Nunca he sido
fanático de Star Trek, de hecho ni siquiera acudí al cine a ver el reinicio
pese a la increíble recepción crítica. No obstante, el interés me motivo a
hacer una excepción e inevitablemente quedé impresionado con el alto nivel de calidad
con la que operó el director y productor J.J. Abrams, quien en ese periodo no
sabía absolutamente nada de esta franquicia popular.
En base a una
magnifica introducción, J.J. Abrams retoma los elementos clásicos de la serie
original y los mezcla con el estilo moderno del cine americano, agregando un
par de innovaciones tales como comportamiento sarcástico, humor espontaneo y un
antagonismo relevante. Cuatro años han pasado y el contexto no pierde el tiempo
en recordarnos esa gran dinámica que comparte el elenco del USS Enterprise.
Aunque me cueste creerlo, En
La Oscuridad es una secuela superior a su antecesora por su trama
emocional, giros inesperados y espectaculares secuencias visuales. La
inspiración de J.J. Abrams en Star Wars ha brindado frutos porque Star Trek
adopta el esquema de El Imperio Contrataca provocando una extrema demanda
física y mental en los personajes conforme van resolviendo los obstáculos.
Aparte de un villano
excepcional a la Guasón en El Caballero de la Noche, cada uno de los personajes
es puesto a prueba. Todos, sin excepción, experimentan su punto de quiebra y
cuestionan las verdaderas intenciones detrás de la oculta verdad. La moral está
presente en este ambiente como los distintos puntos de vistas de acorde a la
lógica, conciencia o corazonada.
El guion de Roberto
Orci, Alex Kurtzman y Damon Lindelof merece bastante crédito porque no se trata
de una historia simple de acción. Al contrario, la nueva dirección de los
orígenes son desenvueltos en una atmosfera de diversas referencias y creencias.
Comienza como el clásico relato del héroe cazando al malo pero inmediatamente
las circunstancias de los sucesos inesperados alteran este clásico paradigma
convirtiéndolo en un suspenso provocativo.
Cualquier cosa puede
suceder en este universo y aunque se presienta, de igual forma terminas siendo
emocionado por la excelente ejecución de los actos narrativos. Inclusive un par
de sustos te acompañaran en este fascinante recorrido donde una tercera facción
le agrega todavía más impulso de la que ya tenía. Básicamente J.J. Abrams
entrega una secuela maestra que nadie anticipaba y que pocos han sabido valorar
por la sobrevaloración de Iron Man 3.
Prevaleciendo el estereotipo
del rebelde-mujeriego contrarrestado con su capacidad intelectual, Chris Pine
pasa por un proceso asertivo de madurez. Esta evolución característica de Kirk
es notoria porque rara vez los protagonistas tienden a sufrir cambios en su
persona. Usualmente estamos acostumbrados a verlos operar del mismo modo pero
aquí desde el principio es puesto a prueba. Esta conducta se aplaude porque posiciona
el concepto de lo que es un Capitán.
Desafortunadamente
Zachary Quinto no ha logrado sobresalir como su colega, pero empiezo a creer
que desde este momento las ofertas simplemente fluirán y con ritmo. Spock
siempre ha sido un icono cultural no sólo por su remembranza física sino por la
profunda seriedad con la cual se caracterizó Leonard Nimoy. He aquí uno de los
mejores giros puesto que Spock rompe esta racha con una poderosa escena
sentimental.
Por no revelar más
detalles, simplemente comentaré que esta nueva versión de Spock te dejará sin
aliento. Nunca anticipas tales reacciones, obviamente la formalidad sigue
siendo su núcleo pero Quinto se esfuerza al demostrarnos otras cualidades tanto
humorísticas como de ofensiva. Además su química con Chris Pine es formidable,
no cabe duda que será un dúo difícil de vencer este año.
Ahora, uno de los
mejores resaltes y por no echar a perder el entusiasmo de algunos conocedores
de la mitología, Benedict Cumberbatch descrito en una sola palabra sería “Asombroso”.
La ejecución de su voz en conjunto con sus diversas expresiones y maniobras
militares lo coloca en la liga de grandes villanos. El Mandarín habrá
decepcionado en sus dos existencias, pero Cumberbatch cumple con la expectativa
desde antes de exponer su verdadera identidad.
Entre los actores
secundarios: Karl Urban, Simon Pegg y Zoe Saldana siguen inmersos en sus
respetivos roles pero esta vez cuentan con más diálogos de humor. Quizás se
sintió menos atención en John Cho y Anton Yelchin, pero de igual forma se les
dio su lugar. Entre las nuevas adiciones: Peter Weller equilibra la ecuación
mientras Alice Eve participa en quizás una de las mejores escenas por su
contenido brutalmente sugerido.
Se sintió un tremendo
avance en el departamento de los efectos especiales. Fuera de dos novedosos
planetas, las secuencias de acción se conservan como las más épicas de este
verano por su gran respaldo emocional. Iron Man 3 recurrió a elementos foráneos
como un niño para atraer a la demografía infantil y un Iron Patriot para
dirigirse al patriotismo, mientras aquí no existe tal bandera o factor
comerciante, aquí la acción surge conforme los sucesos se van desencadenando de
acorde al corazón del origen narrativo.
Cinematográficamente
es una adaptación creativa por sus diversas secuencias espaciales, estructuras
de las naves, los planetas, combates, persecuciones y sobretodo, el duelo en la
Tierra es bastante fascinante por su constante tensión. Observando este
resultado, no poseo ni la mínima preocupación sobre el Episodio VII de Star
Wars. Conociendo a J.J. Abrams, algo me dice que Star Trek es sólo el principio
de una de sus más grandes películas.
En conclusión,
tampoco poseo duda alguna sobre este giro en la franquicia, el reinicio de Star
Trek era necesario en orden de disfrutar de una de las continuaciones más
emocionantes del verano como lo es En La
Oscuridad.
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