Vincent MacKenna es
un alcohólico, apostador y retirado veterano de la guerra. Imposible de querer
y menos ante la ausencia de dinero. Sin embargo, tiene todas las cualidades
para ser un santo y el hijo de su nueva vecina se lo hará saber mediante una
dinámica inapropiada.
La historia podría
estar inspirada en la serie televisiva de Two
and a Half Men, haciendo referencia a la versión con Charlie Sheen puesto
que la semejanza entre los personajes Charlie y Vincent encajan en el mismo
estereotipo y con sutileza.
Lo que hace que el
humor negro no se sienta tan ofensivo, radica en el cuidado intensivo de
Theodore Melfi. El director está consciente del alcance familiar y por tanto no
se excede en lo visual. Las groserías son comunes pero es su contexto humano la
cual lo asemeja a nuestra realidad.
Socialmente será
analizada, estudiada y comparada. También en el plano educativo, ya que se promueven
los buenos valores. Se recalca la importancia de una educación, la libertad de
expresión y el respeto ajeno. No sólo proceder al castigo sino investigar el
trasfondo de la problemática.
Inesperadamente nos
da un golpe de conciencia; no dudo de su valioso contenido ya que seguramente
habrá uno que otro que se identifique. Lo mejor de todo es que cualquiera puede
apreciarla, desde niños hasta mayores.
Hace un buen que no
vemos a Bill Murray en el panorama de los Oscares, empiezo a creer que esta
formidable y excéntrica interpretación como Vincent lo pondrá en la contienda.
No sólo te hace reír de sus ocurrencias las cuales salen con tanta naturalidad
sino te sabe llegar al corazón.
Para tratarse de su
debut, Jaeden Lieberher se desenvolvió con profesionalismo. Pareciera que ya
tiene años en esto, evidentemente tuvo a un gran maestro. La relación con
Murray es clave por la cual la película ha estado recomendándose.
Tampoco descartemos a
Melissa McCarthy a quien me fascinó verla seria. Ya era hora que la sacaran de
ese encasillamiento porque apenas nos dio una probada de su versatilidad.
Todavía tiene mucho por ofrecernos en el campo dramático.
Naomi Watts es
sensacional como Daka, en un descuido y podría robarse un par de nominaciones.
Irónicamente no la armó como la Princesa Diana pero como la dama de la noche,
excedió las expectativas.
En el papel del
hermano Gerarhty, Chris O’Dowd nos contagia con su carisma. Cabe señalar que
participó con McCarthy en Damas en Guerra, aunque aquí se marca la primera vez
que actúan juntos en una escena memorable, especialmente por la profundidad en
sus expresiones.
Más que una comedia
oscura, es un drama único principalmente por su poderoso elenco, conmovedora
historia, fantástico humor y mensaje humano. Ligeramente influenciada por la
religión aunque promovida con plena flexibilidad. Justamente en la liga de Juno
y Pequeña Miss Sunshine.
No me sorprendería
que tanto película, director, guión o los actores obtengan nominaciones. Por lo
regular, el guión tiende a ganar en este tipo de casos. Así que las probabilidades
están a su favor.
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