sábado, 2 de febrero de 2013

Crítica de Mama


Inesperadamente un padre de familia mata a sus compañeros de negocios, estrangula a su esposa y secuestra a sus dos hijas. Durante el veloz escape sufren un accidente cerca de los bosques y juntos emprenden un viaje hacia una cabaña donde a punto de ocasionar un suicidio colectivo, una entidad desconocida aparece ejecutando al asesino y en su proceso se hace cargo de las niñas por los siguientes cinco años.  He aquí donde los créditos inician, adentrándonos a un buen relato de horror que nos mantendrá al borde de nuestros asientos desde el primer minuto.  

Básicamente se maneja un suspenso profundo limitándose las escenas intensas. La atmosfera conseguida por el director Andres Muschietti es bellamente tétrica. Todo gira en torno a la edición de sonido, efectos especiales y actuaciones. Estos tres elementos nos causan nerviosidad y un buen par de sustos. Obviamente se puede percibir la mano de Guillermo del Toro especialmente en la cinematografía, guion y la dirección del arte. Con este gran soporte, Muschietti entrega el mejor horror clásico desde La Dama de Negro.
 
Sorpresivamente el fenómeno no se vuelve en la atracción principal sino el desarrollo de la historia en conjunto con el contexto,  los cuales predominan el guion. Usualmente esta clase de películas tienden a dejar inconclusas algunas premisas, sin embargo Mamá es la excepción porque narra los orígenes de la antagonista y su evolución a través de los años. Sin duda es una leyenda adecuadamente adaptada por Muschietti en mayor parte por su debida comprensión al material.
 
A pesar de su estructura genérica, la trama nunca deja de asombrarnos porque existen elementos innovadores. El estilo de Muschietti es ingenioso al momento de emplear la oscuridad y llevar a cabo la realización de las secuencias terroríficas. Naturalmente todo encaja en su lugar y la intriga generada por el desconocimiento de las intenciones de la antagonista nos mantiene en constante suspenso. Sinceramente quien hubiera anticipado que también reiríamos, nos conmoveríamos y nos impactaríamos al ver tan belleza en los paisajes.
 
Llegar a una catarsis de este modo nunca suele ser fácil más Muschietti lo logró. Por lo visto es un don de cada español saber cómo sacar a flote tales sentimientos humanos. Indudablemente las niñas se llevan la película: Megan Charpentier e Isabelle Nélisse como Victoria y Lilly nos causan una severa impresión. Nunca había visto interpretaciones tan tenebrosas como las desatadas en los primeros veinte minutos. Es interesante su proceso de adaptación porque estas niñitas saben desenvolverse de acorde a lo solicitado.
 
Asimismo cada una cumple con definir el estereotipo de sus personajes, Victoria se convierte en la protectora de su hermana y acepta a Mamá pero conforme va viviendo la realidad es cuando empieza a descubrir la verdadera forma de vivir. Entretanto Lilly sigue aferrada a su vieja vida por carecer de un pasado real. Este par de perfiles es bastante certero por los antecedentes investigativos en la rama de perfiles psicológicos.
 
Por otra parte Jessica Chastain demuestra porque ha sido dos veces nominada al Oscar, la respuesta es simplemente porque se transforma en cada papel que toma. De verla como una rubia simpática e inexpresiva, esta vez adopta la personificación de una guitarrista de rock mezclada con una vestimenta un poco agresiva por su interesante tatuaje. El cabello corto y pintado de negro la hace ver muy bonita. Su forma fría de dirigirse a la niñas es hilarante y ver cómo va adquiriendo ese instinto maternal hacia la conclusión, sinceramente nos parte el corazón. Cabe destacar la doble interpretación de Nikolaj Coster-Waldau y la misteriosa caracterización de Daniel Kash.

Entonces artísticamente hablando se acerca a la liga de El Laberinto del Fauno, emocionalmente está en la misma sintonía. Visualmente contiene paneo asombrosos por las localizaciones pero algunas escenas son un poco inquietantes para nuestro gusto. Existe una que otra original de mucho agrado pero otras que ya se habían visto en otras películas que se complementan pese a no ser necesarios. No obstante, la esencia radica en la mezcla de sonido por mantenernos siempre en suspenso.

 
En conclusión, Mamá es una obra de horror que ofrece más de lo que uno anticipaba. No es diabólica en ningún sentido sino al contrario, le da homenaje a la leyenda y buen nombre al género por haber empleado el modelo clásico donde el suspenso y la historia son el centro en lugar de lo grotesco y el misterio. No me queda más que recomendarla por su apego histórico, emocional y transformativo.



 

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