domingo, 10 de abril de 2016

Crítica de Volando Alto (Eddie The Eagle)


¡Un espectacular drama de gran inspiración…! Lamentablemente sus funciones se han reducido a una o dos al día y para la tercera semana, es de esperarse su eminente salida de la cartelera por lo que la espera será de tres a cinco meses para revisarla. Aunque cinematográficamente hablando, es una experiencia que debe verse en los cines por su fluida y divertida edición.

Una historia tan especial como la del olímpico Eddie “The Eagle” Edwards debía contarse y que mejor forma de haberse realizado por el cineasta Dexter Fletcher y su productor Matthew Vaughn. Me sorprendía ver el género de comedia involucrado lo cual se tornó genuina por la forma espontánea de haber procedido compensando la tensión de las circunstancias en desarrollo.

Cualquiera podría identificarse con este personaje de la vida real, en especial por aferrarse a su sueño, hecho que no cualquiera tiende a hacerlo y mucho menos hoy en día donde nuestro mundo parece estar diseñado para impedirnos de hacer el máximo esfuerzo. Siempre y cuando nos opongamos a creerlo y estemos dispuestos a pelear como lo hizo Eddie desde los diez años.

La forma de cómo lidió con su incapacidad, sus miedos y aprovechó las oportunidades que se le dieron en su camino, no cabe más que decir que no podría existir un perfecto ejemplo como este. Dirigido principalmente para quienes nos dejamos limitar por nuestras supuestas limitaciones que en realidad pueden moldearse en fortalezas si así lo decidimos.

Entonces mis respetos para los guionistas Simon Kelton y Sean Macaulay porque sin duda le facilitaron el trabajo a Fletcher. Conservaron no sólo la esencia de este talentoso atleta sino aprovecharon su carisma y picardía para hacernos reír de sus vulnerabilidades. De igual manera lo vimos crecer mediante obstáculo tras obstáculo hasta volverse en un auténtico modelo a seguir.

Aquí es donde entra el joven Taron Egerton quien adopta un poco de peso y madurez para entregarnos una actuación digna de aclamarse por su enganche. Al lado del veterano Hugh Jackman, este equipo se convierte en el corazón de la trama. En ningún momento podemos despegar la mirada de ellos, siempre atentos a lo que hacen y apoyándolos hasta el fin.

Debo restringirme al tratar de descomponer su narrativa con más profundidad, hacerlo sería revelarlo todo sin dejar nada al descubierto y me temo que a nadie le gustaría eso. Como bien dije en un principio, esta es una experiencia que nadie debería de perderse porque lo vale cada minuto.

Inclusive lo poco que aparece Christopher Walken es suficiente para elevar aún más la tremenda catarsis lograda por Jackman y Egerton. Añadiendo a esto: los espectaculares escenarios, las tomas aéreas y acercamientos personales de los saltos, la música, ambientación  y los efectos prácticos, Volando Alto es una producción cuyo título está perfectamente justificado. 

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