John Wick se
encuentra en duelo debido a la muerte reciente de su esposa. Tras hacerse cargo
del funeral, recibe de regalo un cachorro por parte de la fallecida con el
propósito de que siga adelante. Wick inmediatamente se encariña del pequeño y
cuando todo parece marchar bien, su pasado lo alcanza provocando que recurra a
sus viejas costumbres en orden de cobrar
su venganza.
Los directores Chad
Stahlski y David Leitch se distinguen no sólo por posicionar a este antihéroe dentro
de un contexto criminalmente moralista, sino por la ejecución de las
impresionantes secuencias de acción en conjunto con el sarcasmo, la intriga y su
tono dramático. Tiene su lado sentimental y le da su lugar a las mascotas.
Personas que hayan
convivido con animales, especialmente con perros, se sentirán conectados desde el
principio. Quienes en cambio no, podrían no encontrarle interés al menos que
esta dinámica relación entre Wick y el cachorro le tienten la curiosidad porque
en sí llega a ser lo suficientemente tierna para engancharnos.
John Wick parece la
suma de El Justiciero y las dos primeras partes de Búsqueda Implacable, con la
excepción de que destaca por su propia identidad, violencia y códigos. Keanu
Reeves es la clave por lo cual esta adaptación funciona en este género
competitivo. No tendrá el porte de Liam Neeson ni la serenidad de Denzel Washington,
pero vaya que tiene una destreza al momento de sujetar un arma.
Reeves se inspira en
algunas maniobras de Jason Bourne pero básicamente su inexpresividad y
determinación lo hacen sobresalir en cualquier escenario. Mantiene cierta
elegancia en las distintas tácticas de combate. No es un personaje que nos
conmueve a simple vista, para eso está Bridget Moynahan ya que le aplica esa
capa humanista.
A pesar de parecer el
típico héroe de acción que nunca está en peligro, aquí se hace la excepción en
varias ocasiones gracias a su elenco secundario de Michael Nyqvist, Alfie Allen,
Adrianne Palicki, Dean Winters, Ian McShane y Willen Dafoe. Cualquiera de estos
actores representa una amenaza por sus habilidades en pantalla.
No se requiere de un
determinado desarrollo de personajes, aquí las cosas son como se ven. Un mundo
de asesinos con costumbres y tradicionales, pero bajo un código de moral que les
permita no sólo coexistir entre ellos sino hacer las cosas de manera correcta. Así
que, no sólo es cuestión de violencia, se trata de mantener el balance.
John Wick es lo que
es, no hay mucho por decir, a excepción que es fácilmente una de las mejores
películas de acción de 2014. Sugestiva, sarcástica, sangrienta y ligeramente
emotiva. Indudablemente, la perfecta franquicia para Keanu Reeves, si opta por continuar
con la secuela.
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