Gerry Lane y su
familia esperan en el habitual tráfico de Filadelfia cuando inesperadamente son
atacados por un brote masivo de muertos vivientes. Inmediatamente el retirado investigador
de la ONU recurre a sus tácticas militares y guía a su familia hacia un lugar a
salvo. No obstante, todo tiene un precio y por ende Gerry tendrá que retomar su
antiguo oficio para encontrar el origen de este virus y asimismo garantizar la
protección de sus seres queridos.
Una entrada bastante atractiva
y reforzada por una excelente mercadotecnia pese a la existencia de una
recepción mixta generada por su desapego a la fuente original. No es un género
que la mayoría tienda a verla en los cines pero en esta ocasión, ha sido la gran
excepción de la taquilla porque sus números iniciales han superado las
expectativas. Adentrándonos a este giro apocalíptico:
El guion de Matthew
Michael Carnahan está basado en la novela popular de Max Brooks la cual consiste
en la narración de múltiples relatos. Este esquema dramático se rediseña con el
fin de enfocarse en una sola travesía personal dentro de un contexto tanto
familiar como geo-político. Del mismo modo, el horror pasa a segundo plano
centrándose el suspenso mediante la enorme escala de sucesos en las secuencias
descritas.
Esta adaptación va
dirigida a los amantes de acción y el suspenso, ya que no ofrece muertes desagradables
ni tampoco trata de enredarse con el concepto de los zombies. Simplemente es entretenimiento
sólido que te pone a pensar en el fin de los tiempos. En cierto modo carece de
desarrollo de personajes y el propósito de la dirección no se torna clara hasta
la inclusión del tercer acto, donde Drew Goddard y Damon Lindelof jugaron un
papel esencial.
Se entendía que la
conclusión original consistía en dos batallas similares a las secuelas de
Resident Evil 4-5, pero debido a la desconfianza de este aspecto genérico, se
recurrió a Goddard y Lindelof quienes inmediatamente recordaron a los
productores de la importancia paternal del personaje principal y por ello, decidieron
bajar los niveles de saturación hacia un tono personal el cual conllevo a la
implementación de las instalaciones de la W.H.O.
Cabe subrayar que
esta es la primera parte de una posible trilogía por lo que algunas preguntas permanecerán
abiertas. No se requiere quebrarse la cabeza ya que esta trama se accede a través
de la lógica de los hechos mostrados. Debido a su naturaleza instintiva, se nos
será fácil digerirla aunque el contraste de comenzar en grande hasta terminar
en bajo podría decepcionar a algunos.
Indudablemente la
dirección de Marc Forster es intensamente espectacular. Desde que comienza te
mantiene en tu asiento con constante suspenso, un par de sustos e invasiones
sugestivas. Considerando su previa experiencia en 007: Quantum, los combates se
ven realísticos y las tomas aéreas de las ciudades son increíbles de observar
inclusive durante el ataque de los zombies, un factor innovador para este
género.
La edición está
limpia porque cada encuadre, aspecto técnico y sonido estuvieron bien coordinados.
Forster enfocó su atención no sólo en el horror sino en la atmosfera que los
desenvolvía, por esa razón el desempeño de los zombies resultó uno de los
mejores resaltes por su genuino comportamiento, maquillaje y efectos
especiales. Además se aprecia los detalles apocalípticos en las localizaciones
de Filadelfia, Corea del Sur e Israel. Sin olvidarnos de la impresionante secuencia
del avión.
Desde que se volvió
padre de familia, Brad Pitt ha crecido mucho en sus películas y en esta
participación lo demuestra. No sólo se defiende en las escenas físicas sino que
expresa ese sentimentalismo en su seriedad. Su aspecto predominante es la de un
padre en lugar de un agente, pero en ambas conductas sabe distinguirse con
cautela de no caer en lo excesivo. Por tanto Pitt se convierte en una figura compasiva.
Entre las escenas
sobresalientes: Pitt brilla en el escape de Filadelfia, su modo de contención
en Jerusalén donde saca lo mejor de su co-protagonista Daniella Kertesz y su
encuentro cara a cara con un muerto viviente, fácilmente el momento culminante
de la película. Dicho lo anterior, todavía
existe mucho terreno por abarcar de este personaje, aunque también posee un
pasado interesante. Nunca se sabe, la secuela podría introducir un segmento de
sus primeras misiones o podría abarcar las razones por las cuales optó por
retirarse de la ONU.
Digan lo que diga,
Guerra Mundial Z merece crédito por haber renovado el género de los zombies. Dada
la buena ejecución de Forster, no se descartan las posibilidades de convertirse
en un evento real considerando los brotes de rabia y la píldora que causaba que
algunos individuos se comieran a otros vivos por un apetito insaciable. Por
tanto su mensaje subliminal consiste en estar siempre preparados, especialmente
dirigido a los Gobiernos.
En cuestiones de
secuela, comparte el mismo destino de Prometeo porque la segunda entrega cuenta
con la tarea de darle seguimiento a varias temáticas pendientes. El sendero a
seguir podría radicar en los orígenes de sus fenómenos sobrenaturales,
explicados desde el presente o con la adición de algunos viajes al pasado. Pasé
lo pasé, Guerra Mundial Z estará en el radar de muchos gracias a este buen prólogo.
Pepsi se vuelve la bebida oficial del apocalípsis tras el subliminal e ingenioso comercial del Sr. Pitt.
Pepsi se vuelve la bebida oficial del apocalípsis tras el subliminal e ingenioso comercial del Sr. Pitt.