domingo, 12 de febrero de 2017

Crítica de Enemigo de Todos (Hell or Hight Water)


Hell or High Water: robos, outsiders, lealtad e ironía | Cine O'culto

Posteriormente de haber recibido cuatro nominaciones de la Academia entre estos Mejor Película, Actor de Reparto, Guión Original y Montaje, me fue imposible no analizarla en víspera de su reciente estreno. Difícilmente se hará acreedor de una estatuilla pero para CBS Films, encontrarse compitiendo entre las mejores es más que suficiente para referírsele como un éxito.

La historia se enfoca en Toby Howard cuya relación con su hermano es puesta en peligro tras inmiscuirse en una serie de robos con la finalidad de sacar a su familia adelante. En contracara tenemos a dos Rangers a cargo de rastrear a estos hermanos y ponerles un alto aunque esto signifique recurrir al uso de armas dentro de un pueblo tan empobrecido.

A simple vista no parece tener mucha profundidad descriptiva a excepción de un eficaz guión. Teniendo a Sicario como antecedente, Taylor Sheridan define a sus protagonistas y antagonistas de forma directa y sin rodeos; inclusive se llega a un punto en que no sabemos a quién respaldar porque ambos bandos gozan de un contexto justificado.

A falta de una conexión emocional, el director David Mackenzie lo compensa con la acción y el suspenso, especialmente durante el primer y último acto. No se deja llevar por los prejuicios simplemente se enfoca a desenvolver físicamente y mentalmente a cada uno de los cuatro integrantes de este de por sí talentoso cuarteto.

Me es extraño ver fachoso a Chris Pine, obvio que había optado por un rol similar en Imparable pero como Toby, hace a un lado su carita y se torna brutalmente serio tal como se le requería. Junto a Ben Foster, se capta el contraste aunque a estas alturas Foster ha demostrado ser absolutamente una garantía ante roles como El Último Sobreviviente e Infierno.  

Efectivamente Jeff Bridges se merecía agregar otra nominación a su impresionante currículo. Similar a Temple de Acero pero no del todo ya que suele estresarte la mitad del camino para que en la otra mitad terminé llevándose la mejor escena. Su compañero Gil Birmingham se benefició al tenerlo siempre a su lado, de lo contrario, hubiese pasado desapercibido.

Para ser básica su cinematografía, indiscutiblemente el montaje fue excepcional viendo como la película corría el riesgo de caer en lo genérico por ser pausada y ligera en su tratamiento interpretativo. No que la encuentre la desvaloré, es sólo que si no fuese por Bridges, Pine o Foster, difícilmente la hubiese visto contender con el resto de las nominadas.

Calificación: 3½ de 5 estrellas

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