Pese a su desafiante narrativa, constante acción, explosivo suspenso,
política sucia, guerra y actuaciones estruendosas, no puedo evitar sentir que
esta segunda entrega se quedó algo incompleta y eso que se tomó el tiempo
suficiente para desenvolverlo de principio a fin. Posiblemente la tercera vaya
a cerrar todo lo que comenzó desde la primera. Eso espero.
Un acto terrorista obliga al Gobierno Estadounidense a recurrir a una
operación clandestina para poner en guerra a los carteles de México entre ellos
mismos y asegurar su propia aniquilación. Sin embargo, la misión tendrá severas
consecuencias para el mercenario Gillick y el agente Graver considerando lo
mucho que hay en juego.
Sin duda se siente la ausencia de Emily Blunt, pese a no ser requerida,
alguien de ese compás de moral era necesario considerando como Benicio del Toro
tuvo que ocuparlo causando que su intensa imagen disminuyera. Yo que anticipaba
una participación a la Jason Bourne, interesante verlo tornarse vulnerable en
el tercer acto.
Como era de esperarse, Josh Brolin siguió en el mismo papel que justo
cuando estaba por darle un giro, suceden los créditos. Su operativo e
interacción con los demás se siente limitado, inseguro. Entiendo que esta no
sea su película pero hace falta definir la integridad mediante un complejo
desarrollo de personajes.
Comprendo la recurrencia de Taylor Sheridan al adoptar el estilo de 12
Strong donde la acción hable de por sí sola. Aún así como que era necesario
invertirle al guión porque algunos épicos sucesos como el atentado, el
secuestro, rescate y el nuevo sicario, les hizo falta profundidad. En sí todo
se mantiene en la superficie.
Estarán de acuerdo en que Isabela Moner fue la sorpresa, ya que no
necesitó de diálogos para articular su transición. Toda esta travesía
psicológica se percibe en su rostro beneficiándose así el apego dinámico con Del
Toro. Y como que Catherine Keener fue desaprovechada, su antagonismo también se
cortó cuando recién empezaba.
Aún así Stefano Sollima hizo un buen papel al dirigir esta
continuación considerando la eficacia de la violencia, pese a estar limitadas
en cinematografía, las compensa con una real adrenalina que a su vez hace
brillar al departamento de edición y sonido por presentarnos algo que excede su
presupuesto de $ 35 millones.
Le habrá faltado más emoción pero tanto podría entretenerte como
sugestionarte considerando su polémicas temáticas. Me hubiese gustado ver el
absoluto potencial de Benicio o al menos una definitiva resolución. Al final
del día, optó por tomar un ligero desvió para ir preparando el terreno para la
tercera parte.
Calificación: 3½ de 5 estrellas