domingo, 27 de febrero de 2011

Crítica de El Discurso del Rey (The King’s Speech)


Un drama histórico basado en la toma de poder del Rey George VI y sus sesiones de terapia de lenguaje durante 1925 a 1939. El contenido es autentico pese haberse empleado la imaginación como lo comentó el guionista David Seidler. Sin embargo, Seidler utilizó diálogos y descripciones del diario del terapista Lionel Logue sobre su relación con el Rey George VI. También estuvo siguiendo de cerca la vida y los discursos del Rey durante su niñez y juventud.

Es una interesante historia, quién hubiera imaginado que el Rey careciera de la habilidad de hablar claro y fluido ante su pueblo. Una problemática que varios hemos tenido la mala fortuna de compartir. La impecable dicción sigue siendo un factor crucial en una sociedad porque así lo demanda. Es difícil sobresalir si no se posee una buena voz. Como se puede notar, esto viene del pasado y sigue firme en nuestro presente, por lo que esta travesía del Rey se convierte en un producto de inspiración y superación personal. 

Cabe señalar que el Rey George VI es el padre de la Reina Elizabeth II. En un par de escenas podemos verla de niña antes de involucrarse en la política. Después de varias adaptaciones siendo la más importante La Reina (The Queen), fue un giro excelente rebobinar al pasado para narrar parte de la historia de su padre.   

En el papel del Rey George VI, Colin Firth nos demuestra su frustración y presión al no poseer una buena dicción. Incluso su tartamudez es tan real que logra vincularlo a lo mental. No fue un personaje nada fácil, pues no sólo requirió desgarrar su lenguaje, sino darle expresión a su cuerpo, realizar ejercicios vergonzosos y tediosos, adquirir carácter pero sobre todo mostrar presencia. Su interacción con Geoffrey Rush es puramente extraordinaria tanto en lo dramático como en los pequeños momentos de comedia. Firth se benefició de la experiencia y dones de Rush porque logra ponerse a su altura y en el proceso destaca como el elemento primordial del filme. Este desempeño significa la mejor actuación de su carrera y por ende es sinónimo de Oscar.

Geoffrey Rush brinda su elegancia y perfección al escenario. Su introversión es exquisita durante las sesiones de lenguaje. Para algunos nos darán risa sus consejos y métodos pocos ortodoxos mientras para otros, sabemos exactamente lo valiosos que son. Su selección como Lionel Logue fue perfecta. Nadie más podría interpretarlo con seriedad y encanto a la vez. Su brillantez recae en sus gestos, articulación y movimiento corporal. En pocas palabras, Rush es una figura poética que merece el reconocimiento de su actuación.

La participación de Helena Bonham Carter como la esposa del Rey George VI es agradable por la honestidad del personaje. Su interpretación no varía en los estados de ánimo porque su comportamiento es exactamente el de una reina. Por ende encaja naturalmente con Colin Firth y Geoffrey Rush. Debo admitir que encuentro su acento bastante apreciable y en situaciones sus diálogos críticos tienden a percibirse con humor.         

Entre otros del reparto, Guy Pearce como el Príncipe de Wales agrega un sabor de antagonismo y liberalismo. No se puede negar tampoco la presencia de Michael Gambon, a diferencia de su papel prominente de Dumbledore en Harry Potter, quien entrega una tremenda escena de frustración y nostalgia.   

Este marca el segundo filme artístico que dirige Tom Hooper quien demuestra estar a la altura de la talentosa producción. El Director aprovecha los encuadres panorámicos para mostrar el lenguaje corporal de los actores, presta atención a los gestos y emite dinamismo a las secuencias de terapia. El clima de depresión es notorio al igual que la constricción del protagonista, pero en ningún momento la dirección de la trama se siente tediosa.          

Los lugares seleccionados son mayormente en interiores y uno que otro por la ciudad  o parques. El principal escenario es un estudio sencillo atractivo y adornado cuya consistencia es la participación de los actores. La coronación de la Catedral se mira en preparación porque el presupuesto era limitado. Aunque la primera secuencia en el estadio Wembley es cautivante.

La música de Alexandre Desplat cumple con la temática de la película. Abordado desde su contexto, enriquece las situaciones y sentimientos del Rey con un estilo clásico inglés. 

En conclusión, un filme que debe verse por su excelente contenido histórico mezclado con el humor inglés y el acompañamiento de la música clásica. Sin olvidarnos del vestuario, la cinematografía, el arte, la política y los consejos de dicción. 

En resumen:


CATEGORIA
DESCRIPCIÓN
CAL.
Dirección
(Centrada en el Director)

Tom Hooper demuestra estar a la altura de la producción talentosa.
9.5
Actuación
(Reparto en Gral)

Colin Firth entrega la mejor actuación de su carrera desarrollando por primera vez su presencia. Geoffrey Rush es una figura poética que merece reconocimiento y Helena Bonham Carter se comporta como una verdadera reina.
10
Edición
(Sonido, FXS, Música)

 Dinámica y musical en las secuencias de terapia.
Siempre de acorde a las acciones y sentimientos del Rey.
9.5
Guión
(Historia y Personajes)

Una autentica y creativa historia del Rey George VI cuya problemática, contexto y desarrollo son apreciables y comentables.    
10
Cinematografía
(Escenografía, Arte, Vestuario, Maquillaje)

Los escenarios son básicos y estables, adornando de buen arte y vestuarios, pero su resalte se debe a las participaciones del reparto.
9.0

PRESENTACIÓN FINAL    9.6     
*UNA HISTORIA EXTRAORDINARIA*

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