que estoy interesado, lo estoy pero entretanto me mantengo en espera de Thor 2.   
 
                                  

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