miércoles, 7 de enero de 2015

Crítica de St. Vincent


Vincent MacKenna es un alcohólico, apostador y retirado veterano de la guerra. Imposible de querer y menos ante la ausencia de dinero. Sin embargo, tiene todas las cualidades para ser un santo y el hijo de su nueva vecina se lo hará saber mediante una dinámica inapropiada.   

La historia podría estar inspirada en la serie televisiva de Two and a Half Men, haciendo referencia a la versión con Charlie Sheen puesto que la semejanza entre los personajes Charlie y Vincent encajan en el mismo estereotipo y con sutileza.

Lo que hace que el humor negro no se sienta tan ofensivo, radica en el cuidado intensivo de Theodore Melfi. El director está consciente del alcance familiar y por tanto no se excede en lo visual. Las groserías son comunes pero es su contexto humano la cual lo asemeja a nuestra realidad.

Socialmente será analizada, estudiada y comparada. También en el plano educativo, ya que se promueven los buenos valores. Se recalca la importancia de una educación, la libertad de expresión y el respeto ajeno. No sólo proceder al castigo sino investigar el trasfondo de la problemática.

Inesperadamente nos da un golpe de conciencia; no dudo de su valioso contenido ya que seguramente habrá uno que otro que se identifique. Lo mejor de todo es que cualquiera puede apreciarla, desde niños hasta mayores.

Hace un buen que no vemos a Bill Murray en el panorama de los Oscares, empiezo a creer que esta formidable y excéntrica interpretación como Vincent lo pondrá en la contienda. No sólo te hace reír de sus ocurrencias las cuales salen con tanta naturalidad sino te sabe llegar al corazón.   

Para tratarse de su debut, Jaeden Lieberher se desenvolvió con profesionalismo. Pareciera que ya tiene años en esto, evidentemente tuvo a un gran maestro. La relación con Murray es clave por la cual la película ha estado recomendándose.   

Tampoco descartemos a Melissa McCarthy a quien me fascinó verla seria. Ya era hora que la sacaran de ese encasillamiento porque apenas nos dio una probada de su versatilidad. Todavía tiene mucho por ofrecernos en el campo dramático.

Naomi Watts es sensacional como Daka, en un descuido y podría robarse un par de nominaciones. Irónicamente no la armó como la Princesa Diana pero como la dama de la noche, excedió las expectativas.    

En el papel del hermano Gerarhty, Chris O’Dowd nos contagia con su carisma. Cabe señalar que participó con McCarthy en Damas en Guerra, aunque aquí se marca la primera vez que actúan juntos en una escena memorable, especialmente por la profundidad en sus expresiones.   

Más que una comedia oscura, es un drama único principalmente por su poderoso elenco, conmovedora historia, fantástico humor y mensaje humano. Ligeramente influenciada por la religión aunque promovida con plena flexibilidad. Justamente en la liga de Juno y Pequeña Miss Sunshine.

No me sorprendería que tanto película, director, guión o los actores obtengan nominaciones. Por lo regular, el guión tiende a ganar en este tipo de casos. Así que las probabilidades están a su favor.   

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