Denzel Washington regresa
al modo Hombre en Llamas en esta
intrigante y agresiva adaptación de la popular serie de televisión del mismo
nombre. Washington interpreta a McCall, un hombre retirado de las Fuerzas
Especiales que decide comenzar una vida tranquila. Desafortunadamente se deja
encaminar por la pureza de la justicia trayendo como consecuencia que se
entrometa en el mundo criminal.
Washington se
desenvuelve en una profunda seriedad de la cual no estamos tan acostumbrados a
ver. Todo lo que transmite o se percibe de este personaje se debe gracias a
este veterano puesto que el guión tiende a presentarlo de forma indirecta.
Sabemos que es un hombre capaz, táctico e inteligente, pero no tenemos la menor
idea si trabajaba de soldado o era un agente encubierta.
Comprendemos que fue
debido a una mujer que decidió dejar este intenso oficio pero desconocemos las
causas de la posible muerte o separación. Como lo mencioné, el guión de Richard
Wenk hace un magnífico trabajo en no revelarnos la verdadera identidad de
McCall. La magia en sí provino de Washigton quien no se quedó atrás en las
secuencias de acción.
Lo anterior me
conecta con la edición, aquella brutalidad de las coreografías sobresalen en la
dirección de Antoine Fuqua. Al parecer las negociaciones agresivas vinieron de
El Rey Arturo y Olimpo Bajo Fuego mientras las tonalidades oscuras y los diálogos
claramente se inspiraron en Día de Entrenamiento. Existen momento en que uno
debe cubrirse los ojos por las explicitas escenas de violencia.
La música de Harry
Gregson-Williams careció de motivación; al principio si parecía congeniar con
la atmosfera tétrica y en presencia del villano se tornaba amenazante, pero durante
el tercer acto perdió fuerza. No sé si se deba a la pausa repentina que sufre
la trama ya que su inicio es lento, adquiere ritmo y luego se corta para desprenderse
totalmente.
Presiento que su
riesgo caerá en las comparaciones directas con Búsqueda Implacable y Al Filo de
la Oscuridad. Básicamente reutiliza los mismos elementos pero se diferencia en
su ejecución y ausencia de información. No será la mejor producción que hable
de venganza, pero al menos en términos de justicia, te hace sentir algo al
respecto dada la corrupción habitual en la cual vivimos.
Marton Csokas es
excelente como Teddy. Indudablemente sabe hacer una entrada. El actor disfruta esparcir
el infierno porque se le ve en su mirada. Csokas tiene un gran talento para
personificar villanos con destreza. No obstante, aquí se nos maneja desde un
enfoque expresivo y no tanto de combate. El no contar con una pelea física con
Washington me la convierte en una producción impredecible.
Sin importar su rol
reducido, Chloe Grace Moretz retoma la madurez en Si Decido Quedarme y la aprovecha
para otorgarle ese conflicto interno a su personaje. Entenderla en bastante
simple, es demasiado joven para tener un pasado a diferencia del principal.
Ambos comparten una formidable química de la cual no pasa desapercibida.
Es grato contar con
las apariciones de Bill Pullman y Melissa Leo, contribuyen con más misterio a
la de por sí identidad desconocida de McCall. Quizás en la rumorada secuela se
pretenda desenvolverlos más ante nuestros ojos, pero no teman, la historia
cuenta con su cierre y no parece quedar cabos sueltos a excepción del pasado de
McCall.
El Justiciero se
apoya en elementos que hicieron populares a otras películas de su género pero
se defiende con su violencia, misterio y drama.
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