La época donde una
trilogía era más que suficiente ha dejado de existir. Hoy en día se requieren
de al menos dos aunque próximamente serán tres. Seguramente nadie anticipaba
que la nueva dirección de Rápidos y Furiosos (2009) se convertiría en la
siguiente gran atracción. De hecho, se consideraba a Fast Five como El Imperio
Contrataca de esta Saga; por lo visto este título cambiará de conductor.
En primera estancia,
las secuencias de acción adoptan otro nivel que difícilmente podrá ser superada
en cuestiones de carreras o cacerías. En serio, nunca había visto algo tan
asombroso e intensivo. Justin Lin ha dejado su marca de nuevo porque haber
decidido omitir la estrategia por una dinámica agresiva resultó favorable para
una antepenúltima producción.
No te ríes tanto pero
el buen humor sigue presente, inevitablemente se sufre más. La tragedia rodea
este mundo vinculándose más con la cuarta entrega, la fundadora de este futuro.
Se agradece el video introductorio porque se nos muestran los momentos épicos de
la serie entera. La estrategia pasa a un segundo plano y el principal enfoque radica
en un juego moderno del gato y el ratón.
El elenco seguirá
siendo el mismo más el contexto es totalmente innovador. Los villanos son más
extremistas y duros de vencer. La historia cambia a un tono brutal, los planes
son breves y los personajes secundarios adquieren presencia principal. No
obstante, se tienen más sorpresas pero en cuestiones de narrativa dramática, su
fuerte radica en su género en lugar de los integrantes y por ello se queda así
de cerca de superar a la quinta.
Justin Lin se despide
de la serie en alto y ello no se puede decir de cualquier director. El
siguiente tendrá mucho por hacer en orden de superarla pero sobretodo, su
objetivo será mantener ese espíritu de alta velocidad. Asimismo se agradece
haber hecho referencias a Tokyo Drift, seguramente tendrá un nuevo significado
dado la escena adicional y encuentre quizás la apreciación que la mayoría se
reservó durante su lanzamiento.
Interesante contar
con Dwayne Johnson dentro de esta brigada de supuestos criminales. La química
con el elenco es bastante impresionante y debo admitir que es la perfecta
movida porque haberlo ignorado hubiese sido un terrible error. Después de todo,
su involucración en la quinta no fue mera suerte. Sin embargo, me hubiera
gustado ver un poco más de desarrollo interno para comprender su conducta
radical.
Vin Diesel cumple con
las expectativas del mismo modo que Paul Walker. Ambos han estado haciendo este
papel por algo de tiempo y cada uno se ha defendido con sus propias
habilidades. Diesel balancea su condición física con conciencia y valores
familiares mientras Walker se destaca por su humildad y sensibilidad. Este
modelo destroza el machismo y posiciona a los hombres como más que testosterona
y músculos, sino seres capaces de sentir.
Bienvenida de nuevo
Michelle Rodríguez, debo admitir que nunca he sido seguidor de este personaje.
De hecho me alegré de haberla visto eliminada al principio de la cuarta.
Posteriormente comencé a extrañarla desde que cambió con Avatar. Fue correcto
resetear su patrón porque se nota la evolución de una guerrera a una confusa y
vulnerable mujer. Sigue siendo peleonera pero al menos su aspecto feminista
sale a flote.
Elsa Pataky tuvo que sentarse
para darle espacio a Gina Carano. Lo mismo fue para Jordana Brewster pero sin
importar sus retrocesos, aportaron suspenso. La inserción de Carano brindó la
oportunidad de crear una pelea personal entre mujeres. Usualmente tienden a ser
hombres contra mujeres pero rara vez suelen ser mujeres entre sí y posterior a
la magnífica coreografía entre Carano y Rodríguez, la industria tendrá que
empezar a respaldarlo.
Tyrese Gibson y Chris
Bridges ofrecen grata comedia mientras Gal Gadot y Sung Kang brillan como una tierna pareja. Desafortunadamente para quienes
vieron la tercera, presentimos la tormenta. En cuanto a Luke Evans, creo que se
convierte en el mejor antagonista de la serie. Como dije, cuando un villano
suele ensuciarse las manos y es imposible de vencer, es cuando la película obtiene
supremacía. Del mismo modo, se agradece contar con el retorno de John Ortiz
como Braga.
En cuestiones de
cinematografía, Rio sólo fue el principio, aquí vamos desde España hasta Londres.
Los distintos escenarios seleccionados sirvieron su propósito y el departamento
de efectos especiales supo aprovecharlos porque cada una de las secuencias se
resume con material inolvidable. El que no superé a Fast Five no implica
decepción, al contrario, la secuela continúa su rumbo con orgullo.
Lo grandioso de este
elenco es que ninguno sobresale del otro, todos sin excepción, tienen su lugar y
su desenvolvimiento es épico ya sea solo o en grupo, y mediante acción, comedia
o drama. En dos palabras son la perfecta familia. Añadiendo las asombrosas
persecuciones, la imparable adrenalina y la sorpresiva dosis dramática, Rápidos
y Furiosos 6 es una secuela que no debe ignorarse este verano. Me mantengo en
espera de la séptima y espero sea la última parte a una gran reformada
franquicia.