En orden de asegurar
la sobrevivencia y mantener la paz debido a un periodo desconocido de guerra,
Chicago dividió su sociedad en cinco facciones: Abnegación, Erudición, Verdad,
Cordialidad y Osadía. Cada una de estas cumple con su propósito de mantener el
equilibrio eliminándose así el error de la naturaleza humana. A través de un
examen psicológico, los ciudadanos de 16 años asisten a una ceremonia donde
deberán elegir su facción correspondiente, Beatriz Prior tendrá que pensar dos
veces ya que podría terminar quedándose sin una facción debido a sus resultados
inconclusos.
Basada en la novela
aclamada de Veronica Roth, Divergente es similar a Los Juegos del Destino en política
y opresión del pueblo. El contexto permanece cercano a la realidad innovándose ciertos
avances tecnológicos en armamento y urbanidad. Un elemento en común que
comparten es que ambas protagonistas no temen en cuestionar el sistema ni
tampoco dudan al actuar en contra de este. Las personalidades se distinguen
entre sí aunque visualmente y en desarrollo de eventos, Divergente vence a Los
Juegos del Hambre: En Llamas.
Esta primera entrega
de tres cumple su propósito de introducirnos en este nuevo mundo del futuro y a
su vez nos entrega una visión a la cual podríamos aspirar. No es de
sorprenderse que encontremos perspectivas relacionadas a nuestra realidad, de hecho en algunos
países se están tomando dichos rumbos con el fin de controlar al pueblo
mediante sus categorizaciones. En primer plano consta de una adaptación analítica
donde la acción, el romance y el humor están en el fondo. El único detalle es que su tercer acto se
torna frenético concluyendo en una especie de preámbulo para la siguiente
secuela.
La dirección de Neil
Burger es metódica durante sus dos horas de duración. La ejecución se siente
limpia y el ritmo es agradable. No puedo evitar encontrarle ciertos escenarios
inspirados en Los Juegos del Hambre sobretodo el entrenamiento y el lugar de
Origen de Katniss Everdeen. Burger saca provecho de su elenco y sus
localizaciones porque su desenvolvimiento se percibe con espontaneidad. El director se luce en las
secuencias de acción, haciendo referencia al tercer acto donde la adrenalina
nos mantiene al borde de nuestros asientos.
Lo que me gusta de Shailene
Woodley es la autentica seriedad que le da a su personaje de Beatriz o Trish
Prior. Woodley disfruta mucho de su desconocimiento en cuanto a las facciones y
su modo de fusionarse. Conforme la vamos siguiendo, nos damos cuenta de la
manera en que la actriz madura. Quizás se vuelva en un ejemplo a seguir para
quienes les suele costar mucho trabajo al momento de elegir o adaptarse, mas su
convergencia es la que muchos deberíamos aspirar a tener en lugar de
conformarnos en un solo modelo de vida.
El Personaje de
Tobias “Cuatro” Eaton es el claro ejemplo de lo anterior. El joven Theo James lució
su presencia física en Inframundo: El
Despertar que aquí se le dio reconocimiento gestal. La química con Woodley es
demasiado reservada para mi gusto hasta el final, lo cual funciona porque el
misterio de no saber que esperar de esa relación nos mantiene intrigados un poco alertados de verla caer en lo mismo
de siempre. Más no hay nada que temer porque James sabe su lugar en esta
historia y por tanto su participación es clave para el futuro.
Kate Winslet destaca
en su primer papel de villana, Jeanine Matthews le sirvió de bien ya que esta
actitud formada mantiene a algunos un poco ansiosos. Estoy casi seguro que esta
postura la podremos detectar en grandes políticos, presidentes e inclusive en
uno que otro de nuestros jefes. Desafortunadamente su presencia es limitada
pero cuando entra a cuadro, nos capta nuestra atención debido a su mirada
fuerte.
Cabe aplaudir a Jai Courtney, Ray Stevenson, Zoe Kravitz, Maggie Q,
Mekhi Phifer, Jai Courtney, Milles Teller y Ashley Judd. Sus contribuciones brindaron enriquecimiento al área de la personalidad
y cultura. Cinematográficamente es
sugestiva en el diseño de las ciudades, la edición general no causa mareo por
su clara nitidez. Los encuadres son rectos y el sonido tanto musicalización se mezclan
con armonía. Faltó un poco más de
creatividad en el vestuario pero se puede comprender la preferencia en sus
segmentos visuales tales como las pruebas psicológicas y el gran muro.
En conclusión,
Divergente no será la obra maestra que esperaban los lectores, tampoco se
convertirá en la siguiente Crepúsculo ni mucho menos aspirará a la grandeza
taquillera de Los Juegos del Hambre. No obstante, esta historia tiene lo suyo y
efectivamente se defiende por su trama original. No se trata del típico relato
de romance y acción, sino aquí se nos induce a cuestionar lo social, las políticas
y nuestra capacidad. Después de verla,
muchos tendrán su propia opinión al respecto, mala o buena es una certeza que
la tendremos cerca por lo menos hasta la llegada de Insurgente.
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