No la típica película
de guerra que solemos estar acostumbrados a ver sino completamente lo opuesto,
un drama humorístico con un toque de arte. Basada en hechos reales, los eventos
toman lugar durante la Segunda Guerra Mundial donde un grupo seleccionado de
soldados son enviados para encontrar y resguardar toda clase de obras
artísticas que fueron robadas y sentenciadas a destruir bajo el mandato de
Hitler.
La dirección de
George Clooney mejoró bastante debido a sus colaboraciones directas con Ben
Affleck en Argo y Alfonso Cuarón en Gravedad. El tono sarcástico se ve
influenciado por la trilogía de La Gran Estafa al igual que el desarrollo y las dinámicas
entre el elenco. Generalmente cumple con
la demanda del género pero nunca llega a profundizar en el núcleo de este
asunto ya que los personajes siempre están distantes entre sí a excepción de unas cuantas secuencias.
Lo anterior viene
mayormente ligado al guión el cual se concentró bastante en resaltar estas
referencias del arte y mantener el contacto humano dentro de estas, pero en
cierto modo el conflicto interno se desaprovechó al tratar de justificarse
estas acciones del pasado cuando debió haberse promovido simplemente el amor y
el deber por proteger este patrimonio histórico.
En el área de la actuación:
George Clooney se reúne con Matt Damon liderando a Bill Murray, John Goodman, Jean
Dujardin y Cate Blanchett. Cada uno de ellos cumple con los roles característicos
de sus personajes aunque tengo entendido que sus descripciones son ligeramente
inspiradas ya que contaron con libertad de reinterpretarse de acorde a los
fondos presentados. Como nota adicional: sentí a Blanchett un poco
desaprovechada, como que un poco más de tiempo le habría hecho de maravilla.
En especial existen tres escenas invaluables: la Madonna, un encuentro inusual con un soldado enemigo y la expresión emocional de Dujardin al acercarse a un caballo. Indudablemente Clooney tiene buena mano y estoy seguro esto es sólo el inicio de buenas adaptaciones.
En especial existen tres escenas invaluables: la Madonna, un encuentro inusual con un soldado enemigo y la expresión emocional de Dujardin al acercarse a un caballo. Indudablemente Clooney tiene buena mano y estoy seguro esto es sólo el inicio de buenas adaptaciones.
La edición del sonido
es excelente hasta el punto de sacarnos unos sustos. Asimismo la composición
musical de Alexandre Desplat embellece la atmosfera con melodías emocionales
especialmente durante la baja de algunos soldados y en su proceso mantiene el
suspenso. Cabe señalar que las ubicaciones fueron aprovechadas al máximo como
el mismo vestuario.
Básicamente es una
producción genuina que con un tono más serio se hubiese destacado más de lo que
merecía, pero de ninguna manera es culpa de Clooney ni de los actores, simplemente la historia
estaba limitada y los personajes demasiado distraídos en sus propias misiones que
no quedó de otra que tratarla de forma sarcástica para compensar lo narrativo.
En conclusión, una
buena obra recomendable principalmente para los amantes del arte y también para
la audiencia general aunque desconozcamos los nombres y las obras de la
humanidad. El mensaje es evidente al final y ello nos pondrá a pensar la
próxima vez que leamos un libro o veamos un cuadro, una pintura o una estatua.
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