Basada en la exitosa novela de R.J. Palacio, narra la historia de
August Pullman un niño con un rostro deforme que debe enfrentarse a los
problemas que brinda el ser físicamente diferente a los demás porque a
diferencia de los adultos, los niños son muy crueles especialmente durante
quinto grado de primaria.
Habiendo dirigido Las Ventajas de Ser Invisible y escrito la Bella y
La Bestia, Stephen Chbosky hizo una excelente labor al adaptar otra historia
apreciada porque su adaptación en sí ha sido un éxito en recepción y taquilla
considerando su monto de $ 160 millones sobre los $ 20 millones de inversión;
esto gracias al enorme corazón, la humildad y honestidad narrativa.
No sólo te adentras a la historia de Auggie sino conoces a su hermana,
madre, padre y demás amigos. El mensaje es tan claro y fácil de transmitirse
que se torna en esas películas que debería impartirse en los centros de
enseñanza para disminuir los casos abusivos de toda índole. Sirve de
retroalimentación personal y comprensión general.
A pesar de durar cerca de 2 horas, su dirección te mantiene enganchado
gracias a las actuaciones principales de Jacob Tremblay y Julia Roberts. La
relación madre e hijo está en su máximo esplendor que inevitablemente provocará
un par de lágrimas por la extraordinaria emoción humana que se proyecta en cada
una de sus escenas compartidas.
No es de sorprenderse la calidad expresiva de Tremblay tras Room; una
total garantía por sí solo y en compañía. Por otro lado Roberts podría obtener
otra merecida nominación por su fortaleza interpretativa. Inclusive su química
con Owen Wilson equilibra la seriedad con humor y cuestionamientos en conjunto
con Izabela Vidovic y el resto de los niños.
Es una película que está gustando mucho y en plena competencia con
Star Wars: The Last Jedi, lo está demostrando al mantenerse con gente en las
salas. Se nota inclusive su contagio por las referencias directas que hace a la
saga que podría añadir más seguidores considerando el mensaje de valor y
respeto que se comparte.
Cinematográficamente los encuadres lucen, sencilla sin saturarse y el
maquillaje en lo más mínimo para promoverse la verdadera belleza interna. La
música compagina la creatividad visual y ofrece más colores a los escenarios.
En sí, son de esas películas que dependen de los protagonistas posicionarla en
lo más alto de su género e indudablemente lo logra.
Una recomendación perfecta para la familia y cualquier aficionado del
cine, Extraordinario es la clase de película de la cual uno aprende mucho de las
percepciones, recurres a tu lado humano y encuentras en la vulnerabilidad una
fortaleza para seguir adelante, perdonar, conmoverse y conocer al prójimo sin
juzgarlo por su exterior.
Calificación: 4½ de 5 estrellas