miércoles, 15 de octubre de 2014

Crítica de Un Paseo por las Tumbas (A Walk Among the Tombstones)


Se sentirá similar a las películas que hemos visto de Liam Neeson pero para nuestro agrado, la acción se desplaza al fondo para darse prioridad al buen suspenso generado por este intrigante y ligeramente divertido trama de la cual Neeson protagoniza con exquisita seriedad.

Primeramente me fascinó que su ambientación se haya ubicado en el año 1999, antes de la era digital y en plena fobia del milenio. Inclusive aprecié  ver aquellos celulares tamaño ladrillo y recordar cuando los periódicos gozaban de credibilidad antes de ser destrozados por las redes sociales.

Scott Frank maneja un tono oscuro combinado con un ritmo pasivo. En ningún momento causa aburrimiento ya que se aprecia cada minuto de su desenvolvimiento narrativa. Definitivamente hizo una gran labor adaptando la novela de Lawrence Block, lástima que no haya sido un éxito en taquilla.

Suele robarnos un par de sustos a causa del sonido; la rectitud en los encuadres  benefician de por sí la excelente ejecución en su edición ya que las pocas secuencias de acción resaltan no por la coreografía de los movimientos, sino por el sello sentimental capturado en los actores.  

La música de Carlos Rafael Rivera ilumina la humilde cinematografía de Mihai Malaimare Jr. El concepto en sí gira en torno a la urbanidad y los peligros que rondan en cada esquina o casa, especialmente en el mundo criminal. Uno encuentra perdición pero asimismo observa la salvación.

La actitud madura de Liam Neeson en base a su profesionalismo culmina en el centro de la atención. Indudablemente destaca por su correcto comportamiento, nos mantiene al tanto del avance de las circunstancias y en momentos, nos llega a importar su seguridad.

Por otro lado, Neeson no necesariamente carga con el peso, el resto del elenco se crece alrededor de su presencia. Conforme nos enganchamos con este escenario psicótico, somos testigos de la evolución de los involucrados. Gracias a un guión impredecible, uno que otro nos agarra desprevenido.

Dan Stevens y Boyd Holbrook dan mucho de qué hablar como los hermanos Kristo. Varios secretos activados por sus opuestas caracterizaciones. A duras penas simpatizamos pero dado el giro de la historia, estamos atentos a las decisiones que vayan a tomar ya sea juntos o por separado.          

El jovencito Brian “Astro” Bradley demostró tener mucho carisma además de que en ningún momento se intimida ante Neeson, al contrario, la química fluye entre ambos de una forma inusualmente complementaria. Creo que en un futuro volverán a unirse, veo mucho potencial en este dúo.   

Para finalizar, Un Paseo por las Tumbas se desvía de la familiaridad de Neeson adoptando un estilo metódico, criminalmente sugestivo y personal. Tampoco es el típico juego de al gato y al ratón, aquí se trata de estar adelante de los criminales esperando no volverse a cometer los mismos errores.     

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