La introducción de la introducción se resume en más incógnitas que
respuestas sobre este universo futurístico de una sociedad dividida en
Facciones para mantener la paz. Comenzó con sumo interés pero bajo esta tercera
entrega, me temo que se desvaneció en cuanto se nos presenta otro absoluto
contexto que engloba todo lo que hemos llegado a conocer.
Lo sé, lo sé… probablemente no hayan entendido ninguna palabra de lo
que dije, más no es difícil de entender, cuestión de prestar atención en el
debido momento y lo captaran ya que no hay nada nuevo que no hayamos visto
antes en otras adaptaciones similares. Tal parece el género juvenil está tornándose
demasiado genérico incluso para el público en general.
Desde esa perspectiva es bastante similar a Los Juegos del Hambre,
inclusive en su transportación, tecnología, vestuarios, milicia, política y cinematografía.
Después de haberse robado el clímax de Maze Runner con Insurgente, uno observa
como los mismos elementos se vuelven a reciclar perdiéndose el absoluto interés
de los protagonistas ante la falta de un crecimiento creativo.
En sí no hay ningún avance en la historia, todo parece girar en el
mismo eje pero a través de otros ojos. No he leído las novelas y menos lo haré
ahora a sabiendas que la adaptación se aleja de la novela. Tampoco me sorprende
dado el relleno añadido considerando su reducido volumen. Al menos terminó
siendo más entretenida que SInsajo Parte 1 Maze Runner: La Prueba del Fuego.
Confieso que las secuencias de acción fueron mucho mejor que las
antecesoras en cuestiones de combate y efectos especiales. Esta vez hubo
mejores herramientas, sin embargo, la ausencia de un enganche emocional provocó
que no nos preocupáramos por los personajes principales. Incluisve el romance
entre Trish y Four se siente plano como la relación con sus otros compañeros.
El elenco no logra trascender ante su colocación en el tercer plano.
Sólo parecen estar pasando el rato en sus nuevas asignaciones que carecen de su
total potencial. Shailene Woodley pierde importancia, lo único suave de ella es
su nuevo corte. Theo James se esfuerza pero esta vez sólo está de relleno.
EN contraste con las anteriores, Ansel Elgort recibe más atención como
Caleb aunque todavía su relación con Trish sigue careciendo de una correcta
interacción y vaya que había algo por profundizar en víspera de los sucesos
pasados. Miles Teller como Peter sigue
siendo el mismo cretino de siempre como Zoe Kravitz sigue sin mostrar una
verdadera personalidad.
De nueva cuenta Naomi Watts, Octavia Spencer, Ray Stevenson y Maggie
Q. fueron desaprovechados. Sin un justificante histórico, ni para qué meterlos.
Inclusive las nuevas adiciones de Jeff Daniels y Mekhi Phifer lograron
trascender. En realidad, ni para que molestarse en haber dividido esta entrega
en dos partes.
Muy pronto Lionsgate se dará cuenta del terrible error cometido en
haberla divida en dos, aunque lo desacrediten mediante títulos diferentes. En
sí la tercera entrega de Divergente no es tan mala como parece, sólo es
desaprovechada. Nos otorga un par de decentes efectos especiales y una trama
para pasar el rato mientras se aproxima el verdadero final.
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